Las sanciones afectan al material militar ruso: los casos de UralZavod, Chelyabinsk y Kamaz

Las sanciones internacionales a Rusia por la invasión de Ucrania ya están empezando a tener efectos negativos en la fabricación de material militar ruso.

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Las fábricas de UralZavod y Chelyabinsk suspenden sus trabajos

El 21 de marzo, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania también señaló en un comunicado que las fábricas de UralZavod Corporation y Chelyabinsk, especializadas en la fabricación y reparación de tanques y otros vehículos blindados para las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, han suspendido sus trabajos debido a la carencia de componentes fabricados en el extranjero.

La UralVagonZavod Corporation, también conocida como UralZavod, es una empresa estatal rusa que viene fabricando tanques desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Tiene su sede en Nizhny Tagil, en los Urales, y ha fabricado modelos como el T-62, el T-72 y el T-90. A su vez, la Planta de Tractores de Chelyabinsk produjo 18.000 tanques en la Segunda Guerra Mundial, especialmente del modelo T-34. Desde entonces, ha fabricado algunas variantes de los blindados BMP-1, BMP-2 y BMP-3.

La dependencia rusa de los componentes extranjeros

La Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania ha publicado un comunicado este lunes por la tarde en el que revela los efectos que están provocando las sanciones en la fabricación de material militar ruso: "la incapacidad de continuar la producción se debe al aumento de los precios de las materias primas y los componentes", señala el comunicado.

"En las últimas décadas, la producción militar y el "rearme" del ejército ruso se han hecho posibles mediante la compra masiva de tecnología, materiales y productos electrónicos extranjeros", señala la Inteligencia ucraniana en ese comunicado. "Sin ésta, la oportunidad de continuar la producción de armas modernas (misiles, tanques, aviones) se ha vuelto prácticamente imposible".

El caso de la fábrica de camiones Kamaz

La Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania cita un caso concreto: la marca rusa de camiones Kamaz. "Hoy, la planta de KAMAZ se ha convertido en un ejemplo sorprendente de "independencia tecnológica" y "sustitución de importaciones" de la Federación Rusa. Los modelos modernos producidos por la planta estaban equipados con motores Cummins (EEUU), transmisión ZF (Alemania) y equipo de combustible Bosch (Alemania). Ahora se han visto obligados a volver a la producción de modelos de la década de 1960, que los rusos llamaron 'clásicos'".

Kamaz fabrica camiones militares desde hace muchos años. En los años 80 sacó el modelo Kamaz 4310, del que se fabricaron más de 270.000 unidades para el Ejército Soviético (y después para el Ejército Ruso), además de para otros operadores extranjeros. De él se hizo incluso una versión blindada, el Typhoon. Su producción estuvo activa de 1981 hasta 1995. Su sucesor fue el Kamaz 43114, lanzado en 1991, un camión 6x6. Estos dos modelos aún están muy presentes en el Ejército Ruso, y junto al más veterano camión Ural-4320, llevan gran parte del peso de las operaciones logísticas en la invasión de Ucrania, con unas enormes pérdidas no sólo por la acción de las fuerzas militares ucranianas, sino también debido al mal estado de los vehículos (por un deficiente mantenimiento) y la falta de recambios (especialmente ruedas) y combustible.

El 28 de febrero, cuatro días después del inicio de la invasión de Ucrania, la marca alemana Daimler Truck, perteneciente al Grupo Mercedes-Benz, canceló toda su colaboración con Kamaz. En 2008 Mercedes-Benz adquirió el 10% de Kamaz, una participación que se amplió al 15% en septiembre de 2021. El 1 de marzo Daimler Truck anunció que suspendía todas las entregas de componentes a Kamaz, si bien matizó que sólo iban destinados a modelos civiles.