Cuando se quejan de un bloqueo en Twitter quienes admiran a los que hacían estas cosas

Llevo 20 años publicando este blog y muchos de sus contenidos los he dedicado a recordar los crímenes de los regímenes totalitarios.

Un grupo estalinista intenta pescar en río revuelto usando la Hispanidad como anzuelo
Stalin: datos y números de los crímenes del sanguinario dictador y genocida comunista

He dedicado especialmente muchos artículos a los crímenes comunistas. Los crímenes del nazismo son sobradamente conocidos y sobre ellos se han rodado multitud de películas (es la única forma que tiene mucha gente hoy en día de recordar la historia), pero la cinematografía sobre los crímenes del comunismo es escasa en proporción a los más de 100 millones de muertos que ha dejado ese movimiento totalitario.

Cada vez que escribo un artículo sobre los crímenes de los totalitarios no es solamente para recordar a sus víctimas, sino para evitar que la historia se repita. Lamentablemente, después del horror del Holocausto y después del horror de los genocidios comunistas, hoy estamos contemplando la reaparición del antisemitismo en Occidente y el resurgimiento del comunismo, los dos monstruos que más muerte provocaron en el siglo pasado. Ante algo así me niego a ser indiferente.

Ayer di la voz de alarma sobre un grupo estalinista que se está infiltrando entre la derecha usando la Hispanidad como anzuelo. Como pudisteis ver ayer en mi artículo, ese grupo ensalza a Stalin y a las dictaduras comunistas de Corea del Norte y Cuba. Es decir, un grupo que ensalza a un dictador sanguinario cuyo régimen asesinó a millones de personas y a dictaduras que hoy en día convierten a países enteros en enormes prisiones. Hay gente que defiende hacer cosas junto a un grupo así. Es decir, junto a un grupo que ensalza a regímenes en los que quienes discrepan del poder son enviados a prisión o ejecutados.

No me ha sorprendido nada observar que en mi publicación en Twitter difundiendo esa entrada he empezado a recibir insultos de antisemitas y mensajes de admiradores de Stalin y de Hitler. Otra vez nazis y comunistas unidos igual que en la invasión de Polonia en 1939. En un artículo que publiqué aquí en septiembre señalé que son la misma escoria. Ahora incluso se defienden entre ellos.

Lo más divertido es que el dirigente de ese grupo estalinista me ha llamado "cobarde" por tenerle bloqueado en Twitter. ¿Con qué cara se queja de un bloqueo en Twitter alguien que ensalza a un dictador cuyo régimen acababa con los discrepantes mediante tiros en la nuca? ¿Le parece, acaso, más doloroso ser bloqueado por otro usuario en Twitter que ser enviado al Gulag o a un paredón ante un pelotón de fusilamiento por no opinar como Stalin?

Ese dirigente comunista también ha dicho sobre mí que "este tipo de individuos son disolventes y muy útiles a los responsables de la gestión de la DANA". Seguramente no lee mucho este blog. Aquí he criticado y seguiré criticando lo que vienen haciendo el PSOE y el PP desde el gobierno nacional y los gobiernos autonómicos. No admito lecciones de oposición a un gobierno de quienes ensalzan a dictadores que zanjan toda oposición mediante la más brutal represión. Hay que tener un cinismo colosal para defender a dictaduras como las citadas y después convocar una manifestación contra el "régimen del 78", como hace ese grupo estalinista. Nuestra democracia tiene muchos defectos, pero es mil veces mejor que lo que tienen en Cuba o en Corea del Norte.

Por lo demás, tengo por norma bloquear en Twitter a todos los totalitarios, ya sean nazis, comunistas o fascistas. Yo no tengo nada que discutir con ellos, y generalmente de gente así sólo recibo insultos por el mero hecho de defender la democracia, de apoyar al Estado de Israel y de apoyar a Ucrania. Yo no tengo nada que discutir con quienes defienden a regímenes donde criticar al poder es calificado como un crimen, un crimen que se castiga con las penas más severas, incluida la muerte. En las dictaduras que los totalitarios admiran yo estaría en un Gulag, en el Laogai (su versión China) o en cualquier otro campo de concentración, o simplemente estaría bajo tierra con una bala metida en el cráneo.

Yo puedo debatir sobre todo lo que haga falta con quienes aceptan las reglas democráticas, con quienes defienden un sistema político en el que existe la libertad de expresión, con quienes consideran que tener unas ciertas ideas políticas no les da derecho a liquidar a los que opinan distinto. Con quienes defienden a criminales de masas como Stalin, con quienes defienden a regímenes asesinos como los de Cuba y Corea del Norte, con quienes admiran a un monstruo asesino como Hitler... yo con ésos no tengo nada que discutir. Absolutamente nada. No me juntaría con ellos ni para ir a cobrar una herencia.

Lo único que me apetece hacer con gente así es utilizar mi única arma, que es la palabra, para denunciar las cosas que defienden, para recordar lo que hicieron los tiranos a los que admiran y para intentar evitar que esa parte tan oscura de la historia se repita. Porque no nos engañemos: quienes defienden a Hitler y a Stalin, igual que quienes defienden hoy en día a criminales como Vladimir Putin, Kim Jong-un o Xi Jinping, no sólo blanquean a esos tiranos, sino que nos lanzan al mensaje de que lo que hicieron estuvo bien. De eso a repetir la historia sólo hay un paso, que puede llegar a ser más rápido de lo que algunos imaginan.

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Imagen: fotograma de la película polaca "Katyn" (2007).