Bulos y spam: las consecuencias de reenviar chismes interneteros

El pasado mes de marzo circuló por la red vía email un falso artículo muy crítico con Zapatero que se atribuía al diario francés France Soir (podéis verlo, por ejemplo, en el blog de Iñaki Anasagasti, uno de tantos internautas que difundieron ese texto sin cuestionar su autenticidad).

Buscando información sobre este bulo he llegado a este artículo de José Pascual, publicado en Suite101 en mayo y en el que explica de qué forma los bulos son utilizados por los generadores de spam para obtener más direcciones a las que machacar con sus correos-basura. Os recomiendo que lo leáis, en especial los consejos que da sobre cómo actuar ante un hoax.

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Comentarios:

  1. Juana de Arco

    ¿Y como se consigue que un spam no llegue a tu correo?. Nunca entro en esos correos basura, y menos si no están en castellano, pero cuando los mando a «spam» siguen llegando, aunque se alojen fuera de la bandeja de entrada, y hay que estar eliminadolos constantemente los mismos.

  2. Evitar que te llegue spam a la carpeta antispam de tu cuenta es imposible, Juana, a menos que localices a todos los emisores de spam del mundo y consigas que lo dejen. Una opción recomendable es usar cuentas de Gmail, que tiene un buen sistema antispam. El contenido de esa carpeta antispam se va borrando periódicamente sin que tengas que hacer nada.

  3. No soy amigo de seguir cadenas de correos, aunque a veces, si me parecen cosas interesantes o divertidas, sí las reenvío. Pero siempre borro todas las direcciones y los envío con copia oculta. Estoy harto de decirles una y otra vez a mis contactos que hagan lo mismo, incluso una vez respondí un correo a la persona que me lo había enviado poniéndole la relación completa de las direcciones a las que yo podría llenar de spam si ese fuera mi interés, eran casi 100 direcciones. Aún así sé que algunos de mis contactos no lo hacen, y cada día les envío menos cosas.

    En el aso del correo que comentas, lo busqué y no conseguí encontrar la fuente por ninguna parte, lo que me hizo desconfiar. No sé si lo llegué a enviar a alguien o no, pero si lo hice es seguro que lo envié haciendo notar que no encontraba la fuente y que dudaba de su origen, que es lo que suelo hacer cuando reenvío un mensaje y no sé de donde procede.

  4. El Tíol Bastón

    Recuerdo perfectamente ese bulo porque quise leer el original en el blog del periódico francés y no aparecía, por lo cual le seguí la pista hasta el final y descubrí quién era el autor original (aunque ya no lo recuerdo), muy anterior a la fecha que se atribuía al France Soir en el «hoax».

    Lo que me pone nervioso es preguntarme cómo obtendrán quienes envían estos «hoax» las direcciones originales a donde mandar el bulo, de donde éste partirá hacia otras direcciones que no conocen, porque esto significa que son direcciones que ya tienen: es decir, supuestamente de amigos. No deja de desasosegarme saber que tengo gente entre mis contactos de email (gente a quien, por tanto, conozco) que se dedican a eso sin que yo lo sepa.

    Y otra cosa que me pregunto es cómo recogen el mensaje enviado y reenviado al final, con todas las direcciones que supuestamente buscan. Cuando yo he reenviado alguna de estas cadenas, el mensaje que yo envié no ha vuelto a mí jamás. Sí puede haber vuelto el mismo «hoax», pero no de la misma fuente, ya que no aparecían en él las mismas direcciones que en el que previamente había recibido. Yo creía que es porque hay tanta gente en Internet que lo más posible es que una cadena que uno inicia no vuelva nunca a él.

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