Aunque es un país que nunca me ha atraído demasiado, reconozco que me estoy aficionando a los vídeos de sitios curiosos de Japón.
El último que he visto muestra un viaje hasta Otamoi Jizo, un remoto y aislado pueblo en la prefectura de Otaru, en la isla de Hokkaido. Este antiguo asentamiento, situado al pie de un gran acantilado, estuvo poblado durante dos siglos y albergaba un pequeño santuario budista que recibía miles de peregrinos cada mes. Este santuario estaba relacionado con una bonita tradición del budismo japonés, el Jizo, una deidad que vela por los niños por nacer, los bebés y los niños pequeños, además de por los viajeros. Sus estatuas suelen estar adornadas con gorros de lana, bufandas y baberos, según explica el sitio web Japonismo.com.
Otamoi Jizo está abandonado desde el fallecimiento de su último habitante, que fue hallado muerto en su casa hace unos años, según explica el canal de Youtube Watatabi. Además, cerca del pueblo había un complejo turístico, el Ryugukaku, construido en 1936, que resultó destruido por un incendio en 1952. Os dejo sin más con el viaje de Watatabi hasta ese interesante sitio (si vuestros conocimientos de japonés son tan buenos como los míos, os recomiendo activar los subtítulos en español en la barra inferior del vídeo):
Podéis ver aquí algunas capturas del vídeo. Aquí vemos el pueblo abandonado. Según el autor del vídeo, aquí llegaron a vivir tal vez hasta 100 personas.
Un pequeño santuario budista, ya deteriorado debido al abandono.
En el pueblo hay un almacén con miles de estatuas de Jizo, dejadas aquí por fieles budistas como señal de agradecimiento por algún favor concedido por esa deidad.
Este espectacular mirador es lo que queda del Ryugukaku, el centro turístico que ardió en 1952.
No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico: Pulsa aquí para suscribirte |
Comentarios:
wladimir
interesante….
2:26 | 6/03/25
Opina sobre esta entrada: