"No hay ningún agresor que no se presente como víctima", dice el diario de PRISA

Vomitivo: El País acusa a Vox de 'victimismo' por denunciar las agresiones a sus afiliados

La progresiva radicalización del periódico del Grupo PRISA está dando lugar a unas noticias y artículos de opinión en los que se leen cosas que parecen calcadas de pasquines de la extrema izquierda.

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El miserable comentario de Ada Colau sobre las agresiones a Vox: "es lo que estaban buscando"

Una violencia alimentada por una burda campaña de demonización

Tras las agresiones sufridas por afiliados y simpatizantes de Vox el pasado sábado en Barcelona a manos de violentos separatistas, lo que cabría esperar de un medio que se dice democrático es una condena sin rodeos y sin matices de esa violencia. Sobre todo teniendo en cuenta que esa violencia ha sido alimentada, en gran medida, por una de las más burdas campañas políticas y mediáticas de que hemos visto en España para demonizar a un partido democrático. Una campaña plagada de mentiras y manipulaciones, y en la que El País también ha tomado parte.

¿Una agresión es menos condenable si el agredido lleva una bandera española?

Pues bien: lejos de rectificar, en vez de rebajar el tono a la vista de los efectos violentos que está teniendo esa campaña, lo que hizo ayer El País es reflexionar sobre esa violencia arremetiendo contra los agredidos. Lo hizo en una noticia titulada "El huevo de la serpiente". Los dos primeros párrafos de la noticia son muy reveladores. El primero habla de la agresión que sufrió un simpatizante de Vox cuando acudía al acto de ese partido. En el segundo se lee lo siguiente:

"La escena resulta insoportable para cualquier espectador con un mínimo de humanidad. Pero la perspectiva cambia si se explica que el agredido lleva una bandera española. Algunos disculparán la agresión: no se le ataca a él, sino a lo que representa. Sucedió el sábado en Barcelona".

Cuando he leído la parte que pongo en negrita, he pensado que a continuación leería una reflexión lamentando que haya gentuza capaz de pegar a una persona por llevar una bandera de España. Nada de eso. Acto seguido, El País comenta el discurso de Abascal en Barcelona y afirma: "A muchos catalanes estas propuestas les producen estupor e indignación". ¿Y estar indignado te da derecho a pegarle a alguien una patada? Tras afirmar que los miembros de Vox son unos fascistas, franquistas y neonazis, el diario matiza: "hasta ahora no se puede acusar a Vox como partido de secundar actos violentos. Algunos de sus miembros sí han sido víctimas de ellos". ¿Hasta ahora? Da la sensación de que el firmante de la noticia está impaciente por ver a alguien de Vox cometiendo una agresión. Y es que la actitud pacífica de los miembros de Vox está echando por tierra la campaña de demonización de los medios progres. ¿Con qué cara llamas "fascista" a alguien que se manifiesta pacíficamente, mientras llamas "antifascista" a quien le agrede?

Lo que los medios izquierdistas nos vienen vendiendo en relación a Vox se resume bien en esta viñeta publicada el año pasado por @pildorarojamgzn:

El País, molesto con las agresiones porque "engordan a Vox"

En vez de intentar explicarnos qué narices tiene en la cabeza alguien capaz de atacar a pedradas a un afiliado de Vox simplemente porque no le gustan sus ideas, El País advierte: "Las agresiones engordan a Vox. Sus responsables lo saben y aprovechan las redes sociales para multiplicar sus efectos". Aquí podría haber añadido un apunte diciendo que agredir a otra persona está mal, especialmente si lo haces por intolerancia a sus opiniones, pero en vez de eso el diario socialista pone esto: "El victimismo es un instrumento muy poderoso. Cohesiona al grupo y, de cara al exterior, genera empatía, solidaridad y finalmente apoyo o, al menos, no beligerancia. Ante una víctima uno se queda desarmado y sin argumentos; renuncia a rebatir y desiste". Estas palabras me dejan perplejo. En vez de criticar a los agresores, El País acusa a Vox de "victimismo" por denunciar las agresiones, porque al darlas a conocer le corta el rollo satanizador a medios como El País (eso es lo que quiere decir el diario cuando afirma que "uno se queda desarmado y sin argumentos").

El diario socialista convierte a la víctima en agresor y da entender que Vox quiere vengarse

Pero el vomitivo artículo de El País no se limita a acusar de victimismo al partido de Abascal, sino que además intenta demonizar a Vox dando a entender que tiene el propósito de vengarse, aunque nunca haya contestado a ninguna agresión sino con denuncias en los tribunales: "Lo más peligroso del victimismo es que otorga a quienes lo interiorizan el sello de la impunidad. No hay ningún agresor que no se presente como víctima. Cuando uno ha acumulado suficientes mártires y ofensas, verdaderas o inventadas, tiene carta blanca para vengarse". Me pregunto qué diría El País si alguien hiciese una reflexión tan nauseabunda pero cambiando los agredidos de Vox por una mujer que padece malos tratos o por un homosexual que sufre una agresión por el mero hecho de serlo. A El País parece no molestarle tanto esas agresiones como el hecho de que Vox las denuncie. Con ello el periódico se retrata. Ante actitudes así, lo más indignante es que el diario de PRISA aún se atreva a ir repartiendo carnets de demócrata, cuando demuestra que no ha aprendido lo más básico en democracia: cuando hay una agresión por motivos políticos, lo que procede es condenarla y punto.

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Foto principal: Albert Gea / Reuters. Un simpatizante de Vox siendo evacuado en ambulancia el pasado sábado después de sufrir una agresión en el rostro a manos de separatistas catalanes.

