Esta niña yazidí cuenta lo que le hizo el ISIS mientras el mundo miraba hacia otro lado

Ayer empezó en Nueva York, en la sede de la ONU, el congreso sobre libertad religiosa #WeAreN2016, organizado por las plataformas CitizenGO y MasLibres.org, con el copatrocinio de la Santa Sede. De él os traigo el relato más desgarrador que escuché en su primera jornada.

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Los terroristas del ISIS violaron a niñas de hasta 7 y 8 años

Se llama Samia Sleman, tiene 15 años y es yazidí, una minoría formada por unos cientos de miles de personas en Irak, Siria y Turquía que profesan una religión anterior al Islam y al Cristianismo, que se remonta a nada menos que dos milenios antes de Cristo. El 1 de agosto de 2014 el ISIS atacó su pueblo. La secuestraron a ella y a su familia, incluidos su padre, su tío y su abuelo. Separaron a las mujeres, a las niñas y a los niños pequeños del grupo. El ISIS se apropió de todo lo que tenían. Samia estuvo secuestrada durante seis meses. "Me hicieron cosas horribles", confesaba ayer entre lágrimas. Los terroristas violaban a niñas de hasta 7 y 8 años. A sus madres las mataban porque les parecían demasiado mayores. Asesinaron a miles de hombres yazidíes.

Secuestrada y violada cuando sólo tenía 13 años

Samia pidió ayuda al mundo: "pedimos a la comunidad internacional que nos proteja", a los yazidíes, a los cristianos y a los miembros de otras minorías que están siendo masacradas por los terroristas del ISIS en Irak y Siria. La niña pidió a la ONU que reconociese como genocidio esos crímenes que está perpetrando ese horda de terroristas yihadistas. Con la voz ya rota por el dolor, esta adolescente explicó que los criminales del ISIS la violaron cuando tenía sólo 13 años. Samia pidió que se les ofrezca protección en sus lugares de origen. "No tenemos recursos ni fuerza para defendernos", dijo entre sollozos. A los chicos yazidíes secuestrados por el ISIS les lavan el cerebro para convertirlos en futuros yihadistas. A las niñas, explicó Samia, se las regalan los terroristas entre ellos, o las venden por unos cientos de dólares para que sean esclavas sexuales, dijo ya casi sin palabras y entre lágrimas. Se preguntó por qué no ven a la comunidad internacional emprendiendo acciones para frenar este genocidio, pero mostró su esperanza de que la ONU ayude a los yazidíes y a otras minorías "porque necesitan la ayuda ya". Al final de su intervención, todo el público asistente a la sesión se puso en pie para aplaudir a Samia.

La denuncia del genocidio desde la sociedad civil

Escuchando el testimonio de Samia, ayer, he pensado en lo que hacía yo cuando el ISIS atacó su pueblo. Mi primera entrada sobre el ISIS la publiqué el 10 de agosto de 2014, nueve días después de que el ISIS atacase el pueblo de Samia. Ya comenté entonces las atrocidades que se estaban cometiendo contra los yazidíes. En aquella entrada hablaba sobre los ataques aéreos que estaba lanzando la Armada de Estados Unidos contra el ISIS, una ayuda militar necesaria pero insuficiente. Desde entonces he publicado 33 entradas refiriéndome al ISIS, con ésta ya 34.

Desde el movimiento cívico se lanzaron iniciativas de apoyo a las víctimas de esos criminales. El 14 de agosto MasLibres.org convocó una movilización ante la Embajada de Irak en Madrid para llamar la atención sobre lo que estaba ocurriendo en ese país y en la vecina Siria. El Embajador iraquí se sumó a la concentración para mostrar su apoyo a los perseguidos, pero más llamativas que su adhesión fueron las clamorosas ausencias que hubo en aquella concentración, secundada por unas docenas de personas. El 27 de agosto de 2014 HazteOir.org lanzaba una alerta para pedir al Gobierno de España, al Congreso de los Diputados, a la Comisión europea, al Parlamento europeo, a la Liga Árabe y a las Naciones Unidas que frenasen este genocidio. 20 días después ya habían firmado más de 49.000 personas pero ninguno de los citados organismos contestaba.

La ultraizquierda dio la espalda a las víctimas del ISIS...

El 22 de octubre, por fin, el Congreso de los Diputados votó el envío de militares españoles a Irak, pero como en el caso de EEUU en una misión limitada: ofrecer adiestramiento al Ejército iraquí para enfrentarse contra el ISIS. Pero incluso eso le pareció demasiado a ciertos grupos políticos: la ultraizquierda en bloque votó contra el envío de esa ayuda militar, haciendo bandera de un pacifismo del que se ha aprovechado el ISIS para violar y asesinar a sus anchas.

... pero sí se concentró contra los ataques a ese grupo terrorista

En el verano de 2015 MasLibres.org lanzaba la expedición #CampamentoIrak para socorrer a refugiados cristianos que habían huido del ISIS. La iniciativa, que llevó medicinas, juguetes y otra ayuda para los perseguidos por ese grupo terrorista, surgió sin ningún tipo de apoyo público, financiada por los propios expedicionarios y por donativos recaudados por HazteOir.org. En septiembre de 2015, la misma ultraizquierda que había negado su ayuda a los perseguidos por el ISIS se ponía a fingir solidaridad en Twitter con los refugiados, obligados a huir por unos terroristas contra los que esa ultraizquierda se había negado a actuar. En noviembre de 2015, grupos de ultraizquierda que habían ignorado por completo a las minorías perseguidas por el ISIS se concentraban para condenar los ataques franceses contra esa banda terrorista.

La UE condenó el genocidio del ISIS: la ultraizquierda se desmarcó

El 4 de febrero de 2016, un año y medio después del secuestro de la Samia, el Parlamento condenó como genocidio los crímenes del ISIS contra cristianos, yazidíes y otras minorías. A pesar de haber ya numerosas pruebas de esos crímenes y habiendo quedado ya clara la intención del ISIS de liquidar a esas minorías, Izquierda Unida y Podemos se negaron a apoyar esa condena.

Aún hay gente que cree que ante un genocidio es mejor no hacer nada

Muchas veces me he preguntado cómo pudo el Tercer Reich emprender la brutal persecución que inició contra los judíos en 1935, sin que la comunidad internacional hiciese nada hasta que estalló la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939. También me he preguntado alguna vez si ese genocidio, y la indiferencia que muchos mostraron ante él hasta que fue demasiado tarde, podría repetirse hoy en día. Ahora ya conozco las respuestas. Aún a día de hoy, y a pesar de todos los horrores que ha vivido la humanidad, cierta parte de nuestra sociedad, y en concreto buena parte de nuestra clase política, cree que ante un genocidio como el del ISIS es mejor no hacer nada. Pero luego, eso sí, se mostrarán muy afectados cuando se celebre el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, o sacarán pecho presumiendo de defensores de los derechos humanos, mientras eso no requiera más sacrificio que publicar un mensaje en Twitter.