La candidatura de un terrorista de Atocha enfrenta a la izquierda con sus propias tesis

La izquierda española lleva años rechazando la aplicación de la prisión permanente revisable para terroristas y apoyando su reinserción.

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Gran parte de ese discurso se ha dirigido a amparar a los terroristas de ETA, una banda criminal de extrema izquierda, a fin de que su brazo político pudiese presentarse a las elecciones bajo la premisa de haber abandonado el terrorismo, aunque sigan sin pedir perdón por sus crímenes, aunque ese brazo político siga sin condenar los atentados de ETA y sigan sin ayudar a la Justicia a resolver los más de 300 crímenes de ETA que siguen pendientes de ser juzgados.

La candidatura de uno de los terroristas de la matanza de Atocha

La cosa cambia si no hablamos del terrorismo de extrema izquierda, sino del terrorismo de extrema derecha, que ha sido mucho más minoritario en España. Ayer, el diario El Correo publicó una noticia que señala que uno de los autores de la matanza de Atocha de 1977 será cabeza de lista de una candidatura falangista en la ciudad de Bilbao. Un hecho que ha causado una comprensible indignación, como no podía ser menos, y más si tenemos en cuenta que ese asesino fue condenado en 1980 a 193 años de prisión como autor material de esos crímenes, pero huyó del país en 1994, aprovechando que estaba en libertad condicional.

En 2020 fue extraditado por Brasil, y aunque le quedaban 10 años de prisión por cumplir, finalmente fue excarcelado en noviembre de 2022, tras aplicársele los beneficios penitenciarios obtenidos antes de su fuga. Así pues, de esos 193 años de prisión sólo cumplió 16. Recordemos que en aquella matanza fueron asesinadas cinco personas: los abogados Enrique Valdelvira, Luis Javier Benavides y Javier Sauquillo, el estudiante de Derecho Serafín Holgado y el administrativo Ángel Rodríguez Leal.

Un caso similar al sufrido por las víctimas de ETA, con algunas diferencias

El caso conocido ayer se parece mucho a los sufridos por muchas víctimas de ETA, que han visto salir de prisión a los asesinos de sus seres queridos habiendo cumplido sólo una parte de sus condenas. La gran diferencia es que en España la extrema derecha es residual, pero los proetarras tienen una amplia presencia en las instituciones, incluidos cinco diputados en el Congreso. Tampoco se han visto actos de homenaje a terroristas de extrema derecha, mientras que los homenajes a etarras se han convertido en algo habitual, sin que el gobierno haga nada por impedirlos para no molestar a sus aliados proetarras.

La izquierda se opuso a la prisión permanente revisable

Para evitar la vergüenza de que autores de crímenes muy graves estén en la calle al cabo de unos años, en 2015 se estableció la prisión permanente revisable, con la oposición de la izquierda, que considera que es injusto tener a una persona de por vida en prisión por determinados crímenes especialmente graves, como los de terrorismo. O eso decía la izquierda cuando los criminales eran otros. Ayer, las redes se llenaron de mensajes de izquierdistas escandalizados, los mismos izquierdistas que criticaban la prisión permanente.

Cristina Almeida y su doble discurso

Lo mismo ocurrió en algunos medios de comunicación. En La Sexta, Cristina Almeida afirmaba que ese asesino "no debería poder presentarse a las elecciones", y se lamentó de que sólo pudiese "cumplir 30 años" de prisión de los 193 años a los que fue condenado. Es la misma Cristina Almeida que, también en La Sexta, rechazó la prisión permanente revisable en un programa emitido en diciembre de 2018, afirmando que "la gente no se puede morir en la cárcel" y que "la cadena perpetua no se permite en la Constitución".

La izquierda no tuvo reparos en aliarse con los proetarras

La izquierda no se mostró tan indignada por la presencia de antiguos presos de ETA entre los diputados de Bildu en el Parlamento Vasco, o la entrada de un exjefe de ETA en la dirección de Sortu. Y a pesar de que Bildu se niega a condenar los crímenes de ETA, el gobierno de coalición formado por socialistas y comunistas no ha tenido reparos en pactar con los proetarras, sin que la izquierda pusiese el grito en el cielo por ello. Así pues, ha sido la propia izquierda la que ha abierto las puertas a esa candidatura de uno de los terroristas de Atocha, al oponerse a toda medida para que los autores de delitos de terrorismo no puedan colarse en las instituciones democráticas.

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Foto: Efe.