España y el Reino Unido son dos países separados por siglos de guerras y por la colonia de Gibraltar, pero a veces podemos aprender los unos de los otros.
Esta tarde he leído un discurso que me ha parecido muy interesante, no sólo por su contenido, sino también por su tono. Me refiero al discurso de Navidad de la Reina Isabel II del Reino Unido, que hace unos meses cumplió 95 años y que el 6 de febrero de 2022, si Dios quiere, cumplirá 70 años en el trono. Una cifra memorable, desde luego, pero no tanto como el respeto que le dispensa su pueblo y que ella se ha ganado con creces. Es una gran mujer.
Así que, con perdón de Blas de Lezo, podéis escuchar aquí el discurso de Isabel II, en inglés (Youtube ofrece una traducción automática al español).
A continuación, os ofrezco la traducción al español del discurso que he hecho a partir de la transcripción oficial publicada por la web de la Familia Real Británica. Me quedo especialmente con su recuerdo que hace de su marido, el Duque Felipe de Edimburgo -fallecido el pasado 9 de abril- y sobre todo con lo que dice en el último párrafo, donde menciona el verdadero sentido de la Navidad:
"Aunque es una época de gran felicidad y buen ánimo para muchos, la Navidad puede ser difícil para quienes han perdido a sus seres queridos. Este año, especialmente, entiendo por qué.
Pero para mí, en los meses transcurridos desde la muerte de mi amado Philip, he obtenido un gran consuelo de la calidez y el afecto de los numerosos homenajes a su vida y obra, de todo el país, la Commonwealth y el mundo. Su sentido de servicio, curiosidad intelectual y capacidad para exprimir la diversión de cualquier situación eran incontenibles. Ese brillo travieso e inquisitivo fue tan brillante al final como cuando lo vi por primera vez.
Pero la vida, por supuesto, consiste tanto en despedidas finales como en primeros encuentros; y por mucho que mi familia y yo lo extrañamos, sé que él querría que disfrutáramos de la Navidad.
Sentimos su presencia mientras nosotros, como millones en todo el mundo, nos preparábamos para la Navidad. Si bien el Covid nuevamente significa que no la podemos celebrar como lo hubiéramos deseado, aún podemos disfrutar de muchas tradiciones felices. Ya sea el canto de villancicos (siempre que la melodía sea bien conocida); decorar el árbol; dar y recibir regalos; o viendo una película favorita donde ya conocemos el final, no es de extrañar que las familias a menudo atesoren sus rutinas navideñas. Vemos a nuestros propios hijos y sus familias adoptar los roles, tradiciones y valores que significan tanto para nosotros, ya que éstos se transmiten de una generación a la siguiente, a veces se actualizan para los tiempos cambiantes. Lo veo en mi propia familia y es una fuente de gran felicidad.
El príncipe Felipe siempre fue consciente de esta sensación de pasar el testigo. Por eso creó el Premio del Duque de Edimburgo, que ofrece a los jóvenes de todo el Commonwealth y más allá la oportunidad de explorar y aventurarse. Sigue siendo un éxito asombroso, basado en su fe en el futuro.
También fue uno de los primeros defensores de tomarnos en serio nuestra gestión del medio ambiente; y me enorgullece más allá de las palabras que su trabajo pionero haya sido asumido y magnificado por nuestro hijo mayor Charles y su hijo mayor William, admirablemente apoyados por Camilla y Catherine, más recientemente en la cumbre sobre cambio climático de la COP en Glasgow.
El próximo verano esperamos con ansias los Juegos de la Commonwealth. La batuta viaja actualmente a lo largo y ancho de la Commonwealth, en dirección a Birmingham, un faro de esperanza en su viaje. Será una oportunidad para celebrar los logros de los atletas y la unión de naciones con ideas afines.
Y febrero, dentro de solo seis semanas, verá el comienzo de mi año del Jubileo de Platino, que espero sea una oportunidad para que la gente de todo el mundo disfrute de un sentido de unión; una oportunidad para agradecer los enormes cambios de los últimos setenta años - sociales, científicos y culturales - y también para mirar hacia adelante con confianza.
Estoy segura de que alguien en algún lugar hoy comentará que la Navidad es una época para los niños. Es una verdad cautivadora, pero solo la mitad de la historia. Quizás sea más cierto decir que la Navidad puede hablarle al niño que todos llevamos dentro. Los adultos, cuando están abrumados por las preocupaciones, a veces no ven la alegría en las cosas simples, donde los niños no lo ven.
Y para mí y mi familia, incluso con una risa familiar perdida este año, habrá alegría en la Navidad, ya que tendremos la oportunidad de recordar y ver de nuevo la maravilla de la temporada festiva a través de los ojos de nuestros niños pequeños, a los que estuvimos encantados de dar la bienvenida a cuatro más este año.
Nos enseñan a todos una lección, al igual que la historia de Navidad, de que en el nacimiento de un niño, hay un nuevo amanecer con un potencial infinito.
Es esta simplicidad de la historia de Navidad lo que la hace tan universalmente atractiva: sucesos simples que formaron el punto de partida de la vida de Jesús, un hombre cuyas enseñanzas se han transmitido de generación en generación y han sido la base de mi fe. Su nacimiento marcó un nuevo comienzo. Como dice el villancico, "Las esperanzas y los temores de todos los años se cumplen en ti esta noche".
Les deseo a todos una muy feliz Navidad".
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Comentarios:
Aguador
Debe ser por algo que a la Reina de Inglaterra le permiten decir las cosas que dice y a nuestro Rey no…
20:25 | 27/12/21
Teros
Me jode mucho decirlo, pero nuestro Rey debería tomar ejemplo
9:33 | 28/12/21
wladimir
muy buen discurso….
10:56 | 28/12/21
FaramirGL
Tristemente, he de estar de acuerdo con el resto de comentarios. Ojalá nuestro Rey pudiera decir estas cosas y no la basura progre que escupió el otro día.
10:23 | 29/12/21
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