Tengo 49 años y me pasé mi infancia y mi juventud viendo los crímenes cometidos por los asesinos de la banda terrorista de ETA.
Aquella exhibición de odio criminal a España y odio criminal por la vida humana siempre venía acompañada de las justificaciones del brazo político de ETA (Herri Batasuna, y más tarde Batasuna, Euskal Herritarrok y otras marcas que aún existen hoy), y también por las expresiones de equidistancia y de inhumanidad de canallas con diversa indumanteria, incluidos canallas con sotana, y digo esto último por el escandaloso papel que tuvo entonces una parte de la Iglesia Católica en las provincias vascas. Algo sobre lo que guardo memoria con una mezcla de asco y de vergüenza como católico, por el hecho de que dentro de la Casa de Dios pudiese haber curas e incluso obispos tan ruines.
Ayer, el diario El Debate publicó un magnífico artículo del escritor Alfonso Ussía que os recomiendo leer completo, porque hace referencia a uno de esos canallas con sotana: José María Setién, obispo de San Sebastián, un cura separatista que no desaprovechó ni una sola oportunidad de manifestar su tibieza ante el terrorismo de ETA.
En su artículo, Ussía recuerda el atentado de ETA contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, perpetrado el 11 de diciembre de 1987. Yo tenía 12 años y me acuerdo perfectamente de lo ocurrido. Aquello no se me olvidará jamás. En aquel atentado, ETA asesinó a 11 personas, entre ellas 5 niñas de entre 3 y 12 años de edad. Tres de las personas asesinadas eran familiares de un amigo mío, Francisco José Alcaraz, a quien le mando desde aquí un fuerte abrazo.
Ussía recuerda lo que el Rey Juan Carlos I dijo entonces en su discurso de Nochebuena, unos días más tarde, en referencia a ese atentado y a los canallas que amparaban, disculpaban o justificaban a los asesinos de ETA: "Sólo pueden estrecharse las manos que no están ensangrentadas por el crimen y la indignidad". En 2005, mi amigo Francisco José recordó aquellas palabras durante una manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT, de la que entonces él era presidente), para denunciar la negociación entre el PSOE y ETA.
Hoy quiero recordar esas palabras del Rey Juan Carlos y señalar que quien estrecha manos ensangrentadas deja entre sus dedos la huella de la indignidad. Una huella que nunca podrá borrarse, provocada por un gesto que algunos nunca vamos a olvidar por muchos años que pasen. Un gesto como el que Pedro Sánchez hizo en la escena que encabeza estas líneas, estrechando la mano de una diputada de Bildu que, al igual que su partido, nunca ha condenado los crímenes de ETA.
Nunca se me ocurriría estrechar la mano de alguien que ha ensuciado la suya para siempre con un gesto como ése. Me preocupa ver que en España hay muchos políticos que no ven ningún inconveniente en legitimar a alguien así con un gesto como ése.
No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico: Pulsa aquí para suscribirte |
Comentarios:
AlbertoAG
No me sorprende que canallas que desprecian la vida humana no tengan reparos en estrechar manos con asesinos.
8:02 | 14/12/24
Berto
Darle la mano a esa sobrina de Drácula (que señalaba a las víctimas de ETA desde su panfleto) retrata a uno como persona…
Despreciable, por supuesto.
10:10 | 14/12/24
wladimir
no puedo entender…
como habrian personas tan ruines y despreciables que no les importe con sus semejantes y se atrevan a estrechar las manos con sujetos y grupos como ETA y su fachada EH-Bildu….grupos que tienen las manos ensagrentadas de victimas inocentes….
Nunca Olvidar….reacordar a estos criminales….
13:09 | 14/12/24
Opina sobre esta entrada: