Durante la Segunda Guerra Mundial, las tripulaciones de los bombarderos Boeing B-17 Flying Fortress estadounidenses registraron un altísimo número de bajas.
De los 10 tripulantes que llevaba cada avión, uno de los que tenían más riesgos de morir en combate era el artillero de la torreta esférica (llamada "ball turret" en inglés), introducida en el vientre del avión en el modelo B-17E y siguientes en septiembre de 1941. Para este puesto se requería a aviadores de baja estatura, debido al escaso espacio que disponía este puesto de defensa, equipado con dos ametralladoras pesadas Browning M-2 de calibre .50 (12,7 mm).
Uno de los artilleros asignados a ese puesto fue Maynard Harrison "Snuffy" Smith, nacido el 19 de mayo de 1911 en Caro, Michigan. Este hombre tuvo una vida azarosa antes de la guerra. Fue un niño bastante traste, se casó y se divorvió dos veces (con su segunda esposa tuvo un hijo), y fue condenado por no pagar la manutención de su hijo. El juez le dio a elegir: la cárcel o el Ejército. Smith eligió el Ejército, incorporándose a filas aún esposado y llevado por un sheriff.
Asignado a las Fuerzas Aéreas del Ejército de EEUU, se ofreció voluntario para la escuela de artilleros aéreos, que era una buena forma de promoción para llegar rápido a ser suboficial y obtener una mejor paga. Ya convertido en sargento de personal, fue asignado al 423° Escuadrón de Bombardeo. Su nuevo trabajo no le iba a deparar mejores momentos que su vida civil, pues debido a su carácter y a su mala reputación, se llevaba mal con sus compañeros.
Smith llevó a cabo su primera misión el 1 de mayo de 1943. El objetivo de su escuadrón era bombardear la base de submarinos alemanes en la localidad francesa de Saint-Nazaire, en la costa cantábrica de ese país, una base con unas formidables defensas (de hecho, y como ocurrió con otras bases de submarinos alemanas, no se rindió hasta mayo de 1945, cuando ya había quedado aislada del resto de fuerzas alemanas y los aliados ya dominaban toda Francia).
Esa misión salió relativamente bien hasta el objetivo, al menos para lo que era habitual en las misiones de bombardero diurno de las que se encargaban los B-17 americanos (los británicos bombardeaban por las noches). El problema llegó al regreso: a causa de un error de navegación, la formación de bombarderos descendió hasta los 610 metros de altura creyendo que ya volaba sobre Inglaterra, pero todavía estaba sobre la Bretaña francesa. A causa de ello, sufrió un fuerte fuego de artillería antiaérea y fue atacada por cazas alemanes.
Los alemanes alcanzaron el B-17 de Smith, provocando una fuga de combustible y un incendio en el interior del fuselaje. La torreta esférica quedó inutilizada y Smith tuvo que abandonarla. Otros tres miembros de la tripulación lograron saltar en paracaídas (nunca se volvió a saber nada de ellos; se cree que se ahogaron en el Canal de la Mancha). Dos de sus compañeros que permanecían a bordo estaban gravemente heridos y Smith sabía que si no hacía algo, el avión acabaría estallando. Durante hora y media, Smith socorrió a los heridos, manejó las ametralladoras laterales del fuselaje para hacer frente a cazas alemanes y trató de apagar el incendio del fuselaje recurriendo a extintores e incluso orinando sobre las llamas.
Milagrosamente, el B-17 se Smith logró llegar a un aeródromo británico. El avión estaba literalmente destrozado: había recibido más de 3.500 impactos de bala y trozos de metralla de la artillería antiaérea alemana. Pocos minutos después del aterrizaje, el avión se partió por la mitad. Si no hubiese sido por los esfuerzos de Smith para apagar el incendio, el resto de la tripulación habría perecido. Por aquel acto de heroísmo, Smith recibió la Medalla de Honor, la más alta condecoración militar de EEUU, que se entregó personalmente Henry L. Stimson, el Secretario de Guerra.
Irónicamente, la misma semana que recibió la Medalla de Honor, Smith fue castigado a un servicio de cocina por llegar tarde a una sesión informativa. Sólo voló en cuatro misiones más, siendo después enviado a trabajo administrativo. Más tarde, fue castigado por por sufrir estrés de combate, una enfermedad que entonces sufrían muchos soldados pero que no estaba tan estudiada como ahora. Finalmente, fue degradado a la condición de soldado raso por las quejas de sus oficiales por el mal desempeño de su trabajo, y acabó siendo enviado a casa el 2 de febrero de 1945. A pesar de todo, en su localidad natal le recibieron como a un héroe.
El resto de su vida no conservó muy buen recuerdo de su paso por el Ejército. Tuvo problemas legales, trabajó para el Departamento del Tesoro y fundó el "Police Officers Journal", una revista orientada a los agentes del orden. Siempre se le consideró una persona problemática, pero eso nunca eclipsó su acto de heroísmo y el hecho de haber sido el primero de los sólo cinco suboficiales de la USAAF que recibió la Medalla de Honor durante la Segunda Guerra Mundial. Falleció en St. Petersburg, Florida, el 11 de mayo de 1984 con 72 años, siendo enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington.
Podéis ver aquí la excelente recreación a ordenador que ha publicado el canal de Youtube Yarnhub sobre la historia de Maynard H. Smith. El vídeo está en inglés pero dispone de subtítulos en español:
---
Foto principal: HistoryNet. Maynard H. Smith posando junto a la torreta esférica de un B-17.
No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico: Pulsa aquí para suscribirte |
Comentarios:
CanCerbero
Vamos, aparte de algún leve acto de heroismo como ese, mejor hubiese sido que se quedase en prisión. Se habría ahorrado muchas broncas y no habría dado tantos quebraderos de cabeza.
Supongo que el ansia de aventura y gloria puede más que el sentido común, porque si al menos su paso al ejercito hubiese servido para enderezar su conducta…
22:59 | 5/02/22
Elentir
Salvó la vida de seis compañeros. Yo creo que sí valió la pena, por muy problemático que haya sido el hombre el resto de su vida. Por ese acto heroico se merece todo mi respeto.
23:07 | 5/02/22
El Peregrino Gris
Así somos. Hasta en los hombres más viles puede darse un acto de genuina bondad y los hombres más virtuosos pueden cometer grandes maldades. Maynard H. Smith parece haber tenido un gran problema (posiblemente ya desde la infancia) que, por no resolverse, le incapacitaba para llevar una vida ordenada.
Por cierto, ¿alguien ha reparado en el parecido de Maynard con el actor James McAvoy (Múltiple, X-men)? Sería una buena idea llevar la vida de este personaje a la gran pantalla. No tanto como inspiración sino porque describe bien la situación del ser humano.
11:00 | 6/02/22
wladimir
interesante…
en verdad es todo un autentico heroe…
23:13 | 6/02/22
Opina sobre esta entrada: