Un comité del Consejo de Europa pisotea el derecho a estudiar en español en Cataluña

Empieza a ser ya algo habitual que ciertos organismos internacionales estén orientados a socavar nuestros derechos fundamentales.

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El último ejemplo viene desde Estrasburgo. El llamado Comité de Expertos de la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias del Consejo de Europa ha emitido un informe en el que critica a España afirmando que "las últimas sentencias judiciales que exigen un porcentaje mínimo de enseñanza en castellano en algunas regiones entran en conflicto con las obligaciones asumidas por España en virtud del artículo 8 de la Carta, lo cual es motivo de preocupación".

Con esta afirmación, ese comité del Consejo de Europa se refiere a casos como el de Cataluña, donde algunos tribunales vienen recordando al gobierno catalán su deber de ofrecer al menos un 25% de horas lectivas en español. Hasta ahora, el gobierno catalán ha ignorado todas las resoluciones judiciales al respecto.

Cabe preguntarse si ese comité del Consejo de Europa ha leído el Artículo 8 de la Carta Europea de las lenguas regionales o minoritarias, al que hace referencia en su queja. Ese artículo habla, por ejemplo, de prever "una enseñanza primaria garantizada en las lenguas regionales o minoritarias correspondientes" o "prever que una parte substancial de la enseñanza primaria se haga en las lenguas regionales o minoritarias correspondientes". Pero además de eso, antes de enumerar sus exigencias sobre las lenguas regionales, ese artículo afirma: "sin perjuicio de la enseñanza de la(s) lengua(s) oficial(es) del Estado".

Hoy en día, en Cataluña hay una inmersión total en catalán, una lengua que se impone a todos los estudiantes y a las familias contra su voluntad, incluida la mayoría de estudiantes catalanes que tiene por lengua materna en español. A diferencia de otros países europeos, donde hay libertad de elección de lengua (que debería ser lo normal en un país democrático), en Cataluña hay un régimen de exclusión del español que es más discriminatorio incluso que el régimen lingüístico del Apartheid sudafricano, fundado sobre bases abiertamente racistas.

Así pues, ese comité del Consejo de Europa no sólo pisotea la carta que dice defender, al negar incluso la posibilidad de que en Cataluña se impartan un 25% de horas lectivas en español, sino que además pisotea el derecho a estudiar en español en Cataluña, un derecho que deberían tener todos los niños en esa región y en cualquier otra parte de España. Lo que hace ese comité del Consejo de Europa es tratar a los hablantes de español en Cataluña como ciudadanos de segunda categoría, como si fuesen los negros en la Sudáfrica del Apartheid. Ya sólo por eso, ese informe se merece el mismo uso que un rollo de papel higiénico.

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Foto: Consejo de Europa.