El escándalo de corrupción en instituciones de la UE sobre el que no se habla en España

El silencio de los grandes medios de comunicación ante ciertas noticias empieza a resultar más que sospechoso. Un ejemplo de ello afecta directamente a la UE.

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El escándalo lo destapó Jean Quatremer en Libération el 26 de noviembre

He conocido este caso gracias a una periodista polaca, Małgorzata Wołczyk. La primera noticia sobre el asunto fue publicada el 26 de noviembre en el diario izquierdista francés Libération, e iba firmada por Jean Quatremer, corresponsal de ese medio en las instituciones europeas desde 1990. En 1999, Quatremer fue uno de los periodistas que denunció un escándalo de corrupción que salpicaba a la socialista Édith Cresson, entonces comisaria europea de Investigación, Innovación y Ciencia. El escándalo acabó llevando a la dimisión de la Comisión Europea presidida por el luxemburgués Jacques Santer.

Esa primera información publicada por Quatremer se refería al Tribunal de Cuentas Europeo: "Bonificaciones de vivienda para viviendas ficticias en Luxemburgo, informes de abuso de gastos, misiones no verificadas… La investigación de “Liberación” muestra que una decena de miembros del organismo de control, empezando por su presidente Klaus-Heiner Lehne, demuestran una ética más que flexible".

El caso salpica a la Comisión, al TJUE y al Partido Popular Europeo

El 1 de diciembre, Libération publicaba una nueva información firmada por Quatremer señalando: "Liberation ha descubierto un sistema real de conflictos de intereses y tráfico de influencias que extiende sus ramificaciones no solo a la Comisión, sino también al TJUE, el templo del derecho europeo, que involucra esencialmente a miembros del EPP (Partido Popular Europeo)". Es el partido que controla la Comisión Europea, junto con los Socialdemócratas Europeos.

El TCE descartó una investigación independiente o que intervenga la Oficina Antifraude

A raíz de esas informaciones, el 30 de noviemnbre hubo un interrogatorio de eurodiputados al presidente del Tribunal de Cuentas Europeo para que respondiese sobre esas acusaciones. Los eurodiputados formularon 50 preguntas. El Tribunal de Cuentas ni siquiera informó sobre ello en su cuenta de Twitter.

Este martes, Quatremer comentaba las explicaciones ofrecidas por el Tribunal: "siente que no tiene nada de qué avergonzarse, descartó cualquier investigación independiente o derivación a la Oficina de Lucha Antifraude (OLAF). Queda por ver si los eurodiputados se contentarán con este ejercicio de complacencia, porque, entre líneas, se confirma que algo no anda bien en el TCE".

Eurodiputados de Vox y otros grupos preguntan a la Comisión por el asunto

El 10 de diciembre, eurodiputados del grupo ECR (entre ellos los de Vox), del grupo Identidad y Democracia y no adscritos formularon esta pregunta a la Comisión: "Una publicación reciente de los medios de comunicación franceses ha informado sobre presuntos conflictos de intereses y tráfico de influencias por parte de jueces del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), incluido su presidente, el juez Koen Lenaerts, y destacados funcionarios de la UE asociados al Partido Popular Europeo (PPE). La publicación incluye los nombres siguientes en relación con el escándalo: Johannes Hahn, Jean-Claude Juncker, Jyrki Katainen, Michel Barnier, Barbara Feldman, Koen Lenaerts, juez Quinn, Helga Berger, Alexandra Sacha Prechal, Nils Wahl".

La pregunta añade: "La Comisión, dominada por el PPE, se ha basado en las sentencias del TJUE al tomar decisiones por motivos políticos respecto a investigaciones relacionadas con el Estado de Derecho contra Polonia y Hungría. Además, tanto la Comisión como el TJUE han sido cada vez más críticos en sus evaluaciones de la corrupción en países como Bulgaria, Rumanía y Eslovenia. Habida cuenta de lo anterior, ¿ha participado alguno de los jueces del TJUE que se mencionan en la publicación en alguna sentencia del TJUE relacionada con investigaciones del Estado de Derecho contra Polonia o Hungría? De ser así, ¿en qué resoluciones en concreto han participado y cuáles han servido de base para la decisión de la Comisión de mantener el denominado mecanismo del Estado de Derecho contra Polonia y Hungría?"

Silencio casi total de los medios españoles ante este escándalo

Małgorzata Wołczyk apunta que este asunto ha provocado un escándalo en Francia -país donde se edita el diario que publicó la información- y también en Polonia, país que -como apuntan esos eurodiputados- está siendo víctima de una persecución ideológica de la Comisión Europea. En España, el asunto ha sido ignorado por la práctica totalidad de los medios.

Sólo he encontrado una noticia en La Vanguardia publicada el 1 de diciembre y titulada: "El presidente del Tribunal de Cuentas de la UE rechaza las acusaciones de fraude". En esta información se señala que el alemán Klaus-Heiner Lehne, del PPE y presidente del Tribunal de Cuentas Europeo, "a pesar de ganar entre 22.000 y 24.000 euros al mes y recibir una ayuda para alquiler equivalente al 15% de su salario, comparte piso con tres compañeros de trabajo, tres miembros de su gabinete con sueldos por encima de los 10.000 euros mensuales cada uno".

La Vanguardia también señala que "un tercio de los 27 miembros del TCUE casi nunca están en el Gran Ducado, a pesar de que reciben primas de alojamiento por fijar "ficticiamente" su residencia en el país". Recuerda, así mismo, que este nuevo escándalo llega apenas dos meses después de la condena por el TJUE contra Karel Pinxten, exministro belga de Defensa y miembro del Tribunal de Cuentas Europeo durante 12 años, por "cargar fraudulentamente a la institución con gastos equivalentes a 570.000 euros relativos a vacaciones personales en Cuba y Suiza, viajes de caza y la compra de unos viñedos en Francia".

¿El europeísmo implica pensar que las instituciones europeas son incorruptibles?

Es pasmoso que un asunto de esta gravedad apenas haya tenido eco en los medios españoles, aunque no es de extrañar si tenemos en cuenta que las principales instituciones europeas están controladas por la coalición formada por el Partido Popular Europeo y los Socialdemócratas Europeos, y medios afines a ambos partidos no deben estar muy interesados en que se conozcan los escándalos que salpican a esas instituciones.

Por otra parte, parece haberse extendido la idea de que el "europeísmo" implica considerar que las instituciones europeas están por encima del bien y del mal, son incorruptibles y no deben ser objeto de crítica, so pena de ser acusado de "euroescéptico" o "antieuropeísta". ¿A cuento de qué no ha juzgarse con el mismo ojo crítico a esas instituciones que a las instituciones nacionales o autonómicas? A fin de cuentas, con frecuencia son los mismos partidos los que dominan unas y otras. ¿Por qué pensar que en Bruselas van a ser más virtuosos que en Madrid o en París?