Las olas del mar, la arena y el paso del tiempo son capaces de enterrar los objetos más insospechados, incluso un avión de combate.
El 31 de julio de 2007, un vecino del condado de Gwynedd, en Gales, encontró un objeto curioso en la playa de Harlech. En la arena sobresalía lo que parecía el ala de un viejo avión. Fotografió su hallazgo y se lo comunicó al Ministerio de Defensa británico, pero desde allí le contestaron que seguramente se trataría de los restos de un dron utilizado como blanco para prácticas de artillería antiaérea en una base cercana de la RAF en la década de 1950.
Insatisfecho con la respuesta del ministerio, el lugareño envió la información a un periódico local, que publicó la foto del ala sobresaliendo de la arena. Aquella noticia llamó la atención de Matt Rimmer un historiador local especializado en la Segunda Guerra Mundial, que reconoció al momento a qué avión pertenecía aquel ala: era un caza de largo alcance Lockheed P-38F Lightning de la Segunda Guerra Mundial, un avión utilizado en aquella época por la Fuerza Aérea del Ejército de Estados Unidos (USAAF). Tras contactar con el residente que había hecho el hallazgo, volvieron a visitar el lugar. La arena había descubierto más partes del viejo avión.
Pero ¿cómo llegó hasta allí aquel avión? Todo empezó el 27 de septiembre de 1942 a las 14:00 horas. El Segundo Teniente Robert F. Elliot. del 14º Grupo de Caza de la USAAF, despegó del aeródromo de la RAF en Gales con el P-38F 41-7677, con la misión de remolcar un blanco para un ejercicio. Como era habitual, despegó utilizando los tanques de reserva del avión, pero a los 15 minutos de vuelo olvidó cambiar a los tanques principales del avión.
A los 55 minutos de vuelo, el motor izquierdo perdió potencia. El piloto creyó que se debería a un fallo de la hélice. Decidió regresar al aeródromo. Dejó caer el blanco, y a dos millas de su base, el motor derecho se apagó. Decidió buscar un lugar donde hacer un aterrizaje de emergencia y vio la playa de Harlech. Por desgracia, el avión acabó tomado tierra en la zona de la playa sumergida por el agua del mar. Elliot sobrevivió al accidente. Aunque había planes de rescatar el avión, en octubre de 1942 el 14º Grupo de Caza fue desplegado en el norte de África. Allí el Teniente Elliot murió en combate el 5 de diciembre de ese año. Nunca se encontraron sus restos.
En cuanto al P-38 de Harlech, debido a la guerra los civiles tenían prohibido el acceso a las playas, y los periódicos también tenían orden de no dar noticia de accidentes militares. Tres años después del accidente, cuando se reabrieron las playas tras el final de la guerra, el avión ya había sido engullido por la arena y el mar. Ningún vecino de la zona sabía que había un avión allí. Estuvo enterrado durante 65 años, hasta que las mareas cambiantes lo sacaron a la luz.
La ley británica prohíbe manipular, dañar, mover, retirar o desenterrar cualquier parte de un avión militar accidentado en el Reino Unido, así que Matt Rimmer tuvo que pedir permiso al Ministerio de Defensa británico para recuperar la aeronave. Tras obtener esa licencia, actualmente Rimmer está recaudando fondos en su web para lograr recuperarlo. El avión es hoy conocido por los lugareños como "Maid of Harlech" (Doncella de Harlech), un apodo inspirado en una figura de la mitología celta, las "mermaids" (doncellas del mar), bellas mujeres que habitaban las aguas (tanto el mar como lagos y ríos).
Puedes ver aquí un interesante reportaje publicado por Mark Felton sobre este avión y su curioso descubrimiento:
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Comentarios:
wladimir
interesante historia….
ojala obtenga los fondeos y pueda recuperarlo…esto es hacer historia….
6:16 | 20/07/22
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