Una cuestión que muestra la distancia entre el patriotismo y el nacionalismo

La insólita prisa por tres años en Ucrania de gente que admira una resistencia de 781 años

Eng Dom 27·4·2025 · 11:32 4

Desde hace dos meses, es decir, desde que Trump empezó a presionar a Ucrania para que cediese ante Rusia, veo un argumento recurrente.

Ucrania, un admirable patriotismo que pone a prueba el patriotismo occidental
El patriotismo y la invasión rusa: ¿pides a Ucrania lo que no aceptarías para tu país?

Ese argumento sostiene que Ucrania ya lleva tres años resistiendo a los invasores rusos y no ha sido capaces de vencerles, por los que en vez de enviarle ayuda militar, lo que debería hacer Occidente es presionar a Ucrania para que ceda ante los invasores y renuncie a parte de su territorio, usando el pretexto de que si no lo hace morirá más gente. Unas muertes que serían responsabilidad de los invasores, pero que algunos califican como culpa de los invadidos por resistirse a la invasión.

Personalmente, habría esperado leer falacias tan perversas desde la extrema izquierda, cuyo desprecio por el patriotismo es absoluto y que viene actuando desde hace años como una banda de títeres de la política exterior del Kremlin. Mi sorpresa es encontrar ese argumento entre gente que esgrime el patriotismo como uno de sus valores, desde el lado opuesto del mapa político. Precisamente por su aprecio por el patriotismo, esa gente debería ser la que más apoyase la causa del pueblo ucraniano, que lleva tres años demostrando un patriotismo heroico y admirable contra los invasores rusos.

Entre algunos patriotas españoles se da una paradoja. Como es bien sabido, España fue invadida por los musulmanes omeyas en el año 711. La invasión tardó 15 años en completarse y sólo pequeñas partes del país (en su cornisa norte) quedaron fuera de las zonas de ocupación. En el año 722, el primer Rey de Asturias, Don Pelayo, logró la primera victoria de los cristianos contra los invasores, en la Batalla de Covadonga, que desde hace años es uno de los hechos más admirados de su historia entre los patriotas españoles. Si los cristianos españoles hubieran renunciado a seguir luchando a los tres años de la invasión, la victoria de Covadonga no habría existido y hoy, seguramente, los españoles rezaríamos mirando hacia la Meca.

Paradójicamente, muchos que hoy admiran a Don Pelayo creen que tres años de resistencia ucraniana ya son suficientes, afirmando que Ucrania no tiene ninguna posibilidad contra los invasores rusos. Algunos incluso creen que el presidente de Ucrania, Zelenski, merece ser criticado por haber creído que serían capaz de resistir contra Rusia. Al mismo tiempo, esas personas admiran una resistencia española, la Reconquista, que duró 781 años, pues no se completó hasta 1492, con la derrota del reino musulmán de Granada por los Reyes Católicos.

Me pregunto qué habría pasado en el siglo VIII si Don Pelayo hubiese tenido que soportar los ecos de la red de propaganda rusa, que ha tenido mucho éxito en la extrema izquierda y en la extrema derecha. ¿Dirían de él que era un belicista que quería que muriese gente y que debería haber negociado con los musulmanes? ¿Le acusarían de haberse dejado engañar por la propaganda de otros reinos cristianos y le culparían de que en España hubiese una guerra?

Todo eso puede parecer ridículo, pero ésa es la basura que algunos "patriotas" llevan años lanzando contra Zelenski, mientras alaban la heroica resistencia española iniciada por la victoria de Don Pelayo en Covadonga. Dejando a un lado la evidente incoherencia de esas personas, una vez más se demuestra que el patriotismo y el nacionalismo son cosas muy distintas. El patriotismo es el amor a la Patria, y alguien que ama a la suya debería entender bien la valiente resistencia del pueblo ucraniano frente a una nación invasora.

Sin embargo, el nacionalismo es una ideología que a menudo confunde el patriotismo con ideas que nada tienen que ver con él, como por ejemplo la creencia de que Ucrania no debería existir y que, por ello, ahora debería renunciar a parte de su territorio para apaciguar a los invasores. Muchos nacionalistas (que no patriotas) ven con simpatía a Rusia porque admiran el imperialismo mucho más de lo que admiran el patriotismo, y también porque ven en el Kremlin a un aliado contra enemigos de sus particulares causas ideológicas, aunque Putin tenga aliados tan enemigos de Occidente como las dictaduras de Irán, la China comunista, Corea del Norte, Cuba y Venezuela.

No me cabe la menor duda de que si hubiese vivido en el siglo VIII, esa misma gente habría demonizado a Don Pelayo si eso le resultase conveniente por razones ideológicas, aunque ello hubiese supuesto favorecer a los omeyas y, con ello, a un expansionismo musulmán que amenazaba con avanzar por el resto de Europa (recordemos que el reino franco de Carlos Martel frenó a los musulmanes en la Batalla de Poitiers en el año 732, en la actual Francia). Eso es precisamente lo que algunos nacionalistas (no sólo en España) están haciendo con Rusia, que se ha convertido en la mayor amenaza actual para la paz en Europa.

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Imagen: Museo del Prado. Cuadro "El triunfo de la Santa Cruz en la batalla de las Navas de Tolosa", de 1892, obra de Marceliano Santa María Sedano (1866-1952).

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Comentarios:

  1. Hrodberht

    De toda la izquierda (PP también, porque es socialdemocracia pura y dura), te lo esperas. Va en la naturaleza de todos esos miserables.

    Lo increíble es que haya un sector de VOX (la única esperanza según algunos) que piensa igual, no criticando nunca a Rusia y sin ponerse jamás del lado ucraniano.

  2. FaramirGL

    Efectivamente.

    Hasta hace un par de siglos, patriotismo y nacionalismo eran la misma cosa, porque amar a tu patria y odiar a los enemigos de la misma eran sentimientos inseparables y, en la práctica, indistinguibles.

    Ha sido el cristianismo el que ha introducido un cuchillo entre ambos y los ha separado, al definir los actos como buenos o malos EN SÍ MISMOS.

    Así que uno puede (DEBE) amar a su patria y no odiar a nadie, ni siquiera a sus enemigos. «Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen» es el mandamiento que ha impulsado a los cristianos (a lo que hoy llamamos «Occidente» y siempre fue «la Cristiandad») a un estadío superior de civilización que no tiene igual en el planeta. Uno de los que hacen a nuestra sociedad netamente superior.

    Ya lo adelantaron, entre otros, san Juan Pablo II y Charles de Gaulle. Patriotismo es el sentimiento natural de amor por tu tierra, tu gente y tu cultura. Mientras que el nacionalismo es la justificación ideológica de la xenofobia. Para ser un buen cristiano es IMPRESCINDIBLE ser un patriota, mientras que el nacionalismo es incompatible con el cristianismo.

    Patriotismo y nacionalismo no sólo son distintos: son OPUESTOS.

    Por cierto. Nuestros (espantosos y obtusos, en general) obispos necesitan, más que nadie, aprender esta lección.

  3. FaramirGL

    Por cierto. No quiero dejar pasar de hacer un comentario sobre el recientemente fallecido Francisco I.

    Hizo algunas cosas buenas. Pero, era un nacionalista hispanófobo. Detestaba a España con todo su corazón, de una manera profundamente anticristiana y no perdía ocasión en demostrarlo.

    Estas características, en una Iglesia sana, habrían descartado a cualquiera, no ya para ser Papa, sino para el mismo sacerdocio.

  4. AlbertoAG

    Sin España, toda Europa habría caído ante el yugo islámico.

    Respecto a Ucrania, debe resistir, porque la rendición es sinónimo de cobardía, y la cobardía es algo detestable para un hombre y una nación libre.

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