Éxito de la campaña de la ILP de libre elección de lengua en la Ciudad Condal

Rebelión en Barcelona contra la imposición: en 9 horas, 23.000 firmas por la libertad de idioma

Que los políticos no decidan por las familias y que sean ellas quienes decidan libremente la lengua de escolarización de sus hijos: es lo que reclama la recogida de firmas que se hizo ayer en Barcelona.

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Casi las mismas firmas por hora en Barcelona que en Madrid

La plataforma Hablamos Español instaló un puesto en la Avenida Diagonal, en lo que algunos llaman ahora Tabarnia, y sus voluntarios estuvieron allí desde las 11 de la mañana hasta las 8 de la tarde recogiendo firmas para su Iniciativa Legislativa Popular por la Libertad de Elección Lingüística, con la que se reclama que los políticos dejen de decidir por los ciudadanos en cuestiones lingüísticas, algo que debería ser obvio en un país democrático. Según ha comunicado la citada plataforma, en un solo día se han recogido más de 23.000 firmas a favor de la libertad lingüística en Barcelona. Hay que recordar que el 8 de diciembre se recogieron 30.000 firmas en Madrid para esta ILP. Si tenemos en cuenta que en la capital de España la recogida se hizo durante 12 horas y en la Ciudad Condal los voluntarios de Hablamos Español estuvieron 9 horas, cabe señalar que el ritmo de recogida de firmas por hora en Barcelona ha sido casi el mismo que en Madrid. Me pregunto qué dirán ahora los separatistas que, en el colmo de la manipulación y del cinismo, presentaron la recogida de firmas en Madrid como una "imposición" contra los catalanes.

La Generalidad decía que no había demanda

Uno de los mitos del separatismo para justificar su exclusión del español en los colegios de Cataluña es que no existía demanda. Se basaban en el hecho de que sólo 40 familias habían pedido escolarizar a sus hijos en español acogiéndose al sistema previsto por la LOMCE, un sistema farragoso que ya expliqué aquí y que consistía en compensar a las familias que pidiesen ejercer ese derecho allí donde no se permite ejercerlo en los colegios públicos, como ocurre en Cataluña. Plantear esto como una libre elección es una tomadura de pelo. Para empezar, la Generalidad se ha venido jactando de desobedecer las sentencias judiciales que la condenan por la exclusión del español en los colegios y, lo que es peor, también las sentencias que la obligan a indemnizar a las familias perjudicadas con esa exclusión. Lo que ha venido ocurriendo en Cataluña de la mano de los gobiernos separatistas -pero también del PSC- es un caso de dictadura lingüística pura y dura, y un caso que no tiene parangón en el resto de Europa.

Lo que no hay en Cataluña es libertad para elegir

Lo que ha ha venido haciendo la Generalidad no es tener en cuenta, con un mínimo de honradez, la posible existencia de una demanda social. El separatismo está empeñado en desterrar el español es de esa comunidad, incluso contra los deseos de los propios catalanes. Así, la Generalidad se ha dedicado a responder con negativas a esa demanda, a pesar de que el español es el idioma más hablado por la población catalana, según las propias estadísticas del Gobierno catalán. Que la Generalidad alegue que no existe demanda de educación español en Cataluña resulta tan cínico como si la dictadura de Corea del Norte afirma que no existe demanda de prensa democrática en ese país. Lo que no hay en Cataluña es una libertad de elección que permita responder a esa demanda social, porque ciertos políticos no quieren que la haya. Esa negativa a que los ciudadanos elijan ha llegado a extremos puramente mafiosos: algunas familias que se han atrevido a reclamar ese derecho se han tenido que enfrentar a actos de acoso organizados por partidos separatistas; un ejemplo más de esa dictadura lingüística a la que me refería antes.

Si los políticos no abren los ojos, al menos que los abran sus votantes

Pero la situación de anormalidad que se da en esa comunidad no se limita a eso: ninguno de los partidos que tienen representación en el Parlamento catalán recogen ese derecho en sus programas. Tampoco lo hacen el Partido Popular y Ciudadanos, que optan por una educación trilingüe en la que son los políticos los que siguen decidiendo por las familias, un modelo que está basado en la misma errónea idea que defienden los separatistas: la de que son las lenguas las que tienen derechos, y no las personas, cuando es justamente al revés. Espero que esta ILP sirva para abrir los ojos a muchos políticos, y si ellos no quieren abrirlos, que al menos sirva para abrírselos a muchos votantes que siguen confiando su voto a quienes no respetan sus derechos.

Recuerda que si deseas ayudar a esta ILP de libertad de elección lingüística, puedes encontrar toda la información necesaria pulsando aquí.

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Comentarios:

  1. Sharovarov

    Qué asco, veo que en «La Secta» ponen «Catalunya» en frases en español.

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