Un socialista visita el castillo de Herodes

Ayer, al acabar el Belén viviente en el centro San Francisco vi algo que me llamó la atención. Estaba allí Abel Caballero, alcalde socialista de Vigo, junto con su séquito. Le distinguí durante la Misa con la que acaba la representación, pues él y sus colegas se pusieron a la derecha del altar y durante el oficio religioso no dejaron de parlotear entre ellos. Lo primero que pensé al verle es que esa misma mañana su partido había apoyado en el Congreso una ley que autoriza a matar a todo ser humano con síndrome de Down hasta las 22 semanas de vida. Después de ese ataque contra los derechos humanos, la visita de un dirigente del PSOE a un centro católico que da trabajo y apoyo a personas con síndrome de Down era tan extraña como la de un miembro del Ku Klux Klan a una Iglesia bautista afroamericana.

Pero por si la presencia de un dirigente del PSOE no fuese bastante extraña allí, una vez acabó la Misa vi algo que me indignó todavía más. Los chicos y chicas que hacen la representación ya se habían retirado. El escenario estaba vacío pero todavía había mucha gente en las gradas. Conocido por ser un personaje que nunca pierde ocasión de "chupar cámara", el alcalde socialista bajó de las gradas y se dio un paseo por el Belén delante de todo el mundo, cosa que hasta ahora no había hecho ninguno de los políticos que han asistido a esta representación. Sí que me hizo cierta gracia -será que por el humor negro que nos caracteriza a los gallegos- un detalle: Abel Caballero se fue directo al castillo de Herodes. Supongo que sería lo más parecido que había en aquella época a una sede del PSOE, claro. De hecho, el rey Herodes demostró el mismo desprecio por las vidas de los más inocentes e indefensos que ahora demuestran Zapatero y sus acólitos.