En Islandia seguirá habiendo diferencias salariales entre hombres y mujeres

Lo que ciertos medios no dicen de la teórica igualdad obligatoria de salarios en Islandia

Hace tres años Èric Lluent ya echó por tierra algunos mitos de la izquierda sobre Islandia en un artículo que se hizo viral. A la mitología islandesa se le añade ahora otro mito más.

Niños futbolistas y niñas profesoras: la realidad contra la ideología de género
Google echa a un empleado por defender la biología frente a la ideología de género

Lo que el diario Público y Podemos quieren hacernos creer sobre Islandia

"Islandia declara ilegal la diferencia salarial entre hombres y mujeres", titulaba el diario Público ayer. La entradilla afirmaba: "Se trata del primer país del mundo que prohíbe por ley la desigualdad salarial entre sexos y de cualquier colectivo, sin importar el sexo, la identidad de género, el grupo étnico, la identidad sexual, la nacionalidad o la religión". En la noticia no se dan apenas detalles sobre esa ley. Simplemente se indica que "un mismo trabajo debe obtener una misma remuneración sin importar el sexo". A pesar de ello, el diputado de Podemos Íñigo Errejón se han lanzado a comentar ese engañoso titular, afirmando lo siguiente: "Esto sí es adoptar medidas concretas y efectivas por la igualdad. En España, mientras tanto, seguimos con un 23% de brecha salarial y un 34% en las profesiones donde las mujeres están sobrerrepresentadas."

La realidad: en Islandia seguirá habiendo diferencias salariales entre sexos

La Ley de Igualdad de Género 10/2008 de Islandia se puede leer aquí en PDF (en inglés). Muchos de sus artículos están dedicados a crear un gran tinglado burocrático que dará empleo sobre todo a los ideólogos de género, desde la expedición de certificados para empresas hasta la imposición de planes educativos: esos ideólogos serán los principales beneficiarios de esta ley, al recibir un status equivalente al de comisarios políticos. Pero el truco de esta ley se encuentra en el Artículo 19: "A las mujeres y los hombres que trabajen para el mismo empleador se les pagarán salarios iguales y disfrutarán de los mismos términos de empleo para los mismos trabajos o trabajos de igual valor." Además, el Artículo 21 añade: "Los empleadores deberán tomar las medidas necesarias para que las mujeres y los hombres puedan conciliar sus obligaciones profesionales y responsabilidades familiares. Entre otras cosas, dichas medidas deberán estar orientadas a aumentar la flexibilidad en la organización del trabajo y el horario de trabajo de forma que se tengan en cuenta las circunstancias familiares de los trabajadores y las necesidades del mercado de trabajo, incluida la facilitación del retorno de los empleados al trabajo después de la maternidad / paternidad o licencia parental o licencia del trabajo debido a circunstancias familiares apremiantes e inevitables."

Así pues, habrá esa igualdad de salarios en aquellos casos en los que hombres y mujeres hagan el mismo trabajo, pero además, la organización del trabajo ha de ser flexible. Y no sería flexible si todos los trabajadores tuviesen las mismas condiciones independientemente de sus necesidades y elecciones personales. Dicho sea de otro modo: el volumen total de sueldos de los varones y el de las mujeres seguirá siendo desigual en Islandia, porque por mucho que diga la ley, las elecciones de ambos sexos en materia profesional seguirán siendo distintas.

Lo que la tesis de la 'brecha salarial' no tiene en cuenta

Hay varios motivos por los que las mujeres, en su conjunto, siguen cobrando menos que el conjunto de los hombres:

