Lo que el separatismo oculta mientras habla de 'democracia' o 'derecho a decidir'

Cataluña: esto es lo que casi nunca explican algunos medios españoles e internacionales

Eng Vie 22·9·2017 · 7:19 6

Escribo estas líneas pensando en la impresión que tendrán muchos extranjeros al leer las quejas de los separatistas catalanes. Parecen ser parias en un país que los maltrata y los discrimina.

Llevan a alumnos menores de edad a un mitin separatista en horario escolar
Con el Estado de Derecho, con las Fuerzas de Seguridad del Estado y contra los golpistas

Esa misma impresión es la que intentan dar algunos medios españoles ideológicamente afines al separatismo catalán. Pero hay una gran diferencia entre lo que el separatismo afirma y lo que pasa en realidad. Veamos algunos datos y hechos.

  • Dicen los separatistas que los catalanes tienen derecho a decidir su futuro, como si viviesen bajo una dictadura y alguien decidiese por ellos. Pero no es así. Como los demás españoles, los catalanes votaron libremente en el referéndum para aprobar la Constitución Española de 1978, esa Constitución que ahora están violando los separatistas. A lo mejor piensas que los catalanes votaron en contra de esa Constitución, pero no fue así: un 90,46% de los catalanes votaron a favor, siendo la cuarta región española que más apoyó el proyecto constitucional. En la provincia Madrid, en la que se sitúa la capital de España, tuvo un respaldo del 86,14%.
  • Los separatistas también dan a entender que los catalanes no se sienten identificados con la Constitución de 1978. Pues bien: el referéndum constitucional de 1978 fue el que más porcentaje de votos a favor tuvo de todos los referendos celebrados en Cataluña en los últimos 40 años. A modo de ejemplo, el Estatuto catalán de 1979 tuvo un 88,15% de votos a favor. El Estatuto de 2006 fue apoyado por el 73,24%. Los partidos separatistas que han iniciado esta ruptura ilegal con la Constitución ni siquiera consiguieron el apoyo de la mitad de los catalanes. Esos partidos separatistas (Junts pel Sí y CUP) reunieron un 47,8% de los votos.
  • Dicen los separatistas que ellos están haciendo un ejercicio de democracia. Pero la democracia implica que todos aceptamos las normas de convivencia libremente elegidas por los españoles en el referéndum constitucional. No es democrático que un 47,8% de separatistas rompan las normas de convivencia que se dieron el 90,46% de los catalanes. Y tampoco es democrático que un gobierno regional se salte la legalidad vigente y las sentencias judiciales, como ha venido haciendo el gobierno catalán en un constante desafío a la legalidad.
  • También afirman los separatistas que ellos sólo desean votar. Leyendo este argumento da la impresión de que a los catalanes nunca se les ha permitido votar. Pero no es cierto. En la actual monarquía parlamentaria española, los catalanes han votado en 13 elecciones generales, 11 elecciones al Parlamento de Cataluña, 10 elecciones municipales, 7 elecciones al Parlamento Europeo y 6 referendos. Es decir, que en la actual democracia española los catalanes han votado libremente en 47 ocasiones, en procesos que seguían las pautas legales y que reunían las condiciones exigibles a una votación democrática. Unas condiciones que no reúne el referéndum ilegal convocado por los partidos separatistas, aprobado en una sesión parlamentaria que violó el reglamento del Parlamento de Cataluña y la Constitución Española.
  • Los separatistas también dicen que Cataluña tiene derecho a autogobernarse. Con esto da la impresión de que los catalanes llevan décadas sometidos al mandato de un gobernador designado desde Madrid. Por el contrario, Cataluña fue la primera región española en obtener un Estatuto de Autonomía (junto con las provincias vascas: ambos fueron aprobados el 18 de diciembre de 1979). Es más: cuando otras regiones españolas aprobaron sus propios estatutos a partir de 1981 (en lo que entonces se conoció como el "café para todos") el separatismo catalán protestó, ya que entendía la autonomía como un privilegio que sólo les correspondía a ellos y a los nacionalistas vascos. Este afán diferencialista ha llevado a los separatistas catalanes a exigir siempre más competencias al Gobierno de España, convirtiéndose en una de las regiones de Europa con las mayores cotas de autogobierno. Ese trato privilegiado ha sido pagado por los separatistas con constantes muestras de deslealtad hacia España, promoviendo el odio hacia el resto de los españoles y fomentando un injusto victimismo, como si fuesen la región más maltratada, a pesar de ser una de las más favorecidas.
  • Dicen los separatistas que hay un conflicto que sólo puede remediarse con soluciones políticas. Lo que quieren decir es que su desafío a la legalidad debe cerrarse con más cesiones por parte del Gobierno de España, y que los actos de desobediencia deben quedar impunes. La exigencia de los separatistas implicaría romper uno de los pilares de toda democracia: la igualdad ante la ley. Todos los ciudadanos estamos obligados a obedecer las leyes y las sentencias judiciales. Esas leyes y esas sentencias son los diques que nos protegen de los abusos de poder por parte de los políticos. La idea de que un político tiene derecho a saltarse la ley y las sentencias judiciales es una idea radicalmente antidemocrática.

Hay que recordar que el propio separatismo ha provocado ese conflicto con su desafío a la legalidad, y que lo hace aceptando como única la ley la ley del embudo. Y es que este mismo separatismo que habla de democracia, a la vez impone multas a los comerciantes que rotulan sus tiendas en español y obliga a los niños a cursar sus estudios solamente en catalán, unas prácticas radicalmente totalitarias en un territorio con dos lenguas oficiales, el español y el catalán. A esto hay que añadir que el gobierno catalán ha impuesto en los colegios un adoctrinamiento ideológico nacionalista que es absolutamente antidemocrático. A los niños catalanes se les imparte el odio a España y la falsificación de la historia para convertirlos en adeptos a la causa separatista. Esa misma manipulación se lleva a cabo desde la televisión pública regional, TV3, unos hechos que vienen siendo motivo de múltiples críticas desde hace décadas.

Finalmente, el llamado nacionalismo moderado se ha aliado con grupos independentistas de extrema izquierda como la CUP (de ideología comunista) para llevar a cabo este golpe separatista contra la legalidad constitucional. Se trata de grupos violentos que han protagonizado campañas de odio contra los turistas en Cataluña, llamando "terroristas" a quienes viajan a esa región por motivos de ocio. Esos grupos radicales de izquierda están siendo usados como una fuerza de choque para amedrentar a los defensores de la Constitución, llevando a cabo actos de acoso contra políticos y funcionarios (e incluso contra sus familias, incluidos sus hijos en edad escolar) y ataques contra sedes de partidos democráticos y negocios de los que no opinan como ellos. Los separatistas deben gran parte de su hegemonía en Cataluña al miedo: se han esforzado por infundir miedo entre todos aquellos que no están de acuerdo con el independentismo, incluso entre los niños.

Los medios de comunicación internacionales casi nunca informan sobre estos hechos y datos que acabo de señalar. Por eso, si sientes respeto por la verdad y por la justicia, si te consideras un demócrata y comprendes, como lo hacemos la mayoría de los españoles, que no puede existir una verdadera democracia sin el respeto por la ley, te ruego que compartas este artículo con tus amigos y conocidos. Esto tienen que conocerlo en todo el mundo.

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(Foto: David Ramos)

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Comentarios:

  1. Manuel del Castillo

    Me siento bastante pesimista elentir, y veo que por culpa de Rajoy se va a iniciar una proceso que acabará en reinos de taifas

  2. Jandro

    Un punto de los que citas es la clave: democracia es respetar las reglas que se votan en democracia. Lo contrario es antidemocrático. ¿Por qué no votamos todos los involucrados -todos los españoles- si se puede o no separar unilateralmente una región? ¿Por qué tienen miedo a que se vote esto, es que no serían capaces de aceptar el resultado de una votación democrática? Son unos cínicos de manual.

  3. Ya que los separatistas catalanes tienen mucho interés en ello, que lo propongan. Y si pierden la votación tendrán que aceptar que los españoles no estemos dispuestos a discutir la unidad de nuestra Nación.

  4. Sharovarov

    Al leer lo de «medios internacionales» me he acordado de la urna del otro día que era aplaudida por la multitud con un voto a medio meter y con la pregunta «Spain, is this your problem?». La verdad es que me partía de risa.

    Desconocía completamente el dato de la provincia de Madrid. Todavía pertenecería a la región de Castilla la Nueva, me imagino.

  5. pacococo

    Leí el otro día que el nazionalismo es como la heroína, sabes que te mata, pero no puedes vivir si ella.

    Sin embargo me temo que los abducidos de la secta ni siquiera saben el peligro que tiene la droga nazionalista, ellos solo disfrutan del placer del momento.

    Y claro, no se puede explicar nada ni razonar nada con un heroinómano.

  6. Luna

    Jandro, hubo un momento en que Oriol Junqueras empleó una pregunta parecida en plan demagógico: «¿Por qué no quiere el Estado Español organizar este referéndum en lugar de poner tantos problemas legales?». Naturalmente, se refería a que sólo los catalanes pudiéramos votar la posible independencia de Cataluña, pero en un referéndum legalizado y organizado por el Gobierno de España. Recibió codazos disimulados hasta en el carnet de identidad y no se ha vuelto a hablar del tema, porque la respuesta automática era precisamente que si existiera algún derecho y modo de hacerlo pasaría siempre por que votáramos este asunto todos los españoles.

    Recuerdo una propuesta que generó mucha polémica dentro del mundillo pro vida: Que se propusieran elecciones para la legalidad del aborto; quiero decir que se votara sí o no. No sólo estaba el trasfondo de qué pasaría si se votara que sí, sino que había el enorme dilema moral de que los hombres no podemos decidir si puede haberlo o no, que es inadmisible por naturaleza. Aunque saliera un no mayoritario, sentaría un precedente de que este tipo de cosas se pueden votar, de que las vidas humanas podrían depender del resultado de unas urnas y no de su dignidad implícita. Aquí sucedería lo mismo. ¿Para qué votar si Dios existe, si el sol nace por el este o por el oeste, si la suma del cuadrado de los catetos es igual a la raíz cuadrada de la hipotenusa?

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