Su segundo prototipo llegó a volar a 3.773 Km/h durante 20 minutos en 1966

XB-70 Valkyrie: un bombardero capaz de volar a tres veces la velocidad del sonido

El siguiente vídeo muestra un acontecimiento que no se veía desde 1969: un espectacular bombardero nuclear supersónico North American XB-70A Valkyrie rodando por una pista.

El vídeo se grabó el pasado mes de octubre, durante el traslado del primer prototipo del XB-70 Valkyrie a su nuevo hangar en el Museo Nacional de la USAF en Dayton, Ohio. El Valkyrie fue un proyecto de bombardero supersónico destinado a volar a más de Mach 3, es decir, superar tres veces la velocidad del sonido. Sólo se hicieron dos ejemplares de este avión. El primer prototipo es el del vídeo, el NA-278 (USAF S/N 62-0001). Voló por primera vez el 21 de septiembre de 1964. Completó 83 vuelos acumulando un total de 160 horas y 16 minutos en el aire. Alcanzó el Mach 3.02 a 21.300 metros de altura el 14 de octubre de 1965, pero problemas en sus materiales hicieron que se le impusiese un límite de Mach 2.5 en sus siguientes vuelos. Hizo su último vuelo supersónico el 17 de diciembre de 1968. Sus seis potentes turborreactores lo llevaron por los aires por última vez el 4 de febrero de 1969, en su viaje final a la Base Aérea de Wright-Patterson, actual sede del Museo de la USAF, donde el avión descansa desde entonces.

Su gemelo, el segundo prototipo, era el NA-278 (USAF S/N 62-0207). Voló por primera vez el 17 de julio de 1965. Despegó un total de 46 veces, volando durante 92 horas y 22 minutos. Usando unas alas mejoradas respecto de las que tenía su hermano mayor, el 3 de enero de 1966 superó por tres veces la barrera del sonido, alcanzando el Mach 3.05 a 21.900 metros. Su récord de velocidad lo alcanzó el 12 de abril de 1966 llegando al Mach 3.08 y manteniéndolo durante 20 minutos. Estamos hablando de una velocidad de 3.773 Km/h. Para que nos hagamos una idea, en esos 20 minutos podría haber cubierto la distancia que hay en línea recta entre Madrid y el sur de Alemania. Aunque si queremos hacer una comparación más propia de esa época, si hubiese partido de la Base Aérea de la USAF en Rammstein, Alemania, a esa velocidad y en ese tiempo le habría dado tiempo de meterse de ello en el espacio aéreo soviético, volando sobre Ucrania sin que ninguno de los cazas soviéticos de la década de los 60 le pudiese alcanzar. El 8 de junio de 1966 el segundo prototipo despegó para un vuelo de exhibición para General Electric, la empresa fabricante de sus turborreactores. El fin del vuelo era hacer fotos del avión, que voló en formación con un F-4B Phantom II, un YF-5A Freedom Fighter, un T-38A Talon y un F-104N Starfighter.

Una vez acabada la sesión de fotos, el F-104N hizo contacto con el ala derecha del Valkyrie, dando una vuelta y barriendo sus dos derivas (los estabilizadores verticales del avión) y finalmente dañando su ala izquierda. El Valkyrie perdió el control y entró en barrena, estrellándose en Barstow, California. Los pilotos de pruebas de la NASA Joe Walker (del F-104) y Carl Cruz (copiloto del Valkyrie) murieron en el accidente. El piloto del Valkyrie, Al White, logró eyectarse pero sufrió heridas graves. En la siguiente foto del accidente podemos ver la bola de fuego en la que se convirtió el caza F-104N, y el Valkyrie antes de entrar en barrena, ya con las derivas destrozadas:

No fue este accidente en el que llevó a la cancelación del proyecto. El final de Valkyrie lo provocó el auge de los misiles. Por una parte, los SAM (misiles superficie-aire) que se estaban desarrollando hacían vulnerable a un bombardero como el Varkyrie. Pero además, el desarrollo de los ICBM (misiles balísticos intercontinentales), armados con cabezas nucleares, hicieron que el grueso de una ofensiva atómica se desplazase de las bases aéreas de bombarderos del SAC (Mando Aéreo Estratégico de la USAF) a los silos de misiles. Se planteó la posibilidad de utilizar la experiencia obtenida con el Valkyrie en hacer un transporte supersónico civil, al estilo del que hicieron franceses y británicos con su famoso Concorde, pero el proyecto nunca se llevó a cabo. A día de hoy, en el cuarto hangar del Museo Nacional de la USAF podemos contemplar esta bella reliquia de la Guerra Fría, así como otros aviones de prueba de su época.

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