El viernes el Ayuntamiento de Madrid robó una placa en el cementerio parroquial de Carabanchel Bajo, un cementerio privado, dedicada a ocho religiosos carmelitas asesinados en 1936.
Tras el escándalo provocado, el Ayuntamiento dice ahora que fue un 'error'
He sido muy preciso a la hora de elegir el verbo robar, porque cuando se presenta un furgón del Ayuntamiento y sin pedir permiso ni comunicar nada, sus ocupantes se llevan una placa de un cementerio privado de forma ilegal, de lo que hablamos es de un robo en toda regla, aunque se perpetre con los medios que pagan todos los contribuyentes. De hecho, la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid ha anunciado que ha abierto diligencias para averiguar si procede expedientar al Ayuntamiento de Madrid por este abuso, y lo remitirá a la Fiscalía. Esta misma tarde el Ayuntamiento ha asegurado que se trató de un "error", y que la lápida será devuelta mañana. Lo siento, pero hace ya tiempo que no creo en este tipo de "errores".
El cementerio parroquial de Carabanchel Bajo, tras el robo de la placa conmemorativa de los ocho mártires carmelitas el pasado viernes por operarios del Ayuntamiento de Madrid (Foto: Abc)
Los frutos de la Ley de Memoria Histórica creada por Zapatero
Esta actuación del todo ilegal dice hacerse al amparo de la Ley de Memoria Histórica, que Zapatero impuso -y Rajoy ha dejado intacta, sin tocar ni una coma- para reescribir la historia de la Guerra Civil, presentándola como una guerra entre buenos (los rojos) y malos (los nacionales). Que ambos bandos cometiesen atrocidades por igual y esos rojos, en concreto, asesinasen a decenas de miles de personas es lo de menos, por lo visto. El caso es que el Artículo 1º de esa ley dice:
"La presente Ley tiene por objeto reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar, y adoptar medidas complementarias destinadas a suprimir elementos de división entre los ciudadanos, todo ello con el fin de fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles en torno a los principios, valores y libertades constitucionales."
Durante décadas, la izquierda española se ha esforzado en presentar la Segunda República como una democracia ejemplar -algo que no fue ni por asomo-, reclamando como las únicas víctimas dignas de mención de aquella contienda a las que fueron asesinadas por el bando franquista. Por eso cada vez que la Iglesia ha beatificado a sus mártires de esa guerra, a personas que fueron asesinadas por su fe, esa misma izquierda pataleaba, pues para las víctimas del bando rojo ha decretado la más miserable de las amnesias. Pues esa desmemoria es lo que me propongo frenar con esta entrada, recordando el martirio de esos ocho jóvenes.
Así fue la detención y asesinato de los ocho jóvenes carmelitas en 1936
El lunes 27 de julio de 1936, diez días después del estallido de la Guerra Civil, a las cinco de la madrugada se presentaron guardias de asalto y milicianos en el Convento del Carmen de la localidad castellonense de Onda, para ordenar su desalojo. En el Convento había treinta religiosos carmelitas, entre profesos y novicios, la mayoría de ellos estudiantes menores de 20 años. Fueron registrados y sometidos a vejaciones, y sacados del convento con indumentaria seglar, proporcionándoles un salvoconducto con el que teóricamente podrían viajar hacia sus casas. El Convento, una vez desalojado, fue saqueado e incendiado por los milicianos rojos ese mismo día. Reunidos en la Residencia de los carmelitas situada junto a la Iglesia de la Sangre, rezaron juntos y cantaron la Salve a modo de despedida. Veintiuno de ellos tomaron el tren a Valencia, pensando que lo peor ya había pasado, pero durante el trayecto fueron reconocidos e insultados por milicianos que ya esperaban su llegada. En Villarreal detuvieron al subprior, que ejercía de superior del Convento de Onda durante el desalojo, el padre Anastasio Ballester Nebot, de 43 años: fue asesinado el 22 de septiembre de 1936 en Cuevas de Vinromá, Castellón.
Los otros 20 fueron obligados a bajar del tren de Cabañal, al ser reconocidos como religiosos, siendo arrestados e interrogados. Finalmente no se presentó ninguna acusación contra ellos, y los que eran naturales de las dos Castillas, doce en total, continuaron su viaje hacia Madrid. Ya en la capital fueron nuevamente arrestados. Nueve de ellos fueron conducidos a un albergue para mendigos en el Paseo de las Delicias, donde permanecieron desde el 28 de julio hasta el 14 de agosto. Finalmente acabaron el un colegio de Ciegos en Vista Alegre, junto a los religiosos e invidentes recluidos en él. La noche del 17 al 18 de agosto, ya pasada la media noche y cuando ya estaban durmiendo, un grupo de milicianos entró en el dormitorio dando gritos, diciéndoles que tenían órdenes de llevárselos a la Dirección General de Seguridad. Ocho de los jóvenes fueron subidos a un camión y llevados al cementerio de Carabanchel Bajo. Allí les bajaron del camión y les fusilaron ante las tapias del camposanto. Sus cadáveres fueron dejados en ese lugar durante todo el día, desnudos. Más tarde los enterraron en dos tumbas separadas en el cementerio de Carabanchel, donde una vez terminada la guerra, en julio de 1939, se colocaron sendas lápidas con sus nombres.
Fueron beatificados en 2013 en Tarragona
El 5 de junio de 1950 sus restos fueron exhumados y trasladados al santuario carmelita de Nuestra Señora del Henar, en Cuéllar, Segovia, siendo depositados en su cementerio. A día de hoy una lápida en este santuario indica los nombres de estos mártires sobre el sepulcro donde fueron depositados finalmente sus restos. Su proceso de beatificación se inició en 1960, aunque estuvo parado hasta 1992. Los ocho carmelitas fueron beatificados en Tarragona el 13 de octubre de 2013, junto a otros 514 mártires de la Guerra Civil.
Fotos de los ocho jóvenes carmelitas fusilados en Carabanchel el 18 de agosto de 1936
Éstos eran los ocho carmelitas fusilados en Carabanchel
Los carmelitas asesinados eran muy jóvenes: tenían edades comprendidas entre los 18 y los 22 años. Éstos eran los ocho recordados por la lápida robada por el Ayuntamiento:
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(Foto de cabecera: Karabanchel.com. El cementerio parroquial de Carabanchel Bajo, cuando aún estaba la placa dedicada a los mártires carmelitas que fueron fusilados ante esta misma tapia)
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Comentarios:
Antonio Gonzalez del Rio
Para esa Manuela Carmena que no siente vergüenza de atrocidad alguna, como indica un caso como el apropiamiento indebido de la placa de aquellos difuntos. Que pena dan actos como el presente y que asco también al ver los pocos escrúpulos que algunas personas tienen para realizarloson como las hienas y encima se rien .
23:28 | 2/02/16
Sharovarov
No me gustó el tuit de FDV: con una noticia como ésta no se deben de hacer jueguecitos de palabras.
4:55 | 3/02/16
Elentir
No creo que el juego de palabras que hizo sea como para tomárselo a mal.
6:24 | 3/02/16
James G. Skinner
Elentir. Es la punta del iceberg. Veremos como se desarrolla el panorama general una vez constituido un nuevo gobierno.
9:54 | 3/02/16
sanabria
La ignorancia gobierna el Ayuntamiento de madrid.Es el resultado del nivel cultural medio de la poblacion .
16:13 | 3/02/16
Sharovarov
A diferencia de Sanabria, yo no creo que sean ningunos ignorantes. Saben muy bien lo que pasó en la II República y en la Guerra Civil; otra cosa es que no quieran que se conozca toda la verdad. Para ello es lógico que hayan intentado retirar la placa porque el dato de «fusilados» revela y recuerda la persecución religiosa que llevaron a cabo los del bando «demócrata».
18:02 | 3/02/16
pacococo
Memoria histérica que mantiene el pp, dicho sea de paso y sin ánimo de ofender.
Lo que más les molesta son los mártires, porque exponen la miseria moral de los progres sin posibilidad de contestar. Porque estos mártires, como los demás, fueron asesinados por sus ideas, sin que hubieran hecho nada en contra de nadie ni de ninguna ley.
A los progres que se les llena la boca diciendo eso de las ideas y de la palabra y los derechos a pensar como se quiera y demás parafernalia, cada vez que se declara un santo o un beato, se encuentran que no pueden explicar por qué lo suyos lo mataron. Y eso les duele mucho.
20:45 | 3/02/16
Francisco Sánchez Márquez
Me parece que es una buena cosa para estar informado. Gracias.
12:12 | 5/02/16
Carmen
Podrán robar las lápidas y hacerlas desaparecer, pero jamás borrarán de la historia esos crímenes como tantos otros que hizo la izquierda miserable en el 36, esa falsa ley de memoria histórica debía desaparecer como todo lo que hizo el abominable ZParo, pues el único objetivo de esa ley es borrar, hacer desaparecer los crísmenes, torturas y saqueos de la izquierda, ponerse como víctimas y situar como únicos asesinos al bando contrario. Todo de lo mas falso, como es la izquierda en si, falsa y embustera.
11:45 | 18/08/17
Maria
El PP de Rajoy está siendo cómplice por permitir estas cosas y los ciudadanos también debiamos de oponernos con toda rotundidad. La izquierda lo que quiere es borrar toda huella de sus terribles asesinatos, como hicieron con la masacre de Paracuellos que casi las ocho mil sentencias de muerte firmadas una tras de otra por el carnicero Carrillo fueron destruidas antes de que Franco lo pillara, lástima que no pudo aplastarlo…y ahí lo hemos tenido sin pagar por sus crímenes y encima le dedican una calle…pues de eso se trata, de borrarlo todo y decir que ellos no han hecho nada, que solo son unas víctimas del franquismo. El franquismo lo que hizo es evitar muchísimas mas muertes. ¡¡Malditos h. de p.!!
11:56 | 18/08/17
Elena
No contentos con matarlos hace 80 años, siguen queriendo fusilarlos.
Qué duro es negar a Dios para esas almas endemoniadas.
Dios es inmortal
Santos mártires españoles, rogad por nosotros
15:50 | 17/07/19
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