Una razón curiosa para no volver a Galicia

Me encuentro en junio con una vecina y le pregunto por su hijo y su nuera, padres de familia: "¿Dónde se van José Miguel y Lola de vacaciones este año?". Me contesta: "El año pasado se fueron a Galicia, pero este año no vuelven, pues el "top less" está a la orden del día y han decidido que irán a otro sitio, todavía no han decidido dónde. Creo que irán al Escorial".

He encontrado este texto en un artículo de opinión publicado por ACEprensa, web que suelo visitar por sus buenas críticas cinematográficas. No quiero abrir un debate sobre el top less (al respecto hay opiniones tan variadas como formas distintas de cocinar una tortilla), ni escribo estas líneas por una cuestión de glándulas mamarias, sino en defensa de mi querida Galicia, especialmente después de la tragedia ecológica que ha vivido, y teniendo presente el impacto que ha provocado en un ámbito tan importante para nuestra economía -mi tierra es una de las tres regiones más pobres de España- como es el turismo.

Entre las playas de Galicia hay para todos los gustos: más recogidas y más amplias, más enfocadas a las familias o a los jóvenes que van en pandilla, y por supuesto, con más o menos presencia de top less. Además de las playas, hay campings, parques forestales para ir de excursión, casas de turismo rural, bellas ciudades y pueblos, etc. En fin, que Galicia es un pequeño paraíso que ofrece alternativas para todos los gustos, sin exclusiones.

Hace tres años tuve la ocasión de viajar al País Vasco. Allí vi cosas que me gustaron mucho y otras que no me gustaron nada. Las cosas malas en ningún momento me indujeron a pensar que el País Vasco fuese un sitio al que no merecía la pena ir de vacaciones o que debía desaconsejar a los amigos que no lo hubieran visitado nunca. Para nada. Es más, sigo hablando muy bien de las bondades del País Vasco a todo el que le cuento mi experiencia allí. Aplíquese esta lógica a Galicia, por favor, y a una cuestión como ésta que no reviste, ni de lejos, la gravedad de lo que ocurre en el País Vasco.

Ya para terminar, el citado artículo comenta que éste "no es un tema de 'decencia' o puritanismo en plan chato". Y añade: "'Vaya narices quedarse sin playa por un tema de principios', pienso." No sé si será cuestión de narices, pero no me parece razonable dejar de ir a una región de España porque en algunas de sus playas se ven más o menos pechos femeninos. Me parece una generalización injusta y un exceso de escrúpulos: muy a propósito, la RAE define el puritanismo como la "exagerada escrupulosidad en el proceder". Dicho lo cual -sin acritud-, invito a todo el mundo a venir y disfrutar de Galicia, mi tierra, vuestra tierra también, si queréis, que buena falta nos va a hacer después del follón de ceniza de este verano.

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Comentarios:

  1. samuel

    Para mi seria lo contrario. Una razon mas para regresar.

    Esa familia en el fondo no buscaba tanto Galicia, sino un lugar que les devolviera intacta la imagen de lo que debe ser el mundo que tienen en la cabeza.
    Y a veces, eso tiene mas peso que el lugar en si mismo. Es decir, depende. Si yo me voy a Marruecos, y veo el panorama en la playa, pesara mas en mi la losa de una sociedad de mujeres tapadas que me molesta, que la presunta belleza del pais o las playas, o las presuntas bondades de la comida. Bueno, de entrada ya no voy. Pero pesa mas en mi porque lo de las mujeres tapadas y veladas lo encuentro represor y tiranico, con mucha carga fanatica detras.

    Lo que es chocante es que para personas que se llaman Lola y Jose Miguel, sea motivo de molestia y de no regreso, algo que se da en su propia sociedad, y que es símbolo de libertad sin mas.

  2. Coincido bastante contigo, Samuel. Eso sí, yo asumo que cuando voy de viaje, voy a conocer cosas nuevas. Unos amigos míos fueron a Túnez y se quedaron estupefactos al ver las mujeres por la calle totalmente tapadas, como tú señalas. Fue lo que menos les gustó. Pero me hablaron maravillas del país, de los desiertos, de las ruínas que vieron, etc. Vamos, que se lo pasaron pipa y conocieron algo nuevo.

    En el País Vasco, en el interior de Guipúzcoa, te encuentras zonas en las que esas cosas que no me gustaron nada, a las que me refiero más arriba, se perciben claramente. Sin embargo, de la montaña guipuzcana conservo la bella vista de un amanecer que pasamos en un hospedaje rural, casi en una cima, y de la aventura que tuvimos en plena tormenta para llegar hasta ese sitio (estaba en el quinto pino). Y recuerdo también al matrimonio vasco que nos atendió allí, y la cena típica casera que nos sirvieron (estaba riquísima). El sitio era una maravilla.

    En fin, dicen que Galicia es una tierra de gente hospitalaria, y no es que yo quiera presumir de eso, pero cualquiera que venga por aquí puede comprobarlo. A los peregrinos nunca les falta de nada. Cuando fui a limpiar chapapote a Corrubedo, cuando lo del Prestige, los vecinos nos ofrecían sus casan para limpiarnos, ducharnos y hasta nos invitaban a comer. Alguien que viva en una gran ciudad no se imagina lo que impresiona este sentido de la hospitalidad (yo soy de Vigo, a mí también me sorprende). Por eso me da lástima que se tenga la imagen tan chata y cerrada de Galicia que se percibe en ese artículo.

  3. Hurss

    Doy fe de lo que dice Elentir. Galicia es una de las zonas más maravillosas de esta vieja España. Cada región tiene lo suyo, sin duda, pero para un meseteño como lo es un servidor, extrañamente el mar, el océano Atlántico, posee una fuerza especial y una voz que me llama reiteradamente. Supongo que tuve algún antepasado elfo, y por eso corre por mis venas la nostálgia continua, la ‘saudade’, por regresar junto al mar.

    Al menos una vez al año trato por todos los medios de subir a tierras gallegas, a una casita de campo de un fantástico amigo a las afueras de Marín. Todo un privilegio y un regalo para los que soportamos los rigores de la capital…

    Lo tengo claro, acabaré mis días en algún punto aún no definido -pero soñado desde hace tiempo- entre la costa Cántabra y la Pontevedresa, cerquita del mar y cerquita de un faro…

  4. Olimpia

    Elentir:
    No te preocupes por el top less. Yo he estado en la playa de Ribeira, en la que está al sur del faro de Corroubedo y no me encontré topless, me encontré nudismo. Fue muy gracioso porque no sabíamos que era una playa nudista.
    A mí no me parecen mal esas cosas. Cada uno con su pudor.
    Desde luego nunca dejaría de ir a un lugar por una razón así.
    De otra parte, Galicia es maravillosa. Voy a enumerar los lugares extraordinarios que conozco de esta bella región: Monasterio de Osera, Verín, Lalín, Orense, San Martín de Valdeorras, La Guardia, Santa Tecla, Tuy, Bayona, Vigo, Pontevedra, Carril, Villagarcía de Arosa, San Genjo, La Toja, El Grove, La Lanzada, Ribeira, Rianxo, Boiro, Dolmen de Arteixo, Padrón, Cuntis, Muros, Malpica, Santiago, La Coruña, Ortigueira, Expasante, El Barquero, El Ferrol, San Andrés de Teixido, Vivero, Mondoñedo, la Playa de las Catedrales, Foz, Ribadeo, Castropol y Taramundi (estos dos últimos creo que están en Asturias, pero son igualmente especiales), Fuentemiña, Villalba, Guitiriz, Parga y su fuente de las aguas, Sobrado de los Monjes con su monasterio, Rábade, Lugo, Monforte de Lemos, un pantano navegable maravilloso en el río Sil, Piedrafita, Los Nogales.
    Vamos, que con estas maravillas como para fijarse en algo más.

  5. Olimpia, conozco gente que hace top less y que hace nudismo, y son excelentes personas. No he dejado de ir a una playa porque hubiera gente haciendo top less o nudismo (si así fuese, ni me habría acercado al Festival Celta de Ortigueira). Además, soy muy cinéfilo, y si siguiera los criterios de José Miguel y Lola, me habría perdido muchas buenas películas.

    Por cierto, Castropol y Taramundi sí que están en Asturias, en eso que llaman la Asturias gallega. Taramundi es precioso, especialmente la zona de Teixois. Estuve allí hace años con unos amigos, pasamos unos días inolvidables. De hecho, escribí algo sobre este sitio en el blog hace unos meses (foto incluida):
    https://www.outono.net/elentir/?p=124

    Aaay, qué nostalgia me está entrando… (debo estar en plena crisis de los 30…)

  6. Olimpia

    Tranquilo, Elentir, pronto llegará la crisis de los cuarenta.

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