La implicación del FSB ruso en un ataque terrorista muy similar al ataque de Moscú

Elentir EN Sáb 23·3·2024 · 18:42 2

Esta mañana publiqué un artículo en el que señalaba dos informaciones aparentemente incompatibles sobre el ataque terrorista de ayer en Moscú.

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La inexplicable inacción del Kremlin ante los avisos de un posible atentado

Esas dos informaciones son la reivindicación del ataque por parte de los terroristas del ISIS y la acusación de la inteligencia ucraniana a los servicios especiales rusos. Algunos habrán pensado que o es cosa del ISIS o es cosa de los servicios especiales rusos, pero ambas informaciones sí que son compatibles, sobre todo teniendo en cuenta ciertos hechos inexplicables en torno a este ataque.

Para empezar, Putin ignoró los avisos del gobierno de EEUU sobre un posible ataque contra aglomeraciones y no tomó ninguna precaución. Además, algunos de los terroristas fueron capturados en Briansk, a 342 km de Moscú. ¿Cómo lograron eludir la acción de las fuerzas de seguridad rusas no sólo para entrar armados en Moscú y cometer ese atroz ataque, sino también para huir a tanta distancia sin ser interceptados? Esto sugiere que alguien pudo facilitar este atentado. Pero ¿quién tendría capacidad para eso?

El papel del FSB en este ataque y el precedente del teatro Dubrovka en 2002

No hace falta dar muchas vueltas para hallar una respuesta a esa pregunta: el Servicio Federal de Seguridad (FSB), sucesor del KGB soviético y la organización de seguridad e inteligencia más poderosa de Rusia, que tiene entre sus competencias la lucha antiterrorista y la seguridad de las fronteras. Obviamente, lo ocurrido ayer puede verse como un fracaso del FSB, que fue incapaz de detectar a esa célula terrorista, fue incapaz de desarticularla antes del ataque y ha sido incapaz de detenerla hasta que ya estaba a 342 km de Moscú.

Otra explicación es que ese fallo del FSB tenga una explicación distinta de la mera incompetencia. Hay un precedente de ello: un ataque terrorista cuyas características soy muy similares al de ayer contra el Crocus City Hall. El 23 de octubre de 2002, decenas de terroristas islamistas asaltaron el teatro Dubrovka de Moscú. En aquella ocasión no se pusieron a disparar indiscriminadamente a la gente, a diferencia de lo ocurrido ayer, sino que tomaron a 850 rehenes. El 26 de octubre, grupos especiales Spetsnaz del FSB asaltaron el teatro, tras haber introducido en el recinto un agente químico anestésico que todavía hoy se mantiene en secreto. El asalto se saldó con la muerte de 133 rehenes y 40 terroristas, muchos de ellos a causa del gas utilizado por el FSB.

Las revelaciones de dos exagentes del FSB en relación al caso Dubrovka

Después de los atentados, el exagente del FSB Aleksandr Litvinenko acusó a ese servicio ruso de estar detrás de los atentados, afirmando que dos de los terroristas que asaltaron el teatro Dubrovka trabajaron para el FSB y que este servicio facilitó el acceso de los terroristas al teatro. Litvinenko ya había acusado el FSB de estar detrás de una serie de ataques terroristas en Rusia en 1999 que sirvieron para catapultar al poder a Vladimir Putin, exagente del KGB.

El de Litvinenko no fue el único testimonio en ese sentido. Otro exagente del FSB, Mikhail Trepashkin, que también había señalado la vinculación de ese servicio ruso con los atentados de 1999, afirmó en una declaración el 20 de julio de 2003: "A finales de julio-agosto de 2002... recibí información sobre una concentración en la ciudad de Moscú de extremistas chechenos armados... Estaban especialmente concentrados en los distritos suroeste y central de la ciudad de Moscú". La información fue proporcionada por un coronel retirado del FSB, VV Shebalin. Sin embargo, el FSB no hizo nada. Trepashkin afirmó: "O la concentración de extremistas tuvo lugar bajo el control del FSB ruso y por eso decidieron convertir mi cita de dicha información en la revelación de un secreto de estado de Rusia, o Shebalin no transmitió la información al FSB ruso".

El asesinato de Politkovskaya y de Litvinenko

En una Rusia donde oponerse a Putin ya era peligroso, la periodista Anna Politkovskaya investigó la implicación del FSB en ese ataque terrorista. Sus investigaciones acabaron costándole la vida: fue asesinada a tiros en Moscú el 7 de octubre de 2006. Aleksandr Litvinenko acusó a Putin de ese crimen. Ese mismo año, un mes y medio después del asesinato de Politkovskaya, Litvinenko murió envenenado por un agente del FSB en Londres. A su vez, Mikhail Trepashkin fue acusado de revelar secretos del FSB y enviado a prisión cuatro años.

Un ataque facilitado por el FSB y utilizado por Putin con fines políticos

Aquel ataque terrorista al teatro Dubrovka sirvió a Putin como excusa para incrementar el envío de tropas contra los rebeldes chechenos, en el marco de la Segunda Guerra Chechena. A su vez, el FSB obtuvo más recursos y ganó más poder en Rusia, llegando hasta el punto de controlar la vida de los rusos como antes lo había hecho el KGB soviético. Un control que, inexplicablemente, no le ha permitido interceptar a los terroristas que atacaron ayer el ataque al Crocus City Hall en Moscú, ni la huida de los terroristas hasta Briansk.

Bielorrusia estropea la versión de Putin sobre el ataque de ayer

Ahora mismo, después de que los medios estatales rusos ocultasen la reivindicación del ataque de ayer por el ISIS, Putin ha apuntado a Ucrania por el mero hecho de que Briansk queda a 103 km de ese país. Es la misma distancia que hay entre Briansk y la frontera con Bielorrusia. De hecho, el embajador bielorruso en Dmitry Krutoy, ha estropeado la versión de Putin, afirmando que "anoche la tarea principal era impedir que los terroristas cruzaran nuestra frontera común. La tarea ya está cumplida". Es decir, que según la propia diplomacia bielorrusa, los terroristas se dirigían a Bielorrusia, no a Ucrania.

Los propagandistas rusos cambian repentinamente de versión

Pero los hechos no importan para el Kremlin. Putin quiere una excusa para una segunda movilización contra Ucrania y el FSB se la habría facilitado al bajar la guardia, inexplicablemente, y permitir que unos tayikos cometan el peor atentado terrorista de la historia de Rusia, entrando y saliendo de Moscú sin ser interceptados. Para extender la falsa acusación contra Ucrania, el Kremlin ya tiene a sus medios estatales y a toda su red de propagandistas, tanto dentro como fuera de Rusia, una red que ayer se esforzaba en vincular al ISIS con EEUU y que hoy ha tenido que cambiar de versión repentinamente ante las nuevas consignas emitidas por Moscú.

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Foto principal: Shutterstock. Agentes del FSB.