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Comentarios:

  1. bilbaino

    Lo que veo es un periodista con disonancia cognitiva, que no sabe como conciliar el cómo debería ser la realidad con cómo es en realidad.

  2. Russell

    Me quedo con esta «No hay ningún agresor que no se presente como víctima», lo dice el que reclama para sí la condición de víctima que se siente agredida porque VOX no se venga violentamente tras una agresión violenta.

  3. Yo veo pánico en la ultra izquierda que poco a poco se apodera del país y ahora en ‘las orejas del lobo (la lucha por la libertad en España).

  4. José Luis Álvarez Redondo

    Lo que no entiendo es que pueda existir gente que lea ese panfleto asqueroso y que ya no existiría si no fuese por la ayuda que le dió el miserable zapatero y la no menos miserable Soraya.

  5. ♑Felipe

    Creo Elentir que no es un diario socialista,es una conjunción de envidia,rabia ,veneno y resentimiento que siempre a tenido la ultra-izquierda, pagado por los socialistas,y como buenos lechones que siguen chupando de la teta tienen que ser fieles a lo que les diga mama cerda,y ahora que ven que la leche de mamá tiene pinta de acabarse intentan agradar a mamá y a sus compañeras,para así ver, si pueden asegurarse que no les falte la leche. Y las opiniones de la compañera de la meona de la Diagonal no hay que tomarselas en cuenta,la pobre no da para mas.

  6. Jandro

    Elentir, llevo unos días pensando que son (somos) muchos los que están comunicados en torno a VOX y que conocemos las intoxicaciones de periódicos como El País. Sus fake news sobre VOX, cada vez más agresivas y manipulativas, siempre atraen muchísimos clics, y es una gran masa de gente (gran cantidad de votantes del partido de Abascal) la que entra en la noticia sistemáticamente para desmentir la desinformación. Gran cantidad de dinero que El País gana en publicidad. Todos queremos estar informados de la última tontería que el periódico socialista impute a VOX.

    Creo que sería legítimo, viable y eficaz ejercer un boicot sobre este medio por parte de los simpatizantes de VOX, de manera que dejen de visitar páginas de El País de manera repentina y drástica. Centralizar cada nueva noticia que saque este panfleto en páginas ajenas a él, para estar al tanto de sus ataques, y decidir no volver a entrar, al menos hasta después de las elecciones.

  7. Sharovarov

    ¿Todavía se llama «El País»? ¿No se ha cambiado el nombre por el de «La Paísa»?

  8. Luna

    El escenario del último mítin que recuerdo de Pedro Sánchez estaba ocupado por una sucesión de banderas nacionales y de la CE, una sí y una no hasta copar toda su capacidad. Ahí se subió el guaperas plagiario para prometer nuevas cosas con que llenar nuestras memorias y que al rebosar olvidaran sus promesas incumplidas, pero nadie le dio de puñetazos, ni lo estaba buscando.
    ¡Oh, qué extraño! no era un provocador ultrafascista de derechas radicales.

    ¿Me entienden ustedes? Lo que no entiendo yo es esta extraña fórmula de oscuro origen: 1 bandera= inhumano, provocador, deseante de recibir leches; 12 banderas= respetable, pacífico, buena gente, inlecheable.

    Ni comprendo cómo nadie repara en lo muy provocadoras que son banderas como la tricolor que se empleó en las peores barrabasadas de hace ochenta años (y cayó luego en el olvido hasta llegar a la extinción y restauración posterior), o la golpeestadista «estelada», bajo la que se insulta permanentemente a España y a los españoles, se nos desafía y ataca.

    Esto sucede exclusivamente en España, en ningún otro país del mundo se tiene el uso de la bandera nacional de Allí como muestra de ideologías políticas de una u otra parte, porque esto es un constructo de izquierdas, una falsedad que debemos recordar siempre que la apliquen, una amputación de un derecho de lo más legítimo.

    El país ha pasado del uso de doble rasero que le caracterizaba a la construcción de raseros nuevos para cada víctima de su información, así de claro. Y se salta la ley, la ética y lo que haga falta, ya no le importa estar poco menos que «despenalizando de facto» las agresiones por el mero hecho de portar la enseña nacional, cree que con la culpabilización de este hecho queda justificada la majadería. Una actuación chequista y nada más. Normal: son rojos.

  9. Luis Recinos

    «Me pregunto qué diría El País, si alguien hiciese una reflexión tan nauseabunda pero cambiando los agredidos de Vox por una mujer que padece malos tratos o por un homosexual que sufre una agresión por el mero hecho de serlo.» Pero es que, de hecho, Elentir, los movimientos feminista, así como el LGTBI, siempre se han presentado como las «Victimas» del hetero patriarcado, blanco, cristiano, Occidental etc. Y aunque ahora constituyan el «establishment» oficial, siguen operando desde esa misma posición. Y sí, el diario El País tiene razón, «el victimismo es un istrumento muy poderoso.» Desde la perspectiva del así llamado «Triángulo de Karpman»,(teoría del Análisis Transaccional), que plantea tres posiciones subjetivas básicas: Perseguidor, Salvador y Víctima, y según sus planteamintos teóricos, se puede infereir que, detrás de la posición de víctima suele esconderse un perseguidor implacable. En otros términos, «cuidados del lobo bajo la piel de oveja.» Nada nuevo bajo el Sol.

  10. Fletcher Stillman

    Por algo no leo semejante panfleto en mi vida.

  11. Alfredo Espinosa Lopez

    Lo de Inmaculada( este es su nombre en el Registro Civil) Colau es propio de una terrorista y no de la Alcaldesa de todos.Demuestra que su militancia y el odio a sus enemigos politicos la superan y la incapacitan para un cargo publico.En lugar de unir,crea enfrentamiento y fomenta la violencia

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