Ucrania lleva ocho meses resistiendo a los invasores: necesita nuestras voces

El admirable heroísmo del pueblo ucraniano y «el espantoso silencio de la gente buena»

En abril de 1963, Martin Luther King fue arrestado por oponerse pacíficamente a la aberrante segregación racial que aún existía en parte de los Estados Unidos.

Un Almirante español da las claves que echan por tierra el discurso prorruso sobre Ucrania
Los ultimátums de Rusia a la OTAN y a EEUU: Putin quería una Europa subordinada a Moscú

Martin Luther King y su aviso sobre «el espantoso silencio de la gente buena»

Durante ese arresto escribió su famosa "Carta desde la cárcel de Birmingham", en la que hace muchas reflexiones que me han dado mucho que pensar a lo largo de los años. Hay una en concreto que me parece aplicable a muchas situaciones de los últimos años, y también a la actual. En ella, King hablaba sobre "una trágica concepción errónea del tiempo. Es la noción extrañamente irracional de que hay algo en el flujo mismo del tiempo que inevitablemente curará todos los males. En realidad, el tiempo es neutral. Se puede utilizar de forma destructiva o constructiva".

Acto seguido, King escribía unas palabras muy importantes: "Empiezo a sentir que las personas de mala voluntad han usado el tiempo mucho más efectivamente que las personas de buena voluntad. Tendremos que arrepentirnos en esta generación no simplemente por las palabras y acciones odiosas de las personas malas, sino también por el espantoso silencio de la gente buena". Estas palabras de King conectaban con una afirmación atribuida al pensador conservador británico Edmund Burke que podéis ver en la portada de este blog: "Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres de bien no hagan nada".

Ocho meses de heroica resistencia ucraniana contra la invasión rusa

Ayer se cumplieron ocho meses del inicio de la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero. Contra todo pronóstico, el pueblo ucraniano ha resistido de forma admirable a los invasores, consiguiendo que fracasen los planes de Putin para adueñarse de Ucrania e incluso iniciando recientemente una contraofensiva que está logrando que los rusos se retiren de muchos lugares, sufriendo muchas bajas y grandes pérdidas de material militar.

A estas alturas resulta difícil saber cómo acabará esta guerra, pero a día de hoy es ya indudable que el valor y el heroísmo del pueblo ucraniano han hecho florecer algo que parecía anquilosado en el corazón de la vieja Europa: la idea de que merece la pena luchar e incluso arriesgar la vida por defender tu Patria y tu Libertad frente a una tiranía. Occidente lleva décadas sumido en una ola de hedonismo que parecía haberse tragado el patriotismo y el heroísmo de antaño, esas actitudes de valentía que llevaron a muchos europeos a combatir a la tiranía nazi y, después, a levantarse contra la tiranía comunista. Obviamente, muchos europeos, que sentimos un sincero amor por nuestra Patria, vemos con natural simpatía esa heroica resistencia ucraniana, una lucha desigual en la que un pueblo decidido a defender su tierra natal es capaz de frenar e incluso rechazar a un poderoso invasor en una lucha desigual.

El pequeño sacrificio de nuestra palabra para apoyar una causa justa

Ante el admirable patriotismo ucraniano, la actitud cómplice de la extrema izquierda occidental con los invasores era algo previsible. Al fin y al cabo, ese extremo del mapa político odia a Occidente porque representa históricamente unos valores cristianos opuestos al comunismo. Mucho más extraña es la actitud de cierta derecha, que está siendo arrastrada por las mentiras de la propaganda rusa hacia una posición incomprensible según la cual el patriotismo y la defensa de la Patria frente a un invasor están muy bien, mientras no los ejerzan los ucranianos contra los invasores rusos. Las mentiras y las excusas que se han usado para justificar a Putin desde una parte de la derecha -muy minoritaria, todo hay que decirlo- provocan más vergüeza ajena que otra cosa.

Pero no escribo estas líneas para reflexionar sobre los fans de Putin. A estas alturas ya no pretendo convencerles de nada: es una pérdida de tiempo. Mi reflexión se dirige a esa abundante gente buena que simpatiza con Ucrania pero se calla, no vaya a enzarzarse en discusiones desagradables con los propagandistas del Kremlin que circulan sin descanso por las redes sociales, y eso les haga perder seguidores en Twitter o e Facebook, como si esto fuese una tragedia. ¿No somos capaces de hacer ese pequeño sacrificio con nuestra voz y nuestra palabra para defender una causa justa, mientras los ucranianos arriesgan sus vidas?

Los efectos del silencio de muchos ante unos matones

Esa actitud me recuerda mucho a una que se repite muchas veces en los centros de enseñanza: la actitud de quienes ven a matones acosando a algún niño y aquello les parece mal, pero no intervienen para no meterse en líos, ya que creen que ellos podrían ser los próximos acosados. Si esos abusos existen no es sólo porque existan abusadores, sino también por la actitud de quienes prefieren no hacer nada. No se dan cuenta de que su silencio está facilitando que otros niños sufran ese mal trato, y algún día les podría tocar a ellos, y se encontraría con la misma actitud silenciosa del resto.

Con las naciones pasa lo mismo. Si la comunidad internacional hubiese reaccionado con más energía en 2014, cuando Rusia se adueñó de Crimea por la fuerza y utilizó a sus títeres prorrusos para ocupar parte del Dombás, posiblemente esta invasión de 2022 no se habría llevado a cabo, porque Rusia ya sabría el alto coste que iba a tener para ella. Pero entonces preferimos mirar hacia otro lado, y ahora sufrimos los efectos de nuestro silencio.

Ese silencio es hoy uno de los mejores aliados del dictador ruso

Tengan muy presente que si Rusia gana esta guerra, mañana el problema que representa su matonismo será aún mayor, y sus efectos para todos los europeos serán aún más difíciles de combatir, como ya ocurrió en 1939, después de que Occidente decidiese dejar que Hitler se apropiase de Austria y Checoslovaquia. Por mucho que pretendamos desentendernos, lo que ocurre a nuestro alrededor nos afecta, y en una Europa sometida por un matón sin escrúpulos como Putin, todos los europeos sufriríamos las consecuencias, incluso los que vivimos más lejos de Rusia. El mejor aliado del dictador ruso en estos momentos no son sus propagandistas, sino "el espantoso silencio de la gente buena", porque sirve a sus propagandistas para ejercer presión sobre nuestros políticos a favor de las tesis del Kremlin, sin que haya apenas contestación.

No estamos viviendo un fenómeno nuevo. Es el mismo espantoso silencio del que se aprovecharon los comunistas para adueñarse de Rusia en 1917 y los nazis para adueñarse de Alemania e 1933. Ya va siendo hora de que aprendamos algo de la historia y evitemos repetirla.

---

Foto: Bumble Dee.

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. wladimir

    es verdad..

    como dice el dicho…el que calla otorga…o sea que se otorgo los comunistas para adueñarse de Rusia en 1917 y cuando los nazis para adueñarse de Alemania e 1933…

    y ahora que Putin y sus secuaces los dejaron tomar el control de Rusia para lanzarse a su planeada invasion de Ucrania….acaso el mundo libre seguira estando impavida ..otorgandole todo a Rusia y su compiche,la China Comunista en sus planes contra Taiwan?…

  2. escoces

    Muy buen analisis y resumen. Me recuerda a la obra de Shakespeare ‘Julio Cesar’ con discurso de Brutos: ‘Vengo a enterrar a César, no a adorarlo. Lo bueno esta eterrardo en sus huesos. El mal sigue vivo’.

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.