Ya tres muertos en Galicia por el fuego

La TVG acaba de anunciar en un teletipo que ha muerto otra persona en Campo Lameiro (Pontevedra), cerca de la capital provincial. Con esto ya van tres personas muertas en apenas tres días, tras fallecer este viernes una madre y su hija cuando transitaban con su coche junto a un incendio forestal. El fuego las carbonizó a las dos.

La situación en las Rías Bajas es calamitosa. Vigo está sumido en una nube negra. La foto que figura sobre este artículo la saqué el viernes por la tarde junto a los astilleros de Vulcano, en Guixar, una de las zonas bajas de la ciudad: el humo era tan abundante que la Policía Local cerró el acceso al monte de la Guía. El sábado y sobre todo el domingo la ciudad ha apestado a incendio, y para los que sufrimos alguna alergia respiratoria, esto supone algo más que un simple incordio. Hay incendios por doquier, sobre todo en el Morrazo, aunque esta Península ni siquiera es visible desde Vigo debido al intenso humo.

Ante esta grave situación, que ya se repite por segundo año consecutivo después del desastre del año pasado, creo que va siendo hora de reclamar a la Xunta que asuma responsabilidades políticas. La política seguida por el Conselleiro de Medio Rural, el nacionalista Suárez Canal, está siendo un desastre. No hace falta salir a la ventana para darse cuenta: el desastre se huele dentro de cada casa.

Precisamente, los dirigentes del BNG, bajo cuya responsabilidad está ahora la lucha contra el fuego, proponían hace ahora dos años la creación de una plataforma al estilo de 'Nunca Máis' contra estos incendios, para denunciar el daño que estaban haciendo a Galicia y protestar contra la negativa de la Xunta, entonces gobernada por el PP, a tratar el tema en el Parlamento gallego. Paradojas de la vida, a día de hoy los de 'Nunca Máis' andan desaparecidos y los que antes pedían sesiones parlamentarias ahora las rechazan.

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Comentarios:

  1. Estaba yo pensando, como es que ha capado comentarios, como es que lo ha cambiado asi…aahhh…este disenio si es muy bonito.

    Si se queman las regiones humedas, ya , apaga y vamonos. Y nunca mejor dicho lo de apaga. Son intereses economicos miserables. Lo siento un monton.

    Cheers.

  2. Elentir

    Jeje, me alegro de que te guste, Samuel. 😉

    Por cierto, las regiones más húmedas de España siempre son las que tienen más incendios forestales, ya que son las que tienen más bosques. Por eso la mayoría de los incendios se concentran en Galicia y Asturias.

    Un detalle sobre los intereses económicos que comentas: el Gobierno de Zapatero aprobó una nueva ley que prohibía recalificar los terrenos quemados durante un periodo de 30 años, ya que a menudo se provocaban los incendios para a continuación recalificar terrenos rústicos y hacerlos urbanizables.

    Aparentemente era una buena idea, pero tiene un serio problema: si alguien quiere vengarse de un propietario por negarse a venderle las tierras, le basta con quemar su terreno forestal para dejarlo en la ruína, ya que no podrá vender ese terreno en 30 años. No es extraño que esté habiendo tanta acción de pirómanos desde que se aprobó esa ley, ya que los litigios sobre tierras son muy frecuentes en Galicia, debido al minifundismo. Claro que de esto en La Moncloa, ni papas.

  3. Una actitud francamente primaria la de quemar un bosque por venganza, si , en definitiva, por una cuestion con fondo economico pero pseudomafiosa, si te he entendido bien.

    Y de verdad yo estoy poco puesto en esto, pero pensaba que el bosque que ardia normalmente era el bosque seco mediterraneo, y ahora caigo que es verdad, lo de Galicia siempre ha sido muy sonado.

    En la Moncloa , pues , lo ignoran pero lo saben.

    Una vez asumido el mal humano, todo esto pasa tambien por ausencia de leyes duras.

    Esto de poner mi nombre en boxes en gallego y todo eso, me hace sentir un poco rareli .
    Que si me gusta, eh?

    Pero no hay vista previa, con la de veces que meto la pata.

  4. Elentir

    Vaya, lo siento. Me plantearé poner una versión bilingüe en los formularios. Sino, Touriño puede confundir este blog con una oficina de reclutamiento de cuadrillas antiincendios estilo galleguista, como a él le gustan. 😉

    Por cierto, hablas del bosque seco mediterráneo… A causa de la errónea repoblación forestal de 1950, Galicia está plagada de pinos mediterráneos y de eucaliptos. El árbol que aparece en este artículo, por ejemplo…

    https://www.outono.net/elentir/?p=308

    … es un pino mediterráneo.

    El problema de estos árboles es que están fastidiando la tierra. La secan. Al caer sus hojas no dejan crecer nada alrededor, y además las hojas no se deshacen, con lo cual crean un polvorín para ocasiones como éstas.

    Por culpa de la presencia de pinos y eucaliptos, y gracias a lo rápido que avanza el fuego entre ellos, muchas montañas gallegas se han quedado peladas. El ejemplo más conocido en la zona de Vigo es el Monte Galiñeiro: ha ido quedándose «calvo» poco a poco debido a los incendios forestales y a la espantosa repoblación con pinos y -sobre todo- con eucaliptos que se hizo hace décadas en sus laderas.

  5. La realidad es que esta situación está siendo gestionada tan mal como lo fué la del incendio de Guadalajara o la del vertido de crudo del petrolero Prestige en noviembre de 2002. Y alguna cabeza política debería caer y si finalmente es así, no será por decencia y coherencia política, sino para acallar las inquietudes que produce en la población ver cómo la clase política gestiona las grandes crísis en este país. El ciudadano asiste impasible ante la incapacidad dimisionaria de algunos gobiernos: el socialista tras el incendio de Guadalajara antes citado, el popular tras la muerte de 42 personas en la estación de Jesús el pasado mes cuando descarriló un convoy que viajaba a gran velocidad en una red de transporte obsoleta en algunas líneas o el catalán tras los acontecimiento en el barrio barcelonés del Carmelo y las acusaciones de corrupción político-inmobiliaria, por poner algunos ejemplos recientes. Pero sea del PSOE o del PP, la clase política está de vuelta al asumir sus responsabilidades de gobierno.

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