Querían poner algo genuinamente gallego y pintaron manchas de vaca frisona

Gracioso: a los nacionalistas de la Marea les han colado un 'paso de vaca' de raza foránea

Hoy ha sido muy comentada en los medios la iniciativa de una empresa láctea gallega de poner, con permiso del Ayuntamiento de La Coruña, un "paso de vaca" junto al Obelisco de la ciudad herculina.

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Leo en El País que la empresa promotora de la idea ha alegado lo siguiente: "A los gallegos las cebras no nos representan, pero las vacas son parte de nuestra esencia". A mí esto me parece una enorme chorrada, sinceramente. Los pasos de cebra existen en todo el mundo. Son una señalización universal. Hacer política nacionalista con la seguridad vial es una estupidez.

¿Lo que representa a los gallegos es una raza de vacas procedente de Holanda?

Pero ya que se ponen a hacer nacionalismo con los pasos peatonales, hay que decir que a los señores de la Marea -la coalición de partidos separatistas y ultraizquierdistas, entre ellos Podemos, que gobierna en La Coruña- les han colado una raza no autóctona en ese paso de vaca. Lo que han pintado en la capital coruñesa son las típicas manchas de una vaca frisona, también conocida como Holstein, que si no me equivoco es, a día de hoy, la raza más numerosa de las explotaciones lecheras de Galicia, ya que esas vacas son buenas productoras de leche. La raza vacuna gallega por excelente es la rubia (aunque hay otras menos conocidas y mucho menos numerosas). A diferencia de la frisona, la rubia gallega se usa principalmente para producir carne. Por eso siempre digo -y creo que a veces la gente de más allá del Padornelo no acierta a captar a qué me refiero- que las rubias gallegas están buenísimas. Incluso está certificada como Ternera Gallega Suprema.

La raza frisona procede de los Países Bajos. Por supuesto, a mí lo de las razas de las vacas no me importa gran cosa. Reconozco que a la rubia gallega le tengo cierto aprecio porque es la que veo cuando voy de excursión por el monte, pero nada más. De hecho, la rubia gallega ha sido objeto de mejoras con el paso del tiempo, mediante intercambios con otras razas. Lo normal. De hecho, podríamos decir lo mismo de los gallegos. El que piense que aquí descansan las enseñas raciales del celtismo seguramente será porque se ha pasado dándole al vino. El pueblo gallego es la suma de distintas influencias: celtas, romanos, suevos, visigodos, moros, castellanos... Hacer discursos esencialistas con la raza es una estupidez. Y con la lengua lo mismo.

Algunos aceptan que les traten como ganado lingüístico

Y aquí hago un inciso: el gallego es una lengua originaria de esta región, pero a día de hoy el español -después de siglos de uso en Galicia- es la lengua de la mitad de la población. Para que nos hagamos una idea, en Galicia se habla español desde antes de que se hablase inglés en muchas partes de lo que hoy son los Estados Unidos. ¿Te imaginas a alguien diciendo que el inglés es una lengua foránea en EEUU y que hay que discriminarlo para favorecer al navajo o al siux? A pesar de ello, algunos políticos se empeñan en tratar al español como una lengua extranjera, como un error que hay que corregir incluso discriminando a los que la hablamos. Imaginemos por un momento que esos políticos dijesen a los ganaderos que tienen que deshacerse de sus frisonas porque lo propio de Galicia son las rubias. La bronca sería monumental. Pues esto mismo nos lo dicen con la lengua un día sí y otro también, entre ellos los políticos de la Marea. Y muchos aceptan ser tratados como simple ganado lingüístico, a veces por miedo a ser tachados de "deturpadores" o de "turistas de Madrid" por los mismos que luego te ponen manchas de vacas holandesas en un paso de peatones, porque dicen que es lo que mejor nos representa a los gallegos...

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(Foto: Luis Miguel Bugallo Sánchez / Wikimedia)

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