El motivo por el que Pablo Iglesias citó a China para presionar a Casado contra Vox

En el debate de la moción de investidura de Vox contra el Gobierno de Sánchez ocurrió algo muy llamativo pero que no ha merecido comentarios en los medios.

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Iglesias mencionó ayer a China para presionar a Casado contra Vox

Ese momento se produjo durante la réplica de Pablo Iglesias a Santiago Abascal, justo después de que el jefe de Podemos se deshiciese en elogios al presidente del Partido Popular. El diputado de extrema izquierda dijo lo siguiente: "esta moción ha sido seguida con enorme atención por parte de muchas embajadas, no sólo la embajada de la República Popular China, también las embajadas de todas las potencias de la Unión Europea, y no porque a los países europeos y a sus cancillerías les preocupe lo que diga el señor Abascal -conocen perfectamente a la ultraderecha-, sino porque saben que usted depende del señor Abascal". Aquí el vídeo:

Desde luego, fue revelador descubrir que Pablo Iglesias está al tanto de las inquietudes de la embajada de China, y no sólo de las preocupaciones de otras tiranías con las que se ha venido codeando o a las que ha dedicado mensajes elogiosos, como Venezuela, Irán y Cuba.

¿Qué tendría que importarle a Casado que Iglesias cite a China?

La pregunta obvia ante esa reveladora alusión de Iglesias a China es: ¿y qué tendría que importarle a Casado lo que piense esa dictadura comunista? El presidente del PP se considera un demócrata y, como tal, debería mostrar el mismo desprecio ante las presiones chinas que exhibe Trump, un presidente al que no le tiembla la mano a la hora de plantar cara a ese régimen totalitario. El problema es que el PP arrastra una serie de cosas con China que resultan muy chocantes para un partido que a veces dice ser de centro-derecha.

Las amistosas relaciones del PP con el Partido Comunista de China

Para revisar esas cosas tan chocantes basta con buscar un poco en la propia web del partido de Casado. El 1 de marzo de 2011, cuando estaba en la oposición, el PP publicó dos fotos de una reunión en su sede con representantes del Partido Comunista de China. Entre los dirigentes del PP presentes en el encuentro figuraban Esteban González Pons, entonces diputado nacional y hoy eurodiputado, y Jorge Moragas, entonces diputado y posteriormente director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno de España con Mariano Rajoy.

El 21 de abril de 2013, el PP anunció la firma con el PCCh de un "un Memorándum de entendimiento, intercambio y cooperación", de la mano de María Dolores Cospedal, entonces secretaria general del PP, que acudiría al país asiático acompañada del ya citado Esteban González Pons y José Ramón García Hernández, entonces secretario ejecutivo de Relaciones Internacionales del partido.

El 22 de abril de 2013, la web del PP informó del encuentro entre el PP y el PCCh en China, con la asistencia de los dirigentes ya citados. En él, Cospedal afirmó: "nos debemos preguntar qué le puede aportar España a China y qué le puede aportar China a España" Cospedal también añadió: "es muy cierto que el Partido Popular y el Partido Comunista Chino habitan espectros ideológicos distintos, pero ello nunca puede ser óbice para tender la mano, hallar puntos de encuentro en un mundo que demanda a los políticos que sepamos cruzar a la otra orilla".

Finalmente, el 31 de agosto de 2017 el PP informó de otra visita de González Pons a China, en este caso en calidad de portavoz del PP y vicepresidente primero del Grupo del Partido Popular Europeo en el Parlamento Europeo. El PP informó de la reunión de González Pons con "miembros del Departamento de Internacional del Partido Comunista".

A ver si lo entiendo: el mismo PP que ayer se lanzaba a dar lecciones de democracia a Vox y rompía sus puentes con este partido, al mismo tiempo mantiene relaciones amistosas con el partido único de una dictadura comunista. Recordemos que Vox es un partido democrático, miembro de un grupo de larga tradición democrática en el Parlamento Europeo como es el de los Conservadores y Reformistas (ECR). Claro que Vox es, además, un partido claramente anticomunista. ¿Tal vez sea ése el problema, señores del PP?