El texto completo suscrito por varios partidos políticos de la Unión Europea

Declaración Conjunta sobre el Futuro de Europa: un manifiesto por la «libertad de las naciones»

Hoy partidos políticos de varias naciones de Europa han anunciado la firma de un manifiesto conjunto en defensa de la soberanía de los países miembros de la UE.

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El texto tiene como fin proponer un modelo de Europa más acorde con sus principios fundamentales y alternativo al que está promoviendo la élite de Bruselas, que pretende imponer un modelo federalista. Entre los firmantes de este manifiesto figuran Santiago Abascal, presidente del partido español Vox; Viktor Orbán, primer ministro de Hungría y presidente de Fidesz; Jarosław Kaczyński, presidente del partido Prawo i Sprawiedliwość (PiS), que gobierna en Polonia; Marine Le Pen, presidenta de partido francés Rassemblement National; Giorgia Meloni, presidenta de Fratelli d’Italia; y Matteo Salvini, presidente de la Lega.

La delegación de Vox en el Parlamento Europeo ha tenido la amabilidad de facilitarme el texto completo del manifiesto en español, que podéis leer a continuación (las negritas las he señalado yo):

Declaración Conjunta sobre el Futuro de Europa

En el debate sobre el futuro de Europa que se ha iniciado recientemente, no debe faltar la voz de los partidos apegados a la libertad de las naciones y a las tradiciones de los pueblos europeos, que representan a los ciudadanos apegados a la tradición europea.

La turbulenta historia de Europa, especialmente en el último siglo, trajo muchas desgracias. Las naciones que defendían la soberanía y la integridad territorial contra los agresores han sufrido más allá de la imaginación humana. Después de la Segunda Guerra Mundial, algunos países europeos tuvieron que luchar contra la dominación del totalitarismo soviético durante décadas antes de recuperar su independencia.

Esta independencia, el vínculo atlántico de la UE y la OTAN, así como la paz entre las naciones cooperantes, son grandes logros para un número importante de europeos, dándoles una sensación de seguridad permanente y creando condiciones óptimas para el desarrollo. El proceso de integración ha contribuido en gran medida a crear estructuras de cooperación duraderas y a mantener la paz, el entendimiento mutuo y las buenas relaciones entre los Estados. Esta labor debe mantenerse como un valor de los que hacen época.

Sin embargo, la serie de crisis que la han sacudido en los últimos diez años ha demostrado que la labor de cooperación europea se tambalea, sobre todo porque las naciones sienten que se les está despojando poco a poco de su derecho a ejercer sus legítimos poderes soberanos.

La Unión Europea necesita una profunda reforma porque hoy, en lugar de proteger a Europa y su patrimonio, en lugar de permitir el libre desarrollo de las naciones europeas, se está convirtiendo ella misma en una fuente de problemas, ansiedad e incertidumbre.

La UE se está convirtiendo cada vez más en una herramienta de las fuerzas radicales que querrían llevar a cabo una transformación cultural, religiosa y, en última instancia, una construcción de Europa sin naciones, con el objetivo de crear un superestado europeo, destruir o cancelar la tradición europea, transformar las instituciones sociales básicas y los principios morales.

La utilización de las estructuras políticas y del derecho para crear un superestado europeo y nuevas formas de estructuración social es una manifestación de la peligrosa e invasiva ingeniería social del pasado, que debe suscitar una legítima resistencia. La sobreactividad moralista que hemos visto en los últimos años en las instituciones de la UE ha dado lugar a una peligrosa tendencia de imponer un monopolio ideológico.

Estamos convencidos de que la cooperación de las naciones europeas debe basarse en la tradición, en el respeto a la cultura y a la historia de los Estados europeos, en el respeto a la herencia judeocristiana de Europa y en los valores comunes que unen a nuestras naciones, y no en su destrucción. Reafirmamos nuestra creencia de que la familia es la unidad básica de nuestras naciones. En una época en la que Europa se enfrenta a una grave crisis demográfica con bajas tasas de natalidad y envejecimiento de la población, la elaboración de políticas a favor de la familia debería ser una respuesta en lugar de la inmigración masiva.

Estamos convencidos de que los soberanos de Europa son y seguirán siendo las naciones de Europa. La Unión Europea ha sido creada por estas naciones para lograr objetivos que pueden ser alcanzados más eficazmente por la Unión que por los Estados miembros individualmente. Sin embargo, los límites de las competencias de la Unión están fijados por el principio de atribución: todas las competencias no atribuidas a la Unión pertenecen a los Estados miembros, respetando el principio de subsidiariedad.

A través de una reinterpretación constante de los Tratados por parte de las instituciones de la Unión Europea en las últimas décadas, estos límites se han desplazado significativamente en detrimento de los Estados. Esto es incompatible con los valores fundamentales de la Unión y conduce a una disminución de la confianza de las naciones europeas y de sus ciudadanos en estas instituciones. Para detener e invertir esta tendencia, es necesario crear, además del principio de atribución existente, un conjunto de competencias inviolables de los Estados miembros de la Unión Europea y un mecanismo adecuado para su protección con la participación de los tribunales constitucionales nacionales u órganos equivalentes. Todos los intentos de transformar las instituciones europeas en órganos que prevalezcan sobre las instituciones constitucionales nacionales crean un caos, socavan el sentido de los tratados, cuestionan el papel fundamental de las constituciones de los Estados miembros, y las disputas resultantes sobre las competencias se resuelven, de hecho, mediante la imposición brutal de la voluntad de las entidades políticamente más fuertes sobre las más débiles. Esto destruye la base del funcionamiento de la comunidad europea como comunidad de naciones libres.

Creemos que el consenso debe seguir siendo el medio básico para alcanzar una posición común en la Unión. Los recientes intentos de eludir este procedimiento o las ideas de su abolición amenazan con excluir a algunos países de la influencia en la toma de decisiones y con transformar la Unión en una forma especial de oligarquía. Esto podría conducir a la incapacitación de facto de los órganos constitucionales nacionales, incluidos los gobiernos y los parlamentos, reducidos a la función de aprobar decisiones ya tomadas por otros.

En los países miembros sigue existiendo una abrumadora voluntad de cooperación, y un espíritu de comunidad y amistad impregna las naciones y sociedades de nuestro continente. Es nuestro gran capital. Una Unión reformada hará uso de este capital, mientras que una Unión que rechace la reforma lo dilapidará.

Por eso hoy nos dirigimos a todos los partidos y grupos que comparten nuestros puntos de vista con este documento como base para un trabajo común cultural y político, respetando el papel de los actuales grupos políticos.

¡Reformemos juntos la Unión para el futuro de Europa!

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Foto: Airplus.

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Comentarios:

  1. simarro

    Esta U.E. es vista ya como un poder Globalista que nada tiene que ver con los hombres como Conrad Adenauer, es hora de apoyar a España a través de una U.E. de la que formamos parte por historia y pertenencia, pero no a esta de DAVOS e intereses espurios de gente de BILDEBERG Miles Millonarios sospechosos de influir en el Parlamento como Lobbies dictatoriales que nos indican individuos cómo George Soros y muchos Otros. Si a U.E. pero no quiero dejar nuestro pasado y cultura greco-romana.

  2. Jandro

    Cómo no, los de siempre ya están valorando la declaración por quiénes la firman y no por lo que se dice, pero es que eso supondría un trabajo insoportable para la pereza intelectual que gastan.

    La declaración no puede ser más acertada. Da en el clavo del problema de la Europa que se está tratando de hacer. El problema tiene estos dos ejes: el borrado de Europa y los mecanismos supranacionales que se intentan instalar para garantizarlo.

    Me pregunto cómo los que quieren un borrado de Europa se autodenominan europeístas y tienen la cara de tildar de eurófobos a los que quieren una Europa consciente de la grandeza de su propio legado cultural y social, y consecuente con ello.

  3. Sharovarov

    Lo siento, pero yo veo el panorama muy negro. ¡Huy lo que he dicho: «panorama muy negro»!, ¡posible delito de odio racista!

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