Un repaso a los errores del expresidente durante su mandato entre 1996 y 2004

Aznar no va a regenerar la derecha española como tampoco lo hizo durante su mandato

Ayer tuvo lugar la dimisión de Aznar como presidente de honor del PP. Una decisión que le lleva a romper de forma clara con la trayectoria cada vez más desnortada que sigue el PP de Rajoy.

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Entre el mito y la realidad

Estas últimas horas he visto a mucha gente que tiene la esperanza de que ese paso dado por el expresidente del gobierno conduzca a una regeneración de la derecha española. Personalmente no comparto esa esperanza. Discrepo abiertamente de la caracterización de Aznar como una bestia negra que ha hecho la izquierda, pero también de la mitificación que ha hecho de él buena parte de la derecha. Como todo gobernante, tuvo sus errores y sus aciertos. Sin duda alguna, los dos presidentes que han venido después -Zapatero y Rajoy- han contribuido, por simple contraste, a que la figura de Aznar se fortalezca en el imaginario colectivo de la derecha española como el símbolo de una España que iba bien y de un PP con principios claros y valor para defenderlos.

Sobre esa mitificación de Aznar Fernando Díaz Villanueva escribió un acertado artículo hace tres años, en el que abordaba principalmente la cuestión económica y en el que apuntaba que nuestra ruina actual hunde sus cimientos, precisamente, en el mandato de Aznar. Ciertamente, no se puede negar que el PP de Aznar era más valiente que el de Rajoy: puso a ETA contra las cuerdas, ilegalizó a su brazo político y llevó a cabo ciertas reformas difíciles pero necesarias. Yo no me voy a centrar aquí en la economía -en eso asumo lo que escribió Fernando-, pues me gustaría fijarme en otras cuestiones de gran calado en las que también estamos sufriendo lo cosechado en el mandato de Aznar, particularmente las relativas a la llamada batalla de las ideas.

Aznar y el aborto: la más grave de las oportunidades malgastadas

En su segundo mandato, Aznar contó con una arrolladora mayoría absoluta que le habría permitido reparar muchos de los daños que hizo el gobierno de Felipe González a nuestra sociedad. El más grave de todos esos daños fue la aceptación social del aborto. En una entrevista concedida el año pasado a Abc, Aznar apuntaba lo siguiente:

"Muchos electores se preguntan qué es el PP. ¿Es un partido en favor de la vida que puede coexistir con ciertos supuestos excepcionales del aborto o se ha convertido en un partido en favor del aborto? Conviene aclararlo, pero de manera creíble. No vale decir que eres un partido a favor de la vida, si luego no actúas en consecuencia."

Las propias palabras de Aznar dejan en evidencia lo que hizo él en su mandato:

  • Dejó intacta la Ley del Aborto de 1985, no haciendo nada para evitar el coladero legal que contenía. La consecuencia fue que de 51.002 abortos en 1996 -el año de la llegada al gobierno de Aznar- pasamos a 84.985 en 2004.
  • Aprobó la comercialización de la píldora abortiva RU-486, que sirvió para facilitar todavía más la eliminación de hijos por nacer.
  • Indultó a cuatro médicos condenados por cometer abortos ilegales, conmutando sus penas de prisión por simples inhabilitaciones y multas.

Sobre su decisión de dejar intacta la Ley del Aborto de 1985, Aznar dijo en 2009 en el CEU: "nadie es perfecto. Hice lo que puede". No señor: no hizo usted absolutamente nada por frenar esa matanza, una inacción difícilmente comprensible en alguien que asegura -como dijo Aznar en el CEU- que "he sido siempre un defensor del derecho a la vida" y que tuvo una mayoría absoluta.

Las cesiones ante los nacionalismos catalán y vasco

Otro de los episodios oscuros del mandato de Aznar fue la firma del llamado Pacto del Majestic en 1996, por el que los nacionalistas catalanes de CiU otorgaban al PP el apoyo necesario para gobernar, a cambio del apoyo del PP a CiU en Cataluña y del traspaso de mas competencias. Aznar no tuvo reparos en defenestrar a Alejo Vidal-Quadras, presidente del PP catalán y muy crítico con el separatismo, después de que el gobierno de Jordi Pujol le calificase como un "problema insalvable". La bajada de pantalones del PP ante el separatismo catalán fue de tal calibre que el partido llegó a negar que las críticas de Vidal-Quadras al separatismo fuesen la posición del PP. Esos hechos han tenido graves consecuencias para ese partido en Cataluña. Y es que Vidal-Quadras obtuvo en 1995 el récord de votos del PP catalán, que desde entonces no ha dejado de caer. De los 17 escaños que consiguió entonces en el Parlamento catalán, el PP ha pasado a 11 en las últimas Elecciones catalanas en 2015. Además, ese pacto incluyó un nuevo modelo de financiación que fortaleció aún más a las comunidades autómomas a costa del Estado.

Las cesiones no sólo se plasmaron en el terreno fiscal y en el traspaso de competencias, sino que también tuvo graves efectos para las familias y los escolares: en 1998 el Parlamento de Cataluña aprobaba una ley blindando la inmersión del catalán, es decir, la exclusión del español en los colegios catalanes. Aznar no la recurrió, a pesar de que debería haberlo hecho. Las consecuencias de esa ley siguen traduciéndose, a día de hoy, en la sistemática vulneración de los derechos de los catalanes hispanohablantes (el español es la lengua más hablada en Cataluña).

El compadreo del PP de Aznar con los nacionalismos en 1996 fue de tal calibre que el entonces dirigente del PNV Xabier Arzalluz elogió a Aznar por haber pactado con ellos lo que no había querido el PSOE. En mayo de 1997 el gobierno de Aznar otorgó más autogobierno y más control sobre los impuestos al gobierno vasco. Todos estos afanes por complacer al nacionalismo vasco fueron contestados con la firma del Pacto de Estella en 1998 entre el PNV y la izquierda proetarra, que dieron paso a un proceso de negociación con ETA al que accedió Aznar contra el parecer de Jaime Mayor Oreja. Un proceso roto por la propia ETA en noviembre del año siguiente.

La política de medios: de Antonio Herrero a la sentencia del 'Antenicidio'

Consecuencia en buena medida de lo anterior, y de la traición que supuso de las promesas electorales hechas por Aznar en las Elecciones Generales de 1996, algunos periodistas de derechas no tuvieron reparos en criticar la trayectoria que seguía el PP. Uno de ellos fue Antonio Herrero, entonces director del programa matutino de la Cadena COPE. Herrero había apoyado al PP en dichas elecciones, pero luego se sintió decepcionado. José María García contó años después lo ocurrido en 1998:

"Lo que pasa es que primero tuve un durísimo enfrentamiento con el PP porque cuando llega al poder, a los 20 o 30 días de estar en el poder me llama Miguel Ángel Rodríguez, que era Secretario de Estado para la Comunicación y me dice en Moncloa que no podemos seguir contando con Antonio Herrero. Le dije “pero si no hay un periodista que haya ayudado más en este país al PP, sólo denunciando todo lo que ha denunciado” y él me respondió que “ahora nos está dando”. Claro, porque lo único que tiene un periodista es su libertad, su crédito, su pasaporte. “Pues átate bien los machos si tocas a Antonio Herrero, porque entonces nos tocas a todos nosotros” le dije."

La intolerancia gubernamental a la independencia periodística, que se ha dado con los gobiernos de Zapatero y de Rajoy -y antes con Felipe González-, también se dio con Aznar. En el caso de Antonio Herrero, el episodio fue tan vergonzoso que merece ser recordado con todo detalle. El 1 de mayo de 1998 Aznar invitó a Jiménez Losantos y a Luis Herrero para informarles de la defenestración de Antonio Herrero. Se dio la circunstancia de que Antonio Herrero murió al día siguiente en accidente de submarinismo, y sólo ese hecho trágico impidió que toda la audiencia de la emisora presenciase una operación de derribo público del locutor estrella de la COPE a manos del PP.

Esa campaña de acoso a la COPE por sus críticas a los incumplimientos de Aznar vino seguida, durante su segunda legislatura, de otro episodio digno de ser recordado. En 1994 PRISA adquirió Antena 3 Radio, una emisora muy crítica con el gobierno socialista, para después cerrarla y desmantelarla. El gobierno de Felipe González otoró por decreto a la SER los postes de Antena 3 Radio, en una descomunal concentración monopolística. El 9 de junio de 2000 el Tribunal Supremo dictaba sentencia contra el Grupo PRISA por el caso del "Antenicidio", ratificada por el Tribunal Constitucional el 26 de abril de 2001. Le tocaba al gobierno del PP ejecutar la sentencia. De ello dependía el pluralismo informativo en España. Sin embargo, el gobierno de Aznar no cumplió la sentencia. A causa de ello, la SER sigue disponiendo de la posición dominante que le otorgó el favor ilegal concedido por el gobierno socialista de González hace 22 años.

¿Por qué ahora y no antes?

Pasados ya tantos años de estos hechos, cuyas consecuencias seguimos sufriendo los españoles. Aznar tuvo una excelente oportunidad histórica y la malgastó. La idealización de su figura es tan injustificable como la torpe satanización que hace de él la izquierda. Si la actual dirección del PP le detesta es, ciertamente, porque le identifican con ese mito, pero cabe preguntarse si el propio Aznar sería capaz de responder a los deseos de muchos liberal-conservadores e incluso providas que ven en él una esperanza a la que aferrarse. Lo siento, pero yo no lo comparto. Mucho tendría que cambiar el discurso de Aznar para que me convenciese de que está en la senda correcta. Sus hechos, de momento, demuestran que no ha tenido reparos en aguantar hasta 2016 en un PP que ha venido defraudando una y otra vez a sus votantes tradicionales con el aborto, el matrimonio gay, las cesiones ante el nacionalismo, los balones de oxígeno al poder autonómico, etc. El PP ya llegado a un extremo tal de degeneración que ni el propio Aznar desea ser su presidente de honor, y está bien que lo deje, pero ¿por qué ahora y no cuando el PP traicionó sus promesas de libertad lingüística, sus compromisos electorales sobre el aborto, o incluso cuando dejó en la estacada a las víctimas del terrorismo, para indignación de militantes históricos como José Antonio Ortega Lara? La misma calma con que se ha tomado Aznar su distanciamiento de Rajoy es un signo de que sigue sin ser una alternativa real para regenerar la derecha española.

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(Foto: Flickr Partido Popular)

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Comentarios:

  1. Gabriel

    Totalmente de acuerdo.
    El personaje está muy sobrevalorado por parte de la derecha que cree en él como si fuera el Mesías. Y no lo fue en absoluto.
    Como bien habéis relatado tú y Díaz Villanueva, la mayor parte de los problemas que aquejan a España se fueron gestando durante su mandato.
    Por su inacción en el caso del aborto y con los nacionalistas. Por no cortar la burbuja inmobiliaria cuando se estaba creando en su época ni hacer reformas.
    Consolidó la hegemonía cultural y mediática de la izquierda y los nacionalistas en los medios de comunicación, en la cultura y la educación.
    La Gurtel y demás corruptelas empezaron en su época ¿o no fue invitado Correa a la boda de su hija?
    Rajoy, Montoro y Rato son su legado. Estuvieron en su gobierno.
    Creo que si en vez de Rajoy estuviera gobernando él no me cabe la más mínima duda de que haría algo muy parecido. El maricomplejinismo nació con Suárez pero tuvo su máximo apogeo con Aznar. Recordemos la chapuza intelectual del patriotismo constitucional y el centrorreformismo aguachirlado.
    No. El futuro de la derecha no pasa por alguien que tuvo su oportunidad y la dejó escapar

  2. atraval

    Tendremos que esperar a que aparezca un político «loco» para mandar a todos estos a tomar vientos, con su aborto, su ley «maricona», su eutanasia, y sus «minas» islamistas…

  3. pacococo

    Creo que lo he comentado alguna vez, Aznar es un personaje que se empequeñece con el paso del tiempo, conforme nos vamos enterando de lo que hizo y lo que no hizo. Y que conste que nunca le voté.

    Y no le voté porque hubo cosas que no me gustaron y entonces no sabía ni una ínfima parte de lo que sé ahora. Pero con lo que dice Elentir ya es suficiente para considerarlo un personaje funesto.

    Pienso que si se lanza a la política activa lo único que conseguirá será dividir a la «derecha» y acelerar el hundimiento del pp, que es el segundo hundimiento que más deseo.

  4. Jandro

    Totalmente de acuerdo, aunque pienso que en el tema del aborto, aunque él no luchó, no consumó una traición a sus votantes como la de Rajoy. Eso sí, si ha aguantado hasta ahora, es tan cómplice como el resto del PP.

    Y demasiado tarde, Señor Aznar. Sería prácticamente de tontos de capirote fiarse de alguien que a día de ayer todavía siguiera en el PP.

  5. Sharovarov

    Alfonso Basallo, que no, que él no puede ser.

  6. Marcial

    Buen post Elentir. Hace años -en su primer mandato- el difunto Ricardo de la Cierva «lo caló» en su libro «Los signos del Anticristo» al mencionar los referentes ideológicos a los que se quería agarrar Aznar.

  7. Russell

    Lo malo es el daño que le va a hacer a… VOX.

    El presentar a estos personajes como alternativa de la derecha es, en el mejor de los casos, un chiste malo.

  8. Lorenzo

    Creo que Aznar se portó bien durante su mandato en tres cuestiones: a pesar de los pesares, en política internacional, en la lucha contra el terrorismo y en la gestión económica.

    No tiene sentido atribuir, como hace Díaz Villanueva, a Aznar la burbuja (¿no cuentan los años de Zapatero?) y el mérito de la prosperidad económica al BCE, cuando fue este el responsable principal de aquella.

    En lo demás, como Aguirre, mucho hablar pero poco hacer: los malditos complejos de la derecha.
    ‌No, no hemos tenido suerte en España con los presidentes desde la Transición: hemos pasado de lo mediocre a lo pésimo.

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