  • Hay más mujeres que eligen empleos a tiempo parcial. Según datos de Eurostat relativos a 2016, en Islandia un 36,8% de las mujeres tiene empleos a tiempo parcial, frente a un 12,3% de los hombres (tres veces menos). En España los porcentajes son, respectivamente, de un 24,1% de mujeres y un 7,6% de varones; en la tan igualitaria Noruega hay un 38,1% de mujeres y un 15% de varones, y en la también igualitaria Finlandia son el 20,2% y el 10%, respectivamente. En muchos casos, las mujeres eligen estos empleos para disponer de más tiempo para poder cuidar de su hogar.
  • Las diferencias de horas extras. Según datos de Statice.is, en 2016 las mujeres islandesas trabajaron una media de 36 horas semanales, y los hombres 44. En España, según datos del INE del tercer trimestre de 2017, en total los hombres hicieron 3,38 millones de horas extras semanales, y las mujeres 1,81 millones. En el caso de directores y gerentes -empleos mejor pagados- la diferencia es aún mayor: 181.900 horas extras semanales ellos y 73.800 ellas. Y entre los técnicos la diferencia es todavía mayor: 402.200 horas ellos y 131.900 horas ellas. Alguien podrá alegar que las mujeres hacen más horas extras no pagadas, pero tampoco es cierto: 1,47 millones los varones frente a 929.900 las mujeres. La principal razón de esta diferencia es la misma que en el caso de los empleos a tiempo parcial: ellas prefieren hacer menos horas extras y dedicar más tiempo a su hogar.
  • La mayor presencia de hombres en puestos ejecutivos. Según datos publicados por Eurostat en marzo de 2017, en España hay un 37% de mujeres en esos puestos. En Islandia son el 40%. En países tan igualitaristas como Finlandia y Noruega los porcentajes son similares (34% y 36%, respectivamente). Son porcentajes por encima de la media europea, pero sigue habiendo menos presencia de mujeres. ¿Por qué? Volvemos a lo de siempre: hay un mayor número de hombres que aspiran a tener cargos ejecutivos y a asumir los sacrificios personales que ello conlleva, pero entre ellas hay un mayor número de mujeres que no están dispuestas a sacrificar su familia por su trabajo.
  • La preferencia de los varones por las carreras técnicas, mejor pagadas. Según el informe Education at a Glance 2017 de la OCDE, en 2015 en España sólo hubo un 24% de las matriculadas en carreras de ingeniería y construcción eran mujeres. En Islandia fueron un 37%, en Noruega un 23% y en Finlandia un 18%. Por el contrario, en las carreras educativas -peor pagadas que las ingenierías- hubo un 79% de mujeres en España, un 77% en Islandia, un 75% en Noruega y un 81% en Finlandia. Algunos llaman a esto "brecha educativa", pero la realidad es que una mayoría de mujeres manifiestan vocaciones profesionales distintas a las de los varones. Así de simple.

Lo único que podría hacer Islandia para lograr la igualdad absoluta

Así pues, la "brecha salarial" de la que tanto se habla no deja de ser un mito, creado para justificar leyes tan invasivas como la que ha entrado en vigor en Islandia (en este caso, por un gobierno que teóricamente es de centro-derecha). Es una ley que -insisto- resulta muy beneficiosa para los ideólogos de género, pero que no implicará cambios sustanciales en el volumen total de sueldos por sexos. Lo único que podría hacer Islandia para eliminar toda diferencia salarial global entre sexos sería prohibir a las mujeres ser mujeres, una especie de maoísmo sexual, que parece ser a lo que tienden no pocos ideólogos de género. Pero obvia decir que en ese caso Islandia ya no sería una democracia, sino un régimen totalitario.

El problema de los ideólogos de género se llama biología

Lo que los ideólogos de género no acaban de asumir es que por mucho que intenten convencernos de sus tesis, las mujeres siguen siendo mujeres, y como tales manifiestan claramente inclinaciones profesionales distintas a las de los varones, algo que no se debe simplemente a la educación que reciben ni al condicionamiento social, sino a sus diferencias biológicas y psicológicas con los varones. Por supuesto, ésta es una realidad que los ideólogos de género jamás reconocerán, porque si lo hiciesen se vendría abajo todo el tinglado burocrático que han montado, insisto, para su exclusivo beneficio. Por otra parte, la ideología de género, surgida del marxismo, comparte su mismo cinismo intelectual: se marca metas imposibles de alcanzar, por ser incompatibles con la naturaleza humana, y seguirá justificando su existencia precisamente en el hecho de no haber alcanzado aún esas metas. Es el timo perfecto en materia intelectual.

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. Marcelo Bosch

    Lo que no se dice de Islandia es que son 300000 personas (Alicante o así) etnicamente iguales, familia como aquel que dice. Muy pocos extranjeros (yo conozco a una, colombiana). La misma religión, un solo idioma, un eterno aburrimiento (seis meses de noche, sitios de marcha a miles de kilómetros), un turismo regulado.un aburrimiento mortal, vamos. Aplicar normas ahí es pan comido.

  2. JFM

    Otro factor muy politicamente incorrecto: nos dicen que en las mujeres la inteligencia esta mas concentrada alreddor de la media: hay menos retrasados pero tembien hay menos genios (o personas muy inteligentes). Si eso ese verdad entonces como se supone que los ejecutivos han de ser muy intelientes es mas que probable que se sitien en una zona en la cual hay menos mujeres que hombres.

  3. JFM

    Por cierto Elentir que has hecho un analisis estadistico digno de un profesional.

  4. Buenísimo artículo, Elentir. Cifras y datos con sus respectivos estudios. Así da gusto.
    Enhorabuena.

  5. Se hace lo que se puede. 😉

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.