El Partido Popular vuelve a lanzar el anzuelo: a ver quién pica esta vez

Europa Press ha dado a conocer parte del Programa Marco autonómico del PP, que se presentará el 4 y 5 de marzo en Baleares. El detalle de dicho programa que más titulares está ocupando es que el PP garantizará "a las familias que sus hijos puedan estudiar en castellano en todas las etapas educativas". La promesa sería estupenda si el PP se hubiese fundado ayer mismo, si nadie conociese a sus dirigentes y si aún no hubiese tenido ocasión de aplicarla en ninguna comunidad. Pero no es así. El PP ha gobernado durante años en comunidades con dos idiomas oficiales, y lo ha hecho promoviendo leyes que no permitían estudiar en castellano más allá de ciertas cuotas impuestas por la administración, negando a los padres el derecho a elegir el idioma de escolarización de sus hijos.

Los modelos lingüísticos impuestos por el PP donde gobierna

Ya en septiembre de 2004, cuando el PP aún gobernaba en Galicia con Manuel Fraga, dicho partido aprobó un plan de normalización lingüística que estableció cuotas del 50% de asignaturas para en castellano y en gallego. El plan se correspondía con las políticas de progresiva imposición del gallego llevadas a cabo por Fraga, y que tuvieron como elementos más visibles el monolingüismo en gallego de toda la actividad de la Xunta de Galicia y el establecimiento de los topónimos gallegos como únicos nombres oficiales de todas las localidades y provincias de Galicia, excluyendo las formas castellanas existentes hasta entonces, una decisión que provocó un gran conflicto en La Coruña.

En las últimas elecciones gallegas de marzo de 2009 Alberto Núñez Feijóo prometió que los padres podrían elegir el idioma en el que sus hijos cursarían las materias troncales. Una vez llegado al poder, asignó la dirección de la política lingüística de la Xunta a un partidario de la imposición del gallego y finalmente incumplió su promesa, estableciendo un sistema de cuotas por idiomas que no respeta la elección de los padres. Ese sistema de cuotas imitaba el modelo impuesto por el gobierno popular de Jaume Matas en Baleares hasta 2007.

En Valencia, cuando el PP llegó al poder en 1995 no derogó la de Ley uso y enseñanza del valenciano implantada por el PSOE en 1983. Esta ley implicaba la progresiva imposición del valenciano incluso en zonas de esa comunidad en las que nunca se había hablado ese idioma. Este modelo ha ido creciendo en impopularidad hasta el punto de que el gobierno valenciano del PP anunció, primero, que copiaría el modelo de Feijóo, para más tarde anunciar algunas medidas bajo la invocación a la libertad de idioma pero que, en la práctica, insisten en consolidar un modelo escolar en el que son las administraciones, y no los padres, las que deciden en qué idioma o idiomas han se ser escolarizados los niños.

El PP propone libertad lingüística al PSOE, y luego se contradice

Por otra parte, el 29 de diciembre de 2009 el PP propuso un Pacto de Estado de Educación al PSOE, en el que incluía el "garantizar la libertad de los padres para elegir la lengua en la que quieren educar a sus hijos". El PP no parecía estar muy identificado con su propia propuesta, pues al día siguiente Feijóo anunciaba un decreto que negaba a los padres gallegos ese derecho. Unos días más tarde, Feijóo identificaba con el "extremismo" a los partidarios de la libertad de idioma, es decir, a los que defendemos el mismo modelo que el PP había propuesto al PSOE en el marco de ese Pacto de Estado que no llegó a cuajar.

Es más: el pasado 24 de enero Feijóo consideraba que esa propuesta defendida entonces por el PP de "gravísimo problema logístico y económico", a pesar de que ya existen modelos así implantados en Finlandia, Irlanda, Gales (Reino Unido), Islandia, la provincia de Nuevo Brunswick (Canadá) y la región de Alto Adigio-Trentino-Süd Tirol (Italia).

En fin, después de éstos y otros precedentes, comprenderéis que este último anuncio del PP me provoca indignación. Ya es algo muy grave engañar a los votantes como lo hizo Feijóo en 2009 con su promesa en materia lingüística, pero volver a publicar esa promesa-mentira tras lo ocurrido en Galicia ya es señal de que el PP no toma en serio a los electores. Veremos quién pica esta vez ante un anzuelo tan gastado como ése.

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(Foto: Partido Popular)