La ideología de género tapa todo lo que diluya la idea del varón como opresor

Hombres víctimas de violación: un tabú social convertido en un tabú ideológico

El Teatro Afundación de Vigo ha suspendido un espectáculo del humorista Jorge Cremades, a raíz de unas declaraciones que que hizo en una entrevista a El Español el pasado diciembre.

¿Para los ideólogos de género hay víctimas de primera y de segunda en los maltratos?
Un interesante documental que echa por tierra los dogmas de la ideología de género

En aquella ocasión, Cremades declaró al citado diario digital: "Hay estadísticas que dicen que realmente hay más violaciones a hombres que a mujeres, y de eso no se habla. En las cárceles hay muchísimas violaciones de hombre a hombre, y violaciones de mujer a hombre en otros temas, no físicas.". Desde Afundación han explicado la cancelación del espectáculo con este argumento: "conscientes de que la violencia machista es una grave lacra social, no podemos ni debemos ser insensibles al profundo rechazo que ha suscitado Jorge Cremades tras sus declaraciones a un medio de comunicación".

Las estadísticas oficiales españolas no dan la razón a Cremades

Al margen de los comentarios de mal gusto que hace este individuo -esta entrada no pretende ser una defensa de su persona, ni remotamente-, me han sorprendido algunas reacciones en redes sociales que presentaban la mera denuncia de las violaciones sufridas por hombres como un signo de "machismo". Es de locos. Hay que decir que Cremades se apresuró al afirmar que existen estadísticas que respaldan su afirmación. No es cierto. Según los datos del Ministerio del Interior correspondientes a 2015 (la estadística en cuestión figura en la página 335), ese año fueron violados en España 82 hombres. Es una cifra diez veces menor a la de las 827 violaciones sufridas por mujeres, según las cifras registradas ese año. Una cifra terrible. El caso es que una violación no deja de ser algo condenable porque la sufra un hombre. Es increíble tener que decir algo tan obvio, pero a eso hemos llegado con ciertas derivas ideológicas a las que me referiré más abajo.

Las razones por las que muchas violaciones no llegan a denunciarse

En uno y otro sexo, las víctimas de una violación afrontan una situación muy difícil que a menudo les desanima a denunciar. Una agresión sexual es un horror que ataca tu intimidad, y tanto mujeres como hombres a menudo sólo quieren olvidar esa terrible experiencia. El mero hecho de que hayan invadido así su intimidad y la huella psicológica que eso deja provoca que muchas víctimas no quieran revivir esa dramática experiencia en comisaría, en un juzgado ni tan siquiera ante un psicólogo. A eso hay que añadir una cierta tendencia de parte de la sociedad a culpabilizar a la víctima. Todos conocemos la típica y miserable coletilla de que a una chica la han violado "porque iba provocando", por el mero hecho de llevar minifalda. Por eso muchas víctimas no denuncian. En el caso de las cárceles, que tienen una población mayoritariamente masculina, hay que añadir que las duras condiciones de la reclusión hacen que muchos presos no quieran quedar de chivatos ni ver agravado su calvario en caso de que la denuncia no sea escuchada por las autoridades. Por ello, las estadísticas oficiales no recogen la cifra real de violaciones en las cárceles en ningún país. Pero algunos se aferran a las estadísticas oficiales como si fuesen la verdad absoluta, para negar que en las prisiones exista ese problema de fondo que acabo de señalar.

Un 38% de agresiones sexuales contra varones en EEUU

Sin embargo, ya se han hecho estudios sobre esa terrible realidad que no reflejan las estadísticas oficiales. En noviembre el diario estadounidense The Atlantic publicaba los resultados de un estudio elaborado en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), que recogía datos de la Encuesta Nacional de Victimización del Crimen de EEUU. En el informe se indica que el 38% de las víctimas de actos de violencia sexual en EEUU en 2014 fueron hombres. Para el ámbito carcelario el estudio recurrió a los datos de la Oficina de Estadísticas Judiciales, y lo que se encontró fue muy llamativo: el estudio concluyó que las mujeres reclusas son mucho más propensas a sufrir abusos a manos de otras reclusas que del personal masculino. No obstante, en los casos de chicas y mujeres detenidas, los agresores sexuales son abrumadoramente hombres, mientras que en los casos chicos y hombres detenidos, los agresores son abrumadoramente mujeres.

Un 89,3% de agredidos en centros juveniles lo fueron por mujeres

Además, entre los adultos que informaron haber tenido contactos sexuales con el personal de la prisión, incluyendo lo que los prisioneros llaman "dispuesto" pero que a menudo se hace bajo coacción y en todo caso es ilegal, el 80% de los casos tuvieron como perpetradoras a mujeres. Entre los reclusos de centros juveniles esa cifra asciende al 89,3%. Los hombres y mujeres pertenecientes al movimiento queer eran de dos a tres veces más propensos a denunciar los abusos. Hay que tener en cuenta que esas llamativas cifras de agresiones sexuales cometidas por el personal femenino de prisiones se dan a pesar que los hombres superan a las mujeres en una proporción de tres a uno entre el personal penitenciario que tiene contacto directo con los reclusos.

Datos contra el falso tópico de las agresiones entre reclusos varones

Otro tópico que deshacía ese estudio es el de que las agresiones sexuales en las cárceles son casi siempre entre hombres: reclusos varones que son víctimas de agresiones sexuales a manos de presos de su mismo sexo. Antes bien, la encuesta comprobó que las reclusas tenían tres veces más probabilidades de ser víctimas de una agresión sexual a manos de reclusas, que los reclusos varones de ser agredidos sexualmente por otros reclusos varones (un 13,7% frente a un 4,2%, respectivamente). El estudio de la UCLA también recogía los resultados de una encuesta elaborada en 2011 entre 302 universitarios varones. El resultado fue que el 51,2% informó de al menos una experiencia de victimización sexual desde los 16 años. Lo llamativo es que en torno a la mitad de las víctimas indicó a una mujer como la perpetradora. Así mismo, otro estudio hecho en 2014 entre 284 chicos y hombres, desde secundaria a la universidad, dio como resultado que el 43% de ellos habían sido coaccionados sexualmente. De ellos, el 95% señaló a mujeres como perpetradoras. El informe de la UCLA también recogía las conclusiones de un estudio elaborado en 2012 con datos de la Oficina Nacional del Censo de EEUU, concretamente una encuesta nacional de epidemiología sobre el alcohol. En una muestra de 43.000 adultos, el 43,6% de los que reconocieron haber forzado a alguien a tener relaciones sexuales contra su voluntad eran mujeres.

El caso de los niños agredidos sexualmente por mujeres

El estudio de la UCLA también abordaba las agresiones sexuales a niños, concluyendo lo siguiente: "los investigadores han encontrado que las víctimas que sufren abusos sexuales en la niñez a manos de mujeres y hombres son más reacias a revelar la victimización perpetrada por mujeres (Sgroi & Sargent, 1993). De hecho, la incomodidad de reportar la victimización sexual de un niño por parte de una agresora puede ser tan aguda que, en cambio, la víctima puede informar incorrectamente que su agresor era varón (Longdon, 1993)." Incluía también una mención a un estudio de 2006 que señalaba que las víctimas varones pueden experimentar presión para interpretar la victimización sexual de las mujeres de una manera más consistente con los ideales de la masculinidad, como la idea de que los hombres deben disfrutar de cualquier oportunidad disponible para el sexo. "Además, la victimización sexual podría ser reformulada como una forma de iniciación sexual o un rito de paso, para hacerla parecer benigna, se indicaba. En algunos casos, "las víctimas varones son retratadas como responsables del abuso. Particularmente cuando las víctimas masculinas se mueven de la infancia a la adolescencia, se les atribuye más culpa por los encuentros con mujeres adultas."

Un nuevo tabú basado en la idea de que el hombre es siempre el opresor

¿Por qué estos datos apenas tienen difusión? La respuesta la podemos encontrar en la propia forma de analizar la violencia que predomina ahora en Occidente. La ideología de género fue formulada por una teórica marxista, Shulamith Firestone que calificaba a las mujeres como "la clase subyugada" y a los hombres como unos opresores, en una tosca aplicación a la relación entre ambos sexos de la teoría de Marx sobre la lucha de clases. Sobre esta base se ha construido lo que la feminista Christina Hoff Sommers calificó como "feminismo de género", "según el cual la mujer norteamericana está presa en un sistema patriarcal opresivo." Ese esquema ideológico ha propiciado, por ejemplo, la desaparición de las muertes de niños y hombres a manos de mujeres en las estadísticas oficiales, bajo el concepto de la "violencia de género", que relega a un segundo plano cualquier forma de violencia o maltrato en el ámbito del hogar que no tenga a un hombre como perpetrador y a una mujer como víctima. Por otra parte, cualquiera que señale hechos negativos en relación a la homosexualidad se arriesga a ser señalado como "homófobo", en medio de una presión política y mediática sin precedentes en una sociedad democrática.

¿Importa más la ideología de género que proteger a todas las víctimas?

Así pues, y si bien son más abundantes las violaciones a mujeres que las violaciones a hombres -en buena medida derivadas de esas diferencias biológicas entre sexos que niega la ideología de género-, nos encontramos con que al tabú social al que se veían sometidas las segundas -que a diferencia de las primeras no cuentan con ninguna campaña de sensibilización-, ahora se le suma un tabú ideológico que impide reconocer una situación terrible sólo porque es incompatible con la agenda política de ciertos grupos de presión. En esto podríamos señalar lo mismo que en los casos de violencia doméstica que tienen a un hombre o a un niño como víctima y a una mujer como autora del maltrato: aunque las mujeres sean cuantitativamente las víctimas más numerosas, ¿con qué derecho se obvia, se silencia o se relega el delito cuando la víctima es un varón? ¿Acaso no somos iguales ante la ley? ¿Acaso no son también terribles el dolor y el sufrimiento de un varón adolescente o adulto que sufre una agresión sexual? ¿Es que importan más ciertas agendas ideológicas que la protección a las víctimas, a todas las víctimas?

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