Divergente

Esta semana ha llegado a la pantalla grande esta versión cinematográfica de la novela homónima de la joven escritora cristiana estadounidense Veronica Roth, una historia de ciencia-ficción de carácter distópico.

La película nos sitúa en un Chicago que ha sobrevivido a un apocalipsis global, y que se encuentra dividida en castas para garantizar la paz de la sociedad a costa de limitar considerablemente la libertad de los individuos. Las castas agrupan a los individuos en función de las virtudes que más les caracterizan. Los que las reúnen todas y no se sienten identificados con una casta en concreto son los llamados divergentes. La historia es todo un alegato en defensa de la libertad de la persona frente al colectivismo, y un alegato con un sentido moral evidente. La propia Roth, una persona muy religiosa, reconoció el sustrato cristiano de la novela, la primera de una trilogía. De hecho, la dedicatoria de la novela incluye un agradecimiento a Dios.

No esperaba mucho de esta película a la vista de su trailer, pero ha acabado resultando mejor de lo que pensaba. Su director, Neil Burger, es también el autor de una película que me gustó mucho: "El ilusionista" (2006). De hecho, a pesar de ser larga -139 minutos- no se te hace pesada. La joven actriz Shailene Woodley está bien en el papel protagonista, y Theo James hace un papel aceptable en el papel de "Cuatro". Mención especial, aunque tenga un papel secundario, se merece el ya veterano Tony Goldwyn -el malo de "Ghost"-, que hace aquí de padre de la protagonista. En fin, una película entretenida, sin grandes aspiraciones pero que ha resultado ser buena y que, además, tiene un mensaje positivo.

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.