Uno de los mitos más extendidos sobre la Segunda Guerra Mundial es que los soviéticos "liberaron" Polonia. Es un mito basado en el olvido de masacres como la de Uroczysko Baran.
La resistencia polaca contra el nazismo en 1944
La historia de esa matanza comienza en 1944. El 2 de octubre de ese año había fracasado el Levantamiento de Varsovia tras dos meses de duros combates. Stalin había ordenado al Ejército Rojo detener su avance sobre Varsovia, permitiendo a los alemanes arrasar la capital de Polonia y derrotar a los insurgentes polacos. Por aquel entonces la resistencia polaca se articulaba en torno a cuatro grandes grupos:
El AK, los BCh y las NSZ eran vistos por los soviéticos como una amenaza, pues lo mismo que combatían contra los nazis, podían acabar combatiendo contra la URSS, ya que su objetivo era la independencia de Polonia. Debemos recordar que este país había sido invadido en 1939 tanto por Alemania como por su entonces aliada la Unión Soviética, en virtud del protocolo secreto del Pacto Ribbentrop-Mólotov. Además, para los soviéticos el AK, los BCh y las NSZ eran vistos como fascistas por el mero hecho de no ser comunistas. Recordemos que los comunistas alemanes ya habían llamado "socialfacistas" a los socialistas del SPD en la década de 1930, creando una desunión en la izquierda alemana que facilitó el ascenso de Hitler al poder.
Soldados del Armia Krajowa, el mayor grupo de la resistencia polaca, durante el Levantamiento de Varsovia de 1944.
La traición soviética a la resistencia polaca en julio de 1944
La resistencia polaca ya había tenido malas experiencias con los soviéticos. Tras el descubrimiento de las fosas de la masacre de Katyn en 1943, el Gobierno polaco en el exilio había roto toda relación con la URSS. Después de la Liberación de Vilna en julio de 1944, los soviéticos traicionaron a los combatientes del AK que habían participaron en la ofensiva, procediendo a su arresto. Hechos similares ocurrieron en Lviv y Lublin. El 14 de julio de ese año los mandos soviéticos de los frentes de Ucrania y Bielorrusia habían recibido órdenes de arrestar y deportar a todas las fuerzas del Armia Krajowa que encontraran a su paso. Algunos miembros del AK lograron huir, perseguidos por los soviéticos, que lanzan contra ellos una operación de caza en la que capturan a miles de polacos que habían combatido contra los alemanes. De los capturados, unos serán deportados a Siberia, y otros serán asesinados. Los que consiguen escapar siguen la lucha, ahora contra la URSS.
Soldados del Armia Krajowa junto a soldados soviéticos en Vilna, tras la toma de la ciudad, antes de que el Ejército rojo iniciase la persecución contra los polacos (Foto: Archivo Nacional Polaco / Wikimedia)
Kąkolewnica: una prisión improvisada dirigida por un sargento borracho
En septiembre de 1944 cientos de combatientes polacos empiezan a ser conducidos a Kąkolewnica. Se hace una prisión con varias casas, granjas, áticos y sótanos de ese pueblo del este de Polonia. Se calcula que hasta enero de 1945 pasan por allí entre 2.500 y 3.000 prisioneros polacos. Entre los reclusos hay miembros de la resistencia (del AK, de los BCh y de las NSZ), también integrantes de la Wolność i Niezawisłość (WiN, Libertad e Independencia, un grupo clandestino creado para continuar la lucha del AK, esta vez contra los soviéticos), algunos desertores, soldados del Druga Armia Wojska Polskiego (2.AWP, el Segundo Ejército Popular Polaco, formado en la URSS y al que fueron obligados a alistarse muchos miembros de la resistencia polaca) y también otras personas que los comunistas consideran "enemigos del pueblo", desde jóvenes a personas de 60 años. Al frente de esta prisión está el sargento Bazyli Rogoziński, del NKVD soviético, del que se dice que si está borracho por la mañana, se sabe que por las noches habrá muertos, según recordará años más tarde un testigo, Antoni Stolcman.
El bosque de Uroczysko Baran, cerca de Kąkolewnica, donde se llevó a cabo la matanza (Foto: Instytut Pamięci Narodowej)
"Pequeña Bárbara, pídele a Dios que salve a tu papá"
Las condiciones de esta prisión son inhumanas. Los prisioneros están hambrientos y son sometidos a torturas físicas y psicológicas en interrogatorios, que se hacen siempre en ruso. Las habitaciones de la improvisada prisión están abarrotadas, e incluso se recluye a los prisioneros en zanjas excavadas en el suelo, que acababan inundadas de agua. En el ático de la casa de Zofia Mazur, que es usado como celda, los prisioneros hacen inscripciones con las uñas en las paredes: desde nombres como el del Capitán Gutowski y el Capitán Kryszak, a una "Kotwica", el emblema del AK. Una inscripción de uno de los prisioneros demuestra la angustia que sufren: "Basiu, pros Bozie o twojego tatka" (Pequeña Bárbara, pídele a Dios que salve a tu papá). Esas inscripciones aún se conservan en la actualidad.
Entre octubre de 1944 y enero de 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial aún no ha acabado, se forma un juzgado militar adscrito al Segundo Ejército Popular Polaco, afín a los soviéticos. El tribunal, presidido por un veterano del Ejército Rojo, el coronel Stefan Piekarski, y bajo la supervisión del coronel soviético Aleksander Tomaszewski, condena a 144 prisioneros; de ellos, 61 de ellos son condenados a muerte, siendo ejecutados 43. Casi todos los soldados y oficiales del AK encarcelados en Kąkolewnica son asesinados en el cercano bosque de Uroczysko Baran, de un tiro en la cabeza. Los pobladores del lugar escuchan los disparos por las noches y a raíz de la matanza, los vecinos de Kąkolewnicy denominan al lugar como "Mały Katyń" (Pequeño Katyn).
Munición soviética encontrada en Uroczysko Baran, el lugar de la matanza (Foto: Instytut Pamięci Narodowej)
Una cruz de abedul en recuerdo de los asesinados
Los cuerpos de los asesinados son enterrados en fosas comunes. Cuando acaban las ejecuciones en enero de 1945, el suelo es nivelado y enmascarado con musgo, plantas y árboles para que no quede rastro de lo ocurrido. En el verano de ese año, Jerzy Sokoliniec "Kruk", comandante del destacamento de la WiN que opera en esa zona, levanta una cruz hecha con madera de abedul en el lugar, en recuerdo de los asesinados. Poco después los vecinos del lugar levantan una cruz aún más grande para señalar el sitio. Los comunistas la descubren y la derriban, pero una noche los vecinos vuelven a colocarla. La investigación de lo ocurrido comienza en 1946 cuando miembros de la WiN inspeccionan la zona. En 1980 se erige una tumba simbólica en el lugar.
El pequeño monumento que recuerda a los asesinados en Uroczysko Baran. El símbolo de abajo a la izquierda es la "Kotwica", el emblema del Armia Krajowa (Foto: Radzyninfo.pl)
La brutalidad de los verdugos: cráneos, brazos y muslos fracturados
En 1990, tras la caída del comunismo, se llevan a cabo las primeras exhumaciones de cadáveres. Los restos hallados revelan la brutalidad de las torturas y ejecuciones perpetradas por los comunistas. El informe del Instituto de Ciencias Forenses de Polonia señala lo siguiente:
"Al ejecutado se le ataron las manos y las piernas con alambre de metal. En el momento de la muerte, algunas de las víctimas sufrieron lesiones en forma de brazos y muslos rotos y fracturados, etc. Algunos de los cráneos mostraban signos de trauma severo causado por objetos contundentes y pesados. Los examinadores confirmaron las lesiones sufridas por un solo disparo con las heridas de entrada ubicadas en la parte posterior o en el costado del cráneo. En un caso, las heridas por arma de fuego no se confirmaron, sin embargo, se confirmó que la fragmentación del cráneo fue el resultado de un trauma severo".
A día de hoy aún se desconoce cuántos prisioneros fueron ejecutados allí, ya que los soviéticos o bien no dejaron constancia documental de todos los reos a los que mataron, o bien si la dejaron, esos archivos aún no han sido desclasificaron. Por las pruebas obtenidas tras las investigaciones hechas después de la caída del comunismo, se estima que entre 1.300 y 1.800 prisioneros fueron asesinados en Uroczysko Baran. Mi recuerdo a todos ellos.
Para más información:
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(Foto principal: tvn24.pl. Miembros de la V Brigada de Vilna del Armia Krajowa, la principal organización de la resistencia polaca contra el nazismo)
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Comentarios:
Arturo
Un Paracuellos a pequeña escala.
15:05 | 2/03/18
Julia Fernández Castillo
Polonia fue el país que mas sufrió en las guerras.
Polonia es imbatible por su autentico y profundo cristianismo.
Admiro profundamente al pueblo polaco.
18:20 | 4/03/19
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