Dos exministros dejan por los suelos a Pedro Sánchez en sendas apariciones en los medios

Se puede adivinar cuándo un ciclo político está a punto de acabar por ciertos indicios. Uno de ellos es que se pierda el miedo que infunde el poder.

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Cuando tenemos un gobierno que invade todas las instituciones para colocar a gente afín y utiliza el dinero público para controlar los medios de comunicación (o hundir a los medios díscolos), ciertamente son muchos los que tienen motivos para sentir miedo. Y con un autócrata como Pedro Sánchez, aún más, porque para un autócrata, la ley suprema es su voluntad, y el que se opone a ella es un enemigo a batir, un enemigo contra el que todo vale. Ya lo han comprobado miembros de la oposición, jueces, periodistas, empresarios...

El testimonio de Máximo Huerta en 'El Hormiguero'

Ayer pudimos ver dos apariciones en los medios que dejan en evidencia que Sánchez ya está desprendiendo el olor a descomposición típico de un cadáver político. Y por mucho que la gente le tenga miedo a las historias de fantasmas, un muerto no infunde miedo (si exceptuamos el Cid, claro, al que Sánchez no le llega ni a la altura de las espuelas). La primera de esas dos apariciones mediáticas fue la del exministro de Cultura Máximo Huerta (sólo estuvo una semana en el cargo), que anoche, en el programa "El Hormiguero" de Antena 3, reveló su última conversación con Sánchez antes de su dimisión, dejando en evidencia el tremendo narcisismo del líder del PSOE:

Carmen Calvo le hace otro roto a Sánchez en la Cadena SER

Por otra parte, en la Cadena SER, Carmen Calvo, exvicepresidenta y exministra de la Presidencia hasta el 12 de julio de 2021, y todavía diputada del PSOE, reveló que tanto ella como Juan Carlos Campo, exministro de Justicia y ahora magistrado del Tribunal Constitucional (en la misma legislatura en la que ha sido ministro: manda narices), pusieron objeciones a la ley del "sólo sí es sí" de Irene Montero, pero ésta se empeñó en sacarla adelante como estaba:

Obviamente, Calvo pretendía dejar en evidencia a Montero, pero le ha salido el tiro por la culata, porque a fin de cuentas, esa ley no la aprobó Irene Montero en solitario por su cuenta y riesgo: tuvo que contar con la aprobación de Sánchez, que es el presidente del gobierno y es, por tanto, el que tiene la última palabra a la hora de aprobar leyes. Escuchando a Calvo, da la sensación de que Sánchez pasó de todo, en su afán por contentar siempre a Podemos para no perder su apoyo, de la misma forma que ha estado cediendo lo indecible ante proetarras y los demás separatistas, porque para él lo más importante siempre ha sido permanecer en el poder al precio que fuese, incluso al precio de rebajar las condenas de cientos de violadores y pederastas.

Lo que se le viene encima a Máximo Huerta

No sé qué pasará con Calvo, pues a fin de cuentas lo suyo ha sido una torpeza en un intento de defender a su adorado jefe, pero Máximo Huerta ya se puede ir preparando para sufrir las iras del autócrata, porque Sánchez es un tipo vengativo y hacerle ese roto en un programa de uno de los canales con más audiencia y en la hora en la que más gente enciende la tele es algo que habrá puesto al inquilino de La Moncloa hecho un basilisco.

En todo caso, lo que queda claro es que en España tenemos al peor gobernante posible, un tipo sin escrúpulos y un narcisista en grado insoportable, que ha arruinado nuestra economía, degradando nuestra democracia y nuestras instituciones, pisoteando derechos fundamentales, atacando la separación de poderes y poniéndonos a la cabeza de Europa en paro y en deuda y déficit públicos, es decir, el gobierno que más gasta por encima de sus posibilidades, destruyendo el porvenir de los españoles. No sólo hay que echarlo: alguien así debería rendir cuentas ante los tribunales por lo que ha hecho.

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Foto: AFP.