Los españoles se merecen un Gobierno que les defienda

Durante estos últimos años, ya desde antes de subir al poder, Zapatero ha estado actuando con una actitud servil ante Marruecos. El Gobierno socialista ha regalado su apoyo a los planes de Mohamed VI sobre el Sáhara, ha reconocido la soberanía marroquí sobre el banco canario-sahariano e incluso ha condecorado a generales marroquíes acusados de graves violaciones de los derechos humanos. En todos los años que llevamos de democracia, ningún Gobierno español había claudicado tanto ante Marruecos como lo ha hecho el Gobierno de Zapatero.

Ahora, los Reyes se disponen a visitar Ceuta y Melilla por primera vez en 32 años de reinado (ya era hora), y una vez más hemos topado con la chulería del tirano marroquí, que se cree con derecho a decir quién visita o deja de visitar esas dos ciudades españolas. Hoy mismo, Marruecos ha llamado a consultas a su Embajador en Madrid, un gesto que se considera muy grave en el ámbito de la diplomacia.

En una muestra más de la chulería del régimen alauí, el primer ministro marroquí Abas el Fassi ha advertido a España sobre las "líneas rojas relativas a la integridad territorial de Marruecos que no deben ser traspasadas". Esta inaceptable amenaza no debe quedar sin respuesta por parte del Gobierno de España, a menos que sólo lo sea nominalmente y para titular cuñas de radio y anuncios de televisión, claro. Desgraciadamente, y como viene siendo costumbre, el ejecutivo de Zapatero todavía no ha dicho ni pío.

No soy adivino y no sé qué hará el Gobierno ante este nuevo desafío marroquí, pero los precedentes no invitan a ser optimista. En 2002, cuando Marruecos invadió militarmente el islote español de Perejil, Zapatero se apropió por su cuenta y riesgo del papel del Gobierno y de la diplomacia española y viajó a Marruecos para apaciguar a Mohamed VI. Lejos de defender los intereses españoles, el líder del PSOE atacó al Gobierno de España -el de Aznar también lo era- y volcó en él las culpas de lo ocurrido: "si España tiene problemas con Marruecos por culpa del intolerante Aznar aquí estoy yo para dialogar y resolver lo que el gobierno ha enredado", dijo el entonces jefe de la oposición.

La crisis de Perejil acabó como todos sabemos: con la Legión retomando el control del islote tras una orden del Gobierno y con Zapatero puesto en entredicho por haber ido a reirle las gracias al invasor en plena crisis. Esta nueva tensión diplomática llega, para nuestra desgracia, con Zapatero en La Moncloa. ¿Pretenderá apaciguar una vez más a una monarquía feudal como la marroquí, que pisotea la legalidad y los derechos humanos con la aprobación del Gobierno del PSOE? ¿Se creerá en serio que su falsa sonrisa puede contener las ambiciones marroquíes?

Desde luego, si es este Gobierno el que debe defendernos de las amenazas marroquíes, ya nos podemos ir preparando para lo peor. Y es que España no se merece un Gobierno que ceda ante sus enemigos, ya sean ETA o Marruecos, como lo hace el ejecutivo de Zapatero. España y los españoles se merecen un Gobierno que les defienda de toda amenaza.

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