El 9 de diciembre, el Tribunal Supremo de España dictó una sentencia que ha tenido repercusiones en Estados Unidos.
En su decisión, el Tribunal Supremo rechazó reconocer una sentencia de EEUU que valida un contrato de gestación subrogada (los conocidos comúnmente como vientres de alguiler) por ser contrario al orden público. Sobre esa forma de comerciar con vidas humanas ya publiqué dos artículos el año pasado, que se pueden leer aquí y aquí, de modo que no me detendré ahora a repetir lo que ya expuse en aquellos textos.
Leyendo el comunicado el Tribunal Supremo en el que anuncia esa decisión, me ha parecido interesante ver que califica los vientres de alquiler por "la vulneración de los derechos de las madres gestantes y de los propios niños, tratados como simples mercancías". Una mercantilización de la vida humana que ya critiqué aquí el año pasado.
Lo que no consigo entender es una contradicción que se da en mi país. En España es ilegal comerciar con un bebé por nacer, porque como bien dice el tribunal, eso es tratar a esas vidas humanas como simples mercancías, algo que es incompatible no sólo con los derechos fundamentales protegidos por la Constitución, sino también con la propia dignidad de la persona, sobre la que el Artículo 10 fundamenta nuestro orden político y nuestra paz social.
Sin embargo, la ley española del aborto sí permite tratar a los bebés por nacer como simples desechos, como meras cosas que se pueden descartar por la mera voluntad de sus madres, convirtiendo el hecho de ser un bebé no deseado en una sentencia de muerte en un país en el que la Constitución proclamó la abolición de la pena de muerte en su Artículo 15. Además, ahora el gobierno (con el apoyo del PP) pretende crear listas negras de médicos que rechacen matar a esos bebés por nacer, simplemente porque esos médicos consideran que matar a seres humanos inocentes e indefensos es gravemente contrario a la ética de la profesión médica, que se orienta a salvar vidas, no a destruirlas.
No entiendo que las mismas feministas que comparten el rechazo del Tribunal Supremo a los vientres de alquiler (un rechazo que yo también comparto, precisamente porque creo que una madre embarazada no tiene derecho a tratar al hijo que lleva en el vientre como un artículo que se puede vender) al mismo tiempo consideren que una madre tiene el derecho a matar a su hijo por nacer, simplemente porque no lo desea. Por mucho que repitan sus mantras ideológicos no dejan de ser una sinrazón. ¿Está mal vender a un hijo por nacer, pero matarlo es un "derecho"? Es una forma de pensar puramente aberrante.
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Foto: Malanie Grizzel.
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Comentarios:
AlbertoAG
Tratar a seres humanos como meros productos, ya sea mediante aborto, eutanasia, gestación subrogada, etc, es repugnante.
12:26 | 18/12/24
wladimir
bueno…
esto es el resulrtado de la difusion de ideologias perversas como la «Ideologia de Genero» respaldadas por la Izquierda progreista y los Wokistas que justamente promueve cosas tan malvadas como el Aborto
13:47 | 18/12/24
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