El faro de la Isla de Arosa

En abril de 1852 se inició en Punta Caballo, en la Isla de Arosa, la construcción de un nuevo faro de 4º orden. Fue situado sobre las enormes rocas que coronan el extremo noroccidental de la isla. El faro fue diseñado por el joven ingeniero guipuzcoano Celedonio de Uribe y Urbiquiain.

En la torre de planta hexagonal y con un acristalamiento de planta octogonal, a 6 metros sobre el suelo y a 13 sobre el nivel del mar, se puso una óptica hexagonal fabricada en Francia por la casa Henry Lepaute de París, alimentada por aceite y con un alcance de 7,1 millas náuticas. En octubre de 1852 se terminaron las obras. La vivienda, de planta rectangular y adosada a la torre, disponía de dos habitaciones para el descanso de los dos fareros que atendían la señal, con una cocina común, un almacén-taller y un pasillo de distribución. La costrucción del faro costó un total de 32.531 reales, y se encendió por primera vez el 19 de octubre de 1853.

En 1904 se ordena colocar en el faro una óptica permanente, de cara a su automatización. El nuevo alumbrado se adquirió a la firma parisina Barbier Bernard & Turenne (BBT), y entró en funcionamiento aún 13 años más tarde, el 10 de noviembre de 1917. El 22 de abril de 1924 se equipó el faro con un destellador AGA alimentado por acetileno, que daba cuatro destellos cada 8 segundos y tenía un alcance de hasta 13,5 millas. Esta nueva reforma culminó la automatización del faro, en el que ya no vivieron más fareros. En 1985 se le electrificó el faro y se le instaló una óptica acrílica de 305 mm, que en la actualidad sigue señalando el lugar con una luz blanca con 10 millas de alcance. Hoy en día es uno de los faros en servicio más antiguos de Galicia.

Como nota curiosa, en 2007 Ramón Lojo instaló en el faro un restaurante, aprovechando la antigua vivienda del farero y usando dos plataformas de madera como terrazas. Hoy en día es el único faro español que funciona también como establecimiento hostelero. Tiene bastante éxito, y eso que el faro está situado en un lugar más bien recóndito, de no fácil acceso -al faro se llega por un camino de tierra que termina en las rocas- y con apenas señales que indiquen su posición. Las vistas desde el faro, como podéis ver en estas fotos, son magníficas. Un lugar sin igual, en fin, para comer o cenar.

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Comentarios:

  1. El Tíol Bastón

    Y me voy a referir aquí a un hecho poco conocido. Por aquella época, el abuelo y el padre de Robert Louis Stevenson construían casi todos los faros que jalonan hoy la costa de Escocia.

  2. Me encantan las fotos :). La zona tiene pinta de ser espectacular. A mi me has alegrado la mañana después del tráfico.

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