Se suele asociar el término "progresismo" a progreso, pero más exacto sería decir que el progresismo es al progreso lo que un carterista es a una cartera.
La reciente legalización del aborto en Argentina, en plenas fiestas navideñas y entre muestras de alegría y aplausos de la izquierda, demuestra que el progresismo no es meramente una ideología: es una forma cínica de abrazar el mal. En la historia hubo otras formas parecidas, que comparten con el progresismo esa fijación obsesiva por provocar la muerte de inocentes: el jacobinismo, el comunismo, el nazismo... Algunos me llamarán exagerado, pero ¿no merecen estar en tan perversa compañía los promotores de la legalización del asesinato prenatal, que ya se ha cobrado muchos millones de vidas inocentes?
Indudablemente, el progresismo se ha convertido en la ideología más cínica a la hora de disfrazar sus atrocidades, presentándolas como "derechos". Claro que no ha sido la primera en cinismo: recordemos que el comunismo llamó "democracias populares" a sus salvajes dictaduras, y el nazismo denominó "higiene racial" al asesinato de personas que consideraban "subhumanas". La maldad tiene la necesidad de disfrazarse de virtud para resultar más aceptable, pero no por ello es menos perversa.
Sobre la capacidad del mal para ocultar sus intenciones tenemos textos mucho más antiguos que los libros de historia relativos a la Edad Contemporánea. En el Nuevo Testamento, concretamente en el Evangelio de San Mateo, se cita el caso del rey Herodes el Grande, que merece ser considerado como el primer político pogresista de la historia, a juzgar por las características que ha adoptado esa ideología, especialmente por las tres más destacables:
Por si alguien alega que en la matanza ordenada por Herodes no se pidió el consentimiento de las madres a la hora de deshacerse de sus hijos, como ocurre hoy en día con el aborto, cabe recordar que moralmente se trata de algo equiparable, pues ni en el asesinato prenatal ni en el asesinato de ya nacidos se cuenta con el consentimiento de la víctima para arrebatarle su vida, que es un "derecho a decidir" que los abortistas nunca tienen en cuenta.
El problema de llamar "derecho" al aborto es que ese falso derecho se ejerce sobre la vida de otro ser humano: el hijo por nacer al que se mata. Otorgar a alguien un "derecho" a liquidar a otra persona es tan aberrante como decir que un ser humano tiene derecho a poseer a otro como un artículo de propiedad (lo que conocemos como esclavitud) o como decir que uno tiene derecho arrebatarle por la fuerza sus bienes a otro (lo que conocemos como robo).
El denominador común entre el aborto, la esclavitud y el robo es que nunca cuentan con el consentimiento de la víctima. Y la gran diferencia entre ellos, la que convierte el aborto provocado en algo especialmente perverso, es que consiste en provocar la muerte de un ser humano (algo que ni la esclavitud ni el robo implican necesariamente). Por supuesto, el progresismo puede disfrazar esa monstruosidad tantas veces como quiera, que seguirá siendo un crimen, y llegará un día en que los promotores del aborto ocuparán el mismo lugar siniestro que reserva la historia a los esclavistas, a los ladrones y al rey Herodes.
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Imagen principal: Cuadro "La matanza de los inocentes", siglo XVI, conservado en la Iglesia de San Gregorio Maggiore de Spoleto (Italia).
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Comentarios:
Luis J.
Argentina se sube al carro del mayor genocidio perpetrado por la mente humana conocido hasta la fecha. La macabra lista de cómplices de semejante barbarie quedará grabada a fuego y teñida de granate en los libros de historia antigua en los siglos venideros. Jamás en el titubeante deambular del ser humano hubo mayor desprecio por el más débil, por el indefenso, por el sin voz. El ser humano no es ya solo el único animal sobre la tierra capaz de matar por placer, sino incluso cuando ve que éste está amenazado por no se sabe bien qué imaginarios enemigos fraguados en las febriles mentes de mujeres y hombres actuales, endebles y enclenques como nunca antes los hubo. Triste noticia.
9:11 | 31/12/20
Luis A. Recinos
Excelente entrada, Elentir, como ya es habitual. Me encantó la frase «El progresismo no es meramente una ideología: Es una forma cínica de abrazar el mal». ¡Genial!. Igual, gracias por toda la interesante información y por los comentarios vertidos a lo largo del año que ahora termina. Qué el próximo año nos traiga mejores noticias. Deseándole muchos éxitos más, aprovecho para enviarle mis saludos desde Guatemala.
15:55 | 31/12/20
Luis Carlos
Por lo que leí en las visiones de Maria Valtorta sobre la vida de Jesus también murieron niñas, porque no se molestaron en distinguir géneros, y algunos padres adultos que intentaron salvar a sus pequeños. En algún caso incluso literalmente en el pecho de su madre.
Debemos pararnos a pensar qué época sería como para que un alto cargo se atreviera a ordenar algo así, y nadie se atreviera a cuestionarlo.
22:58 | 31/12/20
Jorge
Magnífico artículo. Qué bien expresado y copn qué claridad. Muchas gracias.
12:29 | 1/01/21
wladimir
es correcto…
estoy totalmente de acuerdo…es verdad que Herodes El Grande fue un proto-Progresista….un ancestro del progresismo…
8:51 | 2/01/21
ETE el extraterrestre
la destrucion de un huevo de tortuga o de aguila inperia, esta multada igual que matar un animal pero si es hu huevo humano se ha comvertido un derecho
9:01 | 6/01/21
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