Dos agentes y un paisano fueron asesinados ayer en Albalate del Arzobispo

Acuérdate de estos dos valientes cuando veas a sus compañeros de la Guardia Civil

Víctor Romero Pérez (izquierda) y Víctor Jesús Caballero Espinosa (derecha) son los nombres de estos dos guardias civiles que ayer murieron asesinados en Aragón cuando cumplían con su deber.

El homenaje en carretera de los compañeros de un guardia civil muerto en acto de servicio
Así es como recibieron unos agentes del GRS de la Guardia Civil a un compañero enfermo

Su asesino, el ciudadano serbio Norbert Feher, alias "Igor el Ruso", era uno de los fugitivos más buscados de Italia, donde había cometido tres asesinatos, entre ellos los de dos caribinieri, un cuerpo similar a la Guardia Civil. Ayer, en el municipio de Albalate del Arzobispo (Teruel), asesinó a nuestros dos guardias civiles y a José Luís Iranzo, vecino de Andorra (Teruel).

Víctor Romero Pérez tenía 30 años y era de Calanda (Teruel). Estaba casado y era padre de una niña de pocos meses. Víctor Jesús Caballero Espinosa tenía 38 años y era natural de Cádiz. Era un agente destacado en el cumplimiento de su deber, y había sido condecorado durante el pasado 12 de octubre, día de la Patrona de la Benemérita, en la ciudad aragonesa de Alcañiz. José Luis Iranzo tenía 39 años, era ganadero y agricultor. Tenía pareja y un hijo. Desde aquí mi pésame a las familias de Víctor, de Víctor Jesús y de José Luís, unas familias que se han quedado rotas a pocos días de la Navidad. Espero que el asesino pague por lo que ha hecho.

La Guardia Civil es una de las instituciones más valoradas por los españoles, y con razón. Sus agentes están allí donde les necesitan, incluso en las circunstancias más difíciles, ya sea socorriendo a automovilistas en una copiosa nevada (doy fe de ello, pues un todoterreno de la Guardia Civil me guió durante una) o haciendo un rescate en la montaña, y muy a menudo velando por la seguridad en el rural y en nuestras carreteras, entre otras muchas misiones. Como demuestra el alto número de agentes que han caído en el cumplimiento del deber, entre ellos los 230 que fueron asesinados por ETA, un guardia civil es esa persona excepcional que está dispuesta a arriesgar su vida para salvar la tuya. La muerte de los agentes Romero y Caballero es la demostración de que ese compromiso no son meras palabras. La próxima vez que veas a un guardia civil cumpliendo su deber, acuérdate de ellos. Yo, cada vez que les veo, siento una gran seguridad y una enorme gratitud por el trabajo que hacen. Un trabajo que, dicho sea de paso, merece ser mejor pagado.

Lo demandó el honor y obedecieron,
lo requirió el deber y lo acataron;
con su sangre la empresa rubricaron
con su esfuerzo la Patria engrandecieron.

Nota: la capilla ardiente de los dos guardias civiles asesinados ha quedado instalada en el Ayuntamiento de Alcañiz (Teruel) a las 16:00 horas de hoy.

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Comentarios:

  1. Jandro

    Pobres y valientes muchachos. Descansen en Paz

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