Hoy hace justamente 10 años

Me sorprendió en la furia
contemplar como venció
tu alma y tu emoción
a la angustia.

Mientras apretaba mis puños
y odiaba y maldecía,
tu corazón se encendía
para apaciguar mi vida
en su arrullo.

Y tú, que todo lo entendías,
que estrechabas a todo el mundo
la mano y sonreías,
aunque a guardar tu orgullo
te obligara esa sonrisa.

¿Cómo la enajenación
pudo romper tu alegría?
¿Cómo un triste día
la fe que guardabas se murió?

(Este poema lo escribí el 22 de septiembre de 1995,
tal día como hoy hace justamente 10 años...)

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