Si has robado a Josep Antoni Duran i Lleida, apúntate estos consejos

Yo creo que robar está muy mal y que los ladrones deben ser perseguidos por la ley, pero en vista de las últimas noticias, doy una serie de consejos a quien se haya atrevido a robar alguna vez al portavoz de Convergència i Uniò en el Congreso:

1º. Emite un comunicado en nombre de tu grupo de cacos, o a poder ser convoca una rueda de prensa, para anunciar que habéis decidido abandonar la "lucha expropiatoria" (ponedlo así porque queda más elegante que decir que no vais a robar más). Al día siguiente la maravillosa noticia será portada, con esas mismas palabras, en todos los medios progres. Tú y tus cómplices seguiréis siendo unos simples chorizos, pero con muy buena prensa.

2º. En el comunicado no mostréis el menor arrepentimiento, ni pidáis perdón por vuestros robos, ni digáis que se disuelve tu grupo de cacos, ni os ofrezcáis a devolver lo robado. Al contrario: decid que "no ha sido un camino fácil", autocompadeceos sin tapujos y ensalzad todos los sacrificios que han vivido los cacos de tu grupo, y no olvidéis jactaros de que gracias a esa carrera criminal habéis llegado a una oportunidad histórica para alcanzar lo que buscabais cuando empezasteis a robar: haceros ricos a costa de los demás. Es muy importante que no habléis de "robos": vuestra carrera como delincuentes tenéis de disfrazarla como "un conflicto" