El pasado sábado la feminista Clara Serra Sánchez, diputada y portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, arremetió contra la propuesta de Vox de una ley de violencia intrafamiliar.
Prejuzga misoginia en toda violencia que sea de un hombre contra una mujer
Lo llamativo del caso es que con el fin de atacar la propuesta de Vox, la diputada podemita acabó haciendo una absurda soflama en su Twitter contra la igualdad ante la ley para hombres blancos y heterosexuales, poniendo ese derecho constitucional por debajo de una lectura puramente ideológica y del todo discutible sobre las causas de los delitos. Una lectura con la que la dirigente de Podemos prejuzga los delitos en función de quién es la persona que acusa y la persona acusada. Veamos sus argumentos:
"Para proteger de la violencia “a todos por igual” -mayores y jóvenes, hombres y mujeres- sea en la calle, en el trabajo o en el ámbito intrafamiliar existe una cosa que se llama Código Penal por el cual maltratar o agredir a cualquier persona es un delito."
Hasta aquí bien. El problema llega cuando la señora Serra afirma lo siguiente:
"Si, aparte del Código Penal (por el cual agredir o asesinar a un hombre en el ámbito familiar es un delito) tienen que existir leyes de violencia machista es porque consideramos que existe una violencia con causas y manifestaciones específicas: la violencia contra las mujeres. Las mujeres, en todo el mundo, son objeto de una violencia particular. Por ser mujeres se nos mutila genitalmente, por ser mujeres se nos casa contra nuestra voluntad, por ser mujeres de nos agrede sexualmente, se nos maltrata y se nos mata en todos los países del mundo."
En este punto es donde acaba el Derecho y empieza la ideología. Lo que viene a decir la señora Serra es que cuando una mujer sufre algún acto de violencia a manos de un hombre, ese acto está motivado por el odio a todas las mujeres. Esta visión paranoica de la sociedad elimina de un plumazo dos elementos que todo juez tiene que valorar a la hora de juzgar un delito: el móvil que impulsó al acusado y las circunstancias del delito. Si el delito se cometió por celos, por embriaguez, por un trastorno mental, con premeditación o en un arranque de ira, esto para el feminismo progre es irrelevante. El feminismo izquierdista no necesita que la Justicia aclare nada, porque ya ha prejuzgado todos los crímenes de hombres contra mujeres dictando que se trata de misoginia, digan lo que digan los indicios, los testimonios y las pruebas. Basta con ver lo que afirma la diputada podemita en este mensaje:
"La violencia machista tiene un agravante penal porque no solamente daña a una persona particular sino AL CONJUNTO de personas o colectivo al que la persona agredida pertenece. La violencia machista daña a todas las mujeres porque se ejerce contra una mujer POR SER MUJER."
Ella misma ya había identificado más arriba el concepto "violencia machista" con el concepto "violencia contra las mujeres". Así pues, según Serra, toda violencia de un hombre contra una mujer tiene el agravante de machismo porque tiene su origen en la misoginia. Eso es prejuzgar delitos con todo el descaro y con absoluto desprecio de los elementos que tiene que valorar cualquier juez para establecer si concurrieron circunstancias agravantes o no.
También señala a las personas blancas y heterosexuales
Pero la diputada de Podemos no se conforma con señalar a los hombres. En este mensaje desliza otro prejuicio ideológico, esta vez racial:
"Del mismo, modo una agresión racista tiene una agravante porque reproduce y perpetúa en el mundo una desigualdad. Así que si una persona blanca agrede a una persona racializada POR SERLO será penalmente más grave que si se da una agresión común hacia una persona particular."
En el siguiente mensaje pone en la picota a los heterosexuales:
"Las personas LGTBI son también objeto en este mundo de una violencia específica, para la que hacemos leyes específicas, violencia que debe tener agravante penal. Un ataque homófobo reproduce la homofobia en nuestra sociedad y atenta contra los derechos de TODAS las personas LGTBI".
La argumentación de la diputada podemita tiene otro fallo estrepitoso: equipara la violencia "machista" con la violencia racista y homófoba, pero en el caso de la violencia racista matiza que se da cuando alguien agrede a otro por su raza, o mejor dicho, cuando un blanco agrede a alguien de otra raza por motivos raciales (por lo visto, da por hecho que en las demás razas no hay personas racistas). Si Serra hubiese aplicado a la violencia racista el mismo criterio que a la violencia "machista", tendría que afirmar que todo acto de violencia de una persona blanca contra una persona de otra raza es un acto racista. Pero entonces tendría que negar que sean racistas los actos de personas no blancas contra personas blancas, una afirmación que puede provocar un cabreo bestial si tenemos en cuenta la cantidad de delitos cometidos en España por personas de ciertas nacionalidades. Claro que todo se andará. Si algo han demostrado en Podemos es no tener miedo al ridículo ni complejo alguno a la hora de negar la realidad.
Tacha de "absurdo" que se pidan leyes "para todos por igual"
Finalmente, sin importarle el error de base de su argumentación, la diputada podemita arremete contra la igualdad ante la ley en este mensaje y los siguientes (los pongo seguidos):
"En este mundo no existe una violencia específica contra los hombres, no se es objeto de maltrato y discriminacion por ser hombre, ni por ser heterosexual, ni por ser blanco. Si eso pasara, en el mundo al revés, habría que hacer leyes para afrontarlo. Pero ese no es nuestro mundo. Se puede ser un hombre blanco y ser agredido o asesinado por muchas razones, por una pelea callejera, por una venganza, por cobrar una herencia o por una disputa de poder, pero para todas esas violencias y delitos los hombres están perfectamente protegidos por el Código Penal. Decir que en vez de leyes de violencia machista queremos leyes de v. intrafamiliar para todos es tan absurdo como decir que en vez de leyes contra agresiones homófobas o racistas (que algunas se dan en la calle) queremos leyes contra la violencia callejera para todos por igual."
¡Leyes para todos por igual! ¡Qué "absurdo", oiga, como si todos fuésemos iguales! Con ese comentario la señora Serra ha delatado su desprecio por la igualdad ante la ley, que es uno de los pilares de toda democracia mínimamente seria.
Un discurso colectivista en el que importas en función de tu grupo social
Lo que ha hecho esta diputada podemita es un alegato colectivista en el que no importan los derechos de los individuos tanto como su pertenencia a un determinado grupo. Si perteneces a uno de los grupos a los que la izquierda considera "oprimidos" (mujeres, personas no blancas y personas no heterosexuales), entonces tiene que haber leyes específicas para ti. Pero si eres hombre blanco y heterosexual (es decir, del grupo "opresor"), confórmate con el Código Penal. Ya he señalado otras veces a qué se debe este prejuicio ideológico que hace la diputada podemita. El marxismo fracasó en Occidente al formarse una amplia clase media que no se tragaba el dogma de la lucha de clases, así que el neomarxismo aplicó ese dogma a otros ámbitos. Antes para la izquierda los "opresores" eran los burgueses, y ahora los opresores son los hombres, los heterosexuales y las personas de raza blanca, y los oprimidos son todos los demás.
La izquierda quiere poner fin a 70 años de igualdad ante la ley
El caso es que cuando el neomarxismo llegó con esta paranoica teoría para generar enfrentamiento, ya se habían creado todo tipo de leyes para penalizar las más diversas discriminaciones. Ya en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos afirmó lo siguiente en su Artículo 7:
"Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación".
El Artículo 14 de la Constitución Española de 1978 afirma:
"Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social".
Además, el Artículo 22 del Código Penal de 1995 ya señalaba lo siguiente como circunstancias agravantes de un delito:
"Cometer el delito por motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación referente a la ideología, religión o creencias de la víctima, la etnia, raza o nación a la que pertenezca, su sexo, orientación o identidad sexual, razones de género, la enfermedad que padezca o su discapacidad".
Esa versión del Código Penal se aprobó casi una década antes de la Ley de Violencia de Género (LVG). Era, por tanto, una ley del todo innecesaria desde el punto de vista del Derecho. Pero la izquierda no quería igualdad ante la ley: quería fomentar el victimismo entre determinados grupos sociales para presentarse como su salvadora. Es entonces cuando surge la LVG, las leyes LGTB y otras normas destinadas a crear privilegios legales para determinados grupos a costa de discriminar a otros. Y así, con el cínico pretexto de combatir la desigualdad, la izquierda ha sembrado más desigualdad, y con ella más discordia y resentimiento, que son las consecuencias previsibles de que grandes colectivos sociales vean erosionados sus derechos fundamentales por el empeño de la izquierda de privilegiar a otros grupos. Obvia decir que todo esto ha servido para que la izquierda entre en la enseñanza a saco imponiendo su ideología: ella se inventa un problema y ella nos ofrece la solución mágica al "módico" precio de sacrificar nuestros derechos, empezando por la igualdad ante la ley y ahora también la presunción de inocencia. Y luego aún hay políticos de izquierdas que se escandalizan de que cada vez haya más gente que se harta y vota a Vox.
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(Foto: Podemos)
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Comentarios:
Luis Recinos
Bueno, lo que pasa es que, tal como lo planteó George Orwell en su «Animal Farm», hay quienes son «más iguales que otros».
14:35 | 17/12/18
Luna
Por si había poca igualdad en este supuesto de hombre contra mujeres, encontramos ahora la invención de «personas (ojo al dato:) racializadas» y personas «particulares.»
Pugno por resucitar la versión «personas lúcidas» frente a los «majaderos» que se sacan de la manga estas tonterías y prejuicios para condenar los que nos suponen a nosotros tan gratuitamente.
16:40 | 17/12/18
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