Un repaso a una serie de hechos históricos que algunos se empeñan en ignorar

Dos estados, la historia de una solución que rompieron quienes querían destruir a Israel

Eng Mar 24·10·2023 · 7:09 5

Últimanente algunos quieren convencernos de que la culpa de que terroristas palestinos masacren a civiles isralíes la tiene el propio Israel.

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Lo que ignora la varita mágica de los dos Estados

Esa varita mágica consistiría, según algunos, en establecer dos Estados (Israel y Palestina) para que haya paz. Una solución difícil de alcanzar, teniendo en cuenta que los propios palestinos han roto sus territorios (Hamás se ha quedado con Gaza y sus enemigos de Fatah se han quedado con Cisjordania). Además, Hamás quiere borrar a Israel del mapa, un hecho que unido a su condición de grupo terrorista hace imposible la convivencia. ¿Cómo convivir cuando tienes a un vecino empeñado en invadir tu territorio y asesinar a tus ciudadanos? Hamás lo dejó muy claro con su ataque terrorista del 7 de octubre.

Un poco de historia: el plan de partición de la ONU de 1947

No obstante, como es posible que muchos ingenuos caigan en la trampa de ese discurso simple e infantil de creer que con dos Estados se arreglaría todo, no está de más recordar lo que proponen algunos ya fue aprobado por la ONU en 1947. El 29 de noviembre de ese año, por 33 votos a favor, 13 votos en contra y 10 abstenciones, fue aprobado un plan de partición del Mandato Británico de Palestina, que otorgaba la mitad del territorio a los judíos y la otra mitad a los que entonces se hacían llamar "árabes", porque el panarabismo estaba muy de moda.

Los árabes rechazaron la partición e invadieron Israel

Aquella votación fue un momento de júbilo para el pueblo de Israel: después de haber sufrido el horror del Holocausto, por fin iba a tener un Estado propio en una tierra habitada por los judíos desde hace miles de años y de la que muchos ellos fueron expulsados por sucesivas invasiones (persas, romanos, mahometanos, mamelucos y otomanos). Sin embargo, en aquella asamblea de la ONU hubo un dato que adelantó lo que ocurriría continuación: todos los países musulmanes que participaron en esa votación rechazaron la partición (Afganistán, Arabia Saudí, Egipto, Irán, Irak, Líbano, Pakistán, Siria, Turquía y Yemen).

Un año después, los árabes de Palestina, apoyados por siete países árabes (Arabia Saudí, Egipto, Irak, Líbano, Siria, Transjordania y Yemen), iniciaron una guerra para destruir al Estado de Israel y expulsar a los judíos de Oriente Medio. Fue una clara agresión contra un mandato de las Naciones Unidas y contra un país soberano, pero sobre todo fue una manifestación clara del rechazo de los árabes a la convivencia pacífica entre judíos y musulmanes en Oriente Medio.

Gracias a una extraordinaria movilización del pueblo judío para su defensa, Israel ganó la guerra. Además, tanto EEUU como la URSS rechazaron la agresión árabe, que fue la primera agresión militar de un país contra otro desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Gracias a su victoria militar, Israel amplió en un 23% su territorio, algo de lo que no cabe culpar al Estado judío, sino a los árabes que quisieron aniquilarlo. Por su fanatismo, los árabes acabaron perdiendo tierras que podrían haber conservando si hubiesen querido vivir en paz con los judíos y hubiesen aceptado la partición aprobada por la ONU.

Las guerras continuaron por culpa del fanatismo panarabista

A eso hay que añadir otro detalle que algunos simparizantes de los palestinos pasan por alto. Los países árabes pudieron establecer una nación palestina en los territorios restantes, pero no lo hicieron: Transjordania (rebautizada como Jordania en 1952) ocupó Cisjordania y Egipto ocupó la franja de Gaza. Como ya he señalado, el panarabismo estaba muy de moda y los árabes musulmanes soñaban con formar una gran nación que abarcase desde Arabia hasta Marruecos.

En 1956, Egipto, entonces gobernado por el nacionalista Nasser, provocó una nueva guerra mediante el apoyo a grupos terroristas árabes en Israel y con el bloqueo los accesos al puerto israelí de Eilat en el Mar Rojo. La cosa acabó con la Guerra del Sinaí y una nueva derrota árabe, que le hizo perder a Egipto toda la Península del Sinaí, un territorio al que Israel renunció por las presiones de EEUU y la URSS.

Los problemas no acabaron ahí: en 1967, Egipto -apoyado por Siria, Jordania e Irak- acumuló tropas en el Sinaí para una nueva agresión contra Israel, mientras bloqueaba el acceso de buques israelíes por los Estrechos de Tirán. Estalló una nueva guerra (la llamda Guerra de los Seis Días) que acabó en una nueva derrota árabe y la ocupación del Sinaí, Cisjordania, Gaza, Jerusalén Este y los Altos del Golán por parte de Israel. Fueron unas pérdidas territoriales dramáticas para los países árabes, pero ellos se lo buscaron.

Como parece que no habían tenido suficiente con tres derrotas, en 1973 Egipto y Siria, instigados por la URSS, atacaron a Israel otra vez, en la conocida como Guerra de Yom Kipur. Esta vez la invasión pilló a Israel por sorpresa, pero finalmente la guerra acabó en una cuarta derrota árabe. Esta nueva derrota y el auge del terrorismo palestino acabaron provocando que Egipto se alejase de la URSS y que Jordania expulsase de su territorio a miles de territoristas palestinos, que se instalaron en el Líbano. En 1975 Israel devolvió el Sinaí a Egipto y en 1978 ambos países firmaron la paz. No ha vuelto a haber guerras entre los dos.

El terrorismo palestino no quiere la paz: quiere destruir a Israel

Sin embargo, la paz sigue sin ser posible en la zona por culpa del terrorismo palestino, apoyado primero por la URSS y por Siria y ahora por Irán, Qatar y Turquía. Ni siquiera los esfuerzos de Israel para apaciguar a sus vecinos han tenido el efecto deseado. En 2005, Israel desalojó a todos los judíos de Gaza y del norte de Cisjordania, en un movimiento unilateral para intentar alcanzar la paz. Al año siguiente, la banda terrorista Hamás, que pretende destruir el Estado de Israel, se dueñó de Gaza. Desde entonces, los grupos terroristas palestinos instalados en Gaza (al igual que los instalados en el sur del Líbano y en Cisjordania) han seguido atacando periódicamete a Israel y provocando el hartazgo de muchos países árabes que antes apoyaban la causa palestina.

El hartazo de algunos países árabes con el fanatismo palestino

Ese hartazgo es lo que explica un hecho que antes parecía impensable: en 2020, Israel entabló relaciones diplomáticas con Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Sudán, todos ellos miembros de la Liga Árabe. Además, desde 1994 Israel y Jordania mantienen un tratado de paz, y el Estado judío también tiene relaciones comerciales con Omán.

Esos hitos han abierto las puertas a entablar relaciones con otros países, entre ellos Arabia Saudí. El ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, claramente inspirado por Irán (el mayor enemigo del Estado judío), ha servido para enfriar las relaciones entre Israel y Arabia Saudí. Seguramente ése era el efecto político que buscaban Irán y Hamás.

El balón está sobre el tejado de los enemigos de Israel

Así pues, si alguien quiere acabar con la violencia en Oriente Medio, sólo tiene que convencer a Irán y al terrorismo palestino de que dejen en paz a Israel, que dejen de enviar territoristas a territorio israelí y que dejen de asesinar, violar, torturar y secuestrar a ciudadanos israelíes. Fanáticos irracionales como los ayatolas de Itán y los terroristas de Hamás no se dejan convencer fácilmente, así que hasta que entren en razón, Israel tendrá que seguir haciendo lo mismo que debería hacer cualquier país civilizado cuando es víctima de una agresión: defenderse y velar por la seguridad de sus ciudadanos.

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Foto: Veronaa.

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Comentarios:

  1. wladimir

    estoy totalmente de acuerdo…

    pero mientras los terroristas palestinos (Septiembre Negro,OLP,HAMAS,La Fatah,Al Aqusa,La Jihad Islamica,etc) sigan existiendo en gaza y Cisjordania apoyados pos sus socios de Hexbollah en Libano y el grupo Al Quds de la Republica islamica de Iran siga existiendo con esa teocracia terrorista que tiene..yo veo muy dificil que Israel tenga paz…

    y no solo eso..despues que acaben con Israel..el objetivo declarado de los islamists es la Jihad Global y ver la bandera de la Media Luna en el mundo entero..o sea despues de los infieles judios..venimos nosotros los infieles cristianso occidentales..

    la unica y definitiva manera de acabar con todo esto..pasa por eliminar (exterminar) a todos estos grupos terroristss con una ddecisiva operacion militar y realizar una decisiva intervencion militar que destruya de una vez por todas al regimen teocratico islamista chii de Iran…

    y si esto no se hace..volveremos al mismo circulo vicioso de hacer operativos contra HAMAS en Gaza y que despues sus amigos de Iran y hezbollah los respaldes y vuelvan HAMAS y sus aliados a la carga contra israel…

  2. Jandro

    Pero no olvidemos que ahora, para muchos ya no vale tampoco la solución de los dos Estados: ahora la cosa es que Israel nunca tendría que haber tenido su estado porque su pérdida se produjo hace muchísimo tiempo. Y a mí me parece que esa opinión de alguna manera cabe.

    Pero es triste que, por desgracia, la mayoría de los que piensan así no terminan de asimilar que la ONU sí ha reconocido el derecho de Israel a existir como nación en ese enclave y no consiguen distinguir racionalmente entre un grupo de salvajes terroristas que agreden sistemáticamente y un país democrático (el único de la zona) que se defiende de manera legítima.

  3. escoces

    Añado. La Europa de hoy también esta en peligro de convertirse al Islam.

  4. Beato de Liébana

    Siempre caemos en el error de que los árabes, en la primera guerra querían acabar con Israel y establecer el estado palestino, cuando si intención verdadera era repartirse los territorios de Israel y Palestina.
    La solidaridad con este último solo era una añagaza para ganar terreno

  5. Otromas

    Hay que reconocer que Israel está demostrando una contención encomiable… considerando todo lo que se detalla en el artículo.

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