Las imágenes del ataque ruso contra una iglesia ortodoxa ucraniana en Zaporiyia

Elentir EN Vie 11·8·2023 · 17:09 1

En Ucrania, los invasores rusos continúan con sus ataques indiscriminados contra objetivos civiles, incluidos centros religiosos.

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Tras la destrucción de la Catedral ortodoxa de Odesa el 23 de julio por parte de los rusos, ahora le ha tocado el turno a un templo situado en Zaporiyia, a orillas del río Dniéper, en la mitad oriental de Ucrania. Este miércoles, Rusia lanzó un nuevo ataque contra objetivos civiles que ha matado a tres personas. El ataque ha provocado graves daños en edificios residenciales, sin ningún valor militar. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha calificado el ataque como un "crimen de guerra" y ha tachado a los invasores rusos de "terroristas".

Esta vez, el templo atacado ha sido la Iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo en Zaporiyia, perteneciente a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, una iglesia autocéfala que tiene su patriarcado en Kiev. Según informó el jueves la Diócesis de Zaporizhia en su página de Facebook, el templo fue destruido por un misil ruso durante el ataque de los invasores contra una zona residencial de la ciudad.

La Diócesis de Zaporiyia señaló ayer que este templo comenzó a construirse en mayo de 2003. El Padre Basil, su párroco, trabajó en su construcción: "La mayoría de estos son hechos por mis manos, toda la gente lo ha visto. Y el revestimiento, y las columnas, y la valla. No pasó un día sin que no trabajara junto con la gente que me ayudaron. Las puertas del templo se abrieron el 17 de octubre de 2004".

El Padre Basil declaró este jueves que no estaba en el templo en el momento del ataque, sino que iba caminando por un parque cercano cuando escuchó la explosión: "un par de minutos después, un feligrés me llamó y me dijo, ya no existe nuestro templo".

Podéis ver en esta entrada algunas imágenes del ataque publicadas por la Diócesos de Zaporiyia de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (aquí y aquí) y por el Ministerio de Defensa de Ucrania. Cabe preguntarse qué tienen que decir sobre esto los que consideran a Putin como un defensor de los valores cristianos y a Moscú como una nueva Roma. Los hechos no dejan de desmontar las mentiras de la propaganda rusa.