La pasmosa doble moral del concejal comunista madrileño Mauricio Valiente

Dirige un homenaje en Mauthausen mientras presume del creador del Gulag en su despacho

El Ayuntamiento de Madrid ha colocado hoy en el campo de concentración de Mauthausen, en Austria, una placa en honor a los 442 madrileños que fueron deportados a él por los nazis.

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Los campos de exterminio nazis fueron una forma de terror totalitario que no puede ser olvidada, y sus víctimas merecen permanecer en la memoria de todos, fuese cual fuese el motivo de su internamiento en aquellos horrendos lugares. Hago hincapié en esto último porque, por ejemplo, en un homenaje celebrado en enero, este mismo Ayuntamiento ignoró -entre otros- a los 2,7 millones de católicos polacos asesinados por los nazis. Dicho sea de paso, aquel homenaje estuvo presidido por el concejal comunista madrileño Mauricio Valiente, que también ha sido el representante de la capital de España en el homenaje celebrado hoy en Mauthausen.

En marzo presumió de tener un retrato de Lenin en su despacho

Precisamente Mauricio Valiente no es la persona más adecuada para rendir homenaje a las víctimas de un genocidio totalitario, especialmente después de la entrevista que concedió a El Español el pasado 3 de marzo. En esa entrevista, el concejal comunista madrileño reconoció que tiene un retrato de Lenin en su despacho, y no se quedó ahí. Además, añadió:

"Lenin es el referente de una revolución que supuso un avance muy importante en la situación de las mayorías trabajadoras en todo el mundo. Reivindico la figura de Lenin, referente para los que seguimos luchando por un cambio. Entiendo que quien tenga otra idea política pueda no estar conforme."

Considera 'dogmatismo' denunciar el genocidio de Lenin

Más adelante, a propósito de los crímenes del comunismo, Mauricio Valiente afirma: "Pongo los crímenes cometidos en nombre del comunismo en la balanza y analizo por qué se dieron. Esa es la fortaleza, que somos capaces de analizar el pasado para mantener un proyecto emancipador. Por eso tengo un póster de Lenin. No tengo problema en reconocerlo, me parece un referente fundamental.". En los siguientes dos párrafos de la entrevista, el concejal insistía en defender al primer dictador comunista cuando le preguntaron por el genocidio que perpetró en el conocido como Terror Rojo, y por su instigación a cometer crímenes en masa. Sin más rodeos, Valiente acusó de "dogmatismo" y de "deformación" a quienes señalan los crímenes de Lenin, y tiró balones fuera acusando a Francia, a EEUU y a Japón, como si fuesen esos países quienes mandaban en la URSS.

Los crímenes de Lenin de los que se olvida Mauricio Valiente

Hoy en día el conocimiento que tenemos sobre esa brutal dictadura ya está muy documentado. Lenin fue el responsable del asesinato de más de un millón de personas por motivos políticos y religiosos, y eso en el breve tiempo que gobernó (como ya he señalado otras veces, en seis años asesinó a diez veces más gente que la dictadura franquista en casi cuatro décadas). En sólo un año multiplicó por tres el máximo volumen alcanzado por el aparato represor del zarismo; en tres años ya lo había multiplicado por 18. Creó una salvaje policía secreta -la Cheka- y una red de campos de concentración: el Gulag. Sobre los brutales métodos de tortura empleados por los chekistas en esos campos, ya escribí un artículo en el que muestro fotos de los torturados. A esto hay que añadir el genocidio leninista contra los cosacos: entre 300.000 y 500.000 asesinados en 1919 y 1920, de una población de 1,5 millones.

No podemos olvidar que el sistema de requisas y otras medidas que impuso provocaron la muerte de entre 3,8 y 6 millones de personas por hambre entre rusos, kazajos y tártaros. No se trata de un hecho meramente accidental: el propio Lenin había defendido la utilización del hambre como una herramienta para minar el apoyo al Zar y a la religión entre la población rusa. Por otra parte, hay que decir que Lenin usó la violencia y el terror para reprimir las huelgas, con muchos miles de obreros y campesinos ejecutados. Y por si a alguien le parece poco todo esto, incluya en la cuenta de muertos los 240.000 asesinados en la brutal represión de la rebelión de Tambov entre agosto de 1920 y junio de 1921, mediante ejecuciones masivas y deportaciones al Gulag.

¿Habría ido si el homenaje se hiciese a las víctimas del Gulag?

Demuestra un curioso concepto de los derechos humanos que un concejal vaya a homenajear a las víctimas de un genocidio, mientras presume de tener en su despacho el retrato de un genocida. Una ciudad como Madrid no debería tener como concejal a alguien que se declara admirador de un dictador sanguinario como Lenin, y menos aún un concejal nombrado por Carmena director del plan de derechos humanos. Cabe preguntarse si Mauricio Valiente habría acudido a ese homenaje si se hubiese hecho en memoria de las víctimas del Gulag comunista. La respuesta es fácil de imaginar si tenemos en cuenta que Valiente fue uno de los concejales de Ahora Madrid que en 2016 se ausentaron del pleno para no condenar la represión soviética en Hungría, con motivo de una votación sobre un monumento en recuerdo de la revolución húngara de 1956.

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(Imagen: Marcus Lublin)

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Comentarios:

  1. Lorenzo

    Aunque estoy de acuerdo con el artículo, creo, con todos mis respetos, que la comparación de Lenin con Franco no es muy afortunada. A Franco se le pueden reprochar las condenas, y no todas, de posguerra y las barbaridades en la Guerra Civil. Pero en ese caso también se podría comparar a Lenin con los aliados de las democracias en la II GM, por ejemplo.

    A partir de ahí, no tengo constancia de que durante el franquismo hubiera nada comparable a la represión y los genocidios de Lenin.

    Me pregunto si este párrafo de Julián Marías se podría aplicar a algún régimen comunista.

    «Esto es lo que mi hizo sentir el valor del liberalismo económico (…) En la España posterior a la guerra descubrí el inmenso alcance de la economía privada: poder comprar la carne, las verduras o los trajes en un comercio particular, no en un mercado estatal; poder publicar en una editorial privada o en una revista del mismo carácter, aunque fuera con censura; cobrar algún dinero de una empresa también privada, no del omnipotente estado. Todas las libertades dependían de ésta. En España no había libertad política y la economía estaba intervenida y mediatizada; pero eran cortapisas a una realidad que seguía siendo privada, múltiple, con la cual se podía contar y tratar. Había un coeficiente muy apreciable de libertad personal y social porque subsistía un sistema económico que en sus líneas generales era liberal».

    Un saludo.

  2. La comparación de Lenin con Franco es pertinente por cuanto ambos fueron dictadores. Franco fue mucho más benigno que Lenin, desde luego, pero al fin y al cabo su régimen fue una dictadura.

  3. Lorenzo

    Edición del párrafo.

    «A partir de ahí, no tengo constancia de que durante el franquismo hubiera ASESINATOS ni nada comparable a la represión y los genocidios de Lenin».

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