Se repite la infame operación de desinformación que siguió a aquella masacre

Desde Katyn a Mariupol: es triste ver lo poco que han cambiado Rusia y sus propagandistas

Sáb 12·3·2022 · 7:02 3

En septiembre de 1939, la Alemania nazi y la Unión Soviética invadieron conjuntamente Polonia, cometiendo innumerables crímenes contra los polacos.

Terrorismo ruso en Mariupol
Katyn: las burdas mentiras y el negacionismo comunista sobre la masacre de 22.000 polacos

Las mentiras de Stalin sobre la masacre de Katyn

Unos meses después de la invasión, ya en 1940, los soviéticos asesinaron a 21.768 prisioneros de guerra polacos en la masacre de Katyn. Para llevar a cabo este crimen, el NKVD soviético usó pistolas alemanas Walther, que los alemanes habían entregado en grandes cantidades a sus aliados soviéticos. Se eligieron esas armas para, llegado el caso, eludir toda responsabilidad sobre la masacre.

En junio de 1941 Hitler rompió su alianza con Stalin e invadió la URSS, por lo que los soviéticos se unieron al bando aliado. En diciembre de 1941, el Primer Ministro del Gobierno polaco en el exilio, el general Wladyslaw Sikorski, viajó a Moscú y preguntó a Stalin por el paradero de los oficiales polacos capturados por los rusos en 1939. Stalin le dijo que los prisioneros habían huido a Manchuria, un estado títere de Japón situado a más de 6.000 kilómetros de Polonia. Cuando los alemanes hallaron las fosas de la masacre en 1943, Stalin cambió su versión y dijo que los oficiales polacos fueron asesinados por los alemanes.

Una mentira oficial soviética que se propagó durante décadas

Británicos y estadounidenses presionaron para no remover el asunto, pero cuando Sikorski pidió que la Cruz Roja Internacional hiciese una investigación de lo ocurrido, Stalin rompió relaciones con el Gobierno polaco en el exilio. Unos meses después, Sikorski murió en un misterioso accidente de avión cuando despegaba de Gibraltar. Durante décadas, la URSS siguió culpando de esa masacre a los alemanes, hasta que el 13 de abril de 1990 por fin reconoció la verdad y atribuyó aquel crimen a la dictadura de Stalin.

A pesar de las evidencias, todavía hoy muchos comunistas y nacionalistas rusos siguen negando la verdad y culpando a Alemania, un intento de falsear los hechos que ha sido ocasionalmente respaldado por el régimen de Putin: en 2019 fueron retiradas dos placas en honor de las víctimas de esa masacre en Rusia, alegando que no se basan en "hechos documentados".

El brutal bloqueo de Mariupol y el ataque ruso a un hospital materno infantil

La llamada "mentira de Katyn", mantenida por todos los medios oficiales soviéticos durante casi medio siglo, parecía algo propio del pasado, pero las mentiras de la propaganda oficial rusa sobre la invasión de Ucrania parecen haber resucitado lo peor del aparato de propaganda soviética. Esta semana hemos tenido una ruin demostración de hasta qué extremo puede llegar el régimen de Putin. El 9 de marzo, los rusos atacaron un hospital materno infantil en Mariupol, una localidad que está actualmente cercada por las tropas rusas y donde se está viviendo una auténtica catástrofe humanitaria: ayer las autoridades de la ciudad denunciaban la muerte de 1.582 personas en 12 días de bloqueo y bombardeos rusos contra zonas residenciales.

La operación de distracción y desinformación del régimen de Putin

Estos días han circulado diversas imágenes del hospital atacado, así como fotos de varias mujeres embarazadas que estaban en él, siendo evacuadas entre los escombros. Unas imágenes que son testimonio de la operación de terrorismo que está desatando Putin contra la población civil ucraniana.

Demostrando el mismo desprecio por la verdad que tuvieron los soviéticos tras la masacre de Katyn, el régimen de Putin ha lanzando una maniobra de distracción para cuestionar el ataque, intentando que el debate se centrase no en la atrocidad cometida por el ejército ruso, sino en si las imágenes captadas allí eran auténticas o no. La diplomacia rusa llegó a acusar a una de las madres evacuadas de estar protagonizando un montaje, simplemente porque es una famosa bloguera ucraniana, Marianna Podgurskaya (bajo estas líneas). La diplomacia rusa incluso ha afirmado que la joven estaba haciendo el papel de la otra mujer que acabamos de ver en una camilla, y que no era ella.

El Kremlin instiga el acoso contra esa madre ucraniana

A Rusia no le ha bastado con intentar matar a Marianna y a su hija por nacer, sino que además ha desatado contra ella una miserable campaña de acoso y difamación, presentándola como una actriz que pretendía ensuciar la imagen de Rusia. El caso es que el 28 de febrero, Marianna publicó una foto suya embarazada desde Mariupol en su cuenta de Instagram.

Demostrando una pésima calidad humana y un fanatismo que recuerda mucho al de nazis y comunistas, muchos internautas rusos han llenado la cuenta de Instagram de Marianna con insultos y difamaciones, reproduciendo las mentiras lanzadas por el régimen de Putin. Un asqueroso linchamiento que ha sido apoyado por Sputnik News, un medio de propaganda del Kremlin (y algunos aún se escandalizan de que esa basura haya sido bloqueada por la UE). Simultáneamente, en las redes sociales, aficionados a las teorías conspirativas -hay muchos fans de Putin entre ellos- daban rienda suelta a todo tipo de especulaciones y disparates sobre esta joven. Había que negar como fuese la evidencia, igual que la URSS hizo con Katyn. Las pruebas eran lo de menos, y las víctimas no les importan nada.

Marianna ya tiene en sus brazos a la pequeña Veronika

Ayer, la periodista ucraniana Olga Tokariuk informó que este miércoles a las 10 de la noche, Marianna dio a luz a su niña. "Están bien, pero hace mucho frío en Mariupol y los bombardeos no paran", comenta Olga.

Este viernes, Olga publicó estas dos fotos en las que vemos a Marianna, a la pequeña Veronika y a su padre. Este debería ser el momento más feliz de la vida de una madre, pero Marianna tiene cara de tristeza. Ella y su pequeña han sobrevivido al horror del ataque ruso al hospital materno de Mariupol, pero los ataques continúan. Ambas podrían estar entre las próximas víctimas.

Y mientras eso ocurre en un rincón de Ucrania, en la red multitud de necios se dedican a negar la autenticidad del ataque, e incluso algunos periodistas insisten en mostrarse equidistantes entre lo que dicen las evidencias gráficas y lo que dicen las mentiras de la propaganda rusa, es decir, entre las pruebas de los agredidos y las negaciones de los agresores. Es lo mismo que buscaba Stalin negando la verdad sobre Katyn: sembrar la duda y que quien dice la verdad parezca sospechoso. Es muy triste ver lo poco que han cambiado tanto Rusia como sus propagandistas desde entonces, y cómo la vieja máxima del "miente que algo queda" sigue teniendo éxito en unos tiempos en los que nos creemos mejor informados que nunca.

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Fotos: Evgeniy Maloletka / Olga Tokariuk.

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Comentarios:

  1. FaramirGL

    La adicción de los rusos por la mentira y la propaganda va más allá del comunismo. Por desgracia, son un pueblo acomplejado y obsesionado con la apariencia y la ambición de grandeza. De ahí su nacionalismo, aún más acomplejado, virulento y agresivo que el alemán o el francés.

  2. El Peregrino Gris

    ¡Qué p*** barbaridad! ¡Completamente indignante! ¿Se puede saber qué ventaja táctica obtienen los rusos atacando así a civiles inocentes?

    Es que ya da igual que Rusia esté invadiendo Ucrania en defensa propia contra la OTAN. ¡Nada! ¡Absolutamente nada justifica un ataque masivo contra inocentes! Y es que ya no solo se trata de madres y niños y ancianos. ¡También los niños por nacer! ¿Puede alguien explicarme en qué medida son dichos infantes culpables de las intrigas internacionales?

    Un gran misterio: son los inocentes los que sufren mientras Soros y Putin comen caviar y mueven hilos como si el mundo fuera un gran teatro de títeres.

  3. MirloNegro

    Todo el mundo contra Putin. Todo el mundo con Ucrania.
    Apagar la calefacción en España, es poco sufrimiento. Yo ya me he comprado una manta por solidaridad.
    Espero que todos los ucranianos que vengan a España, que por supuesto les vamos a tratar como a nuestros hijos, pronto regresarán a su país. Y los rusos están obligados a reconstruirla, de la misma forma que lo han destruido.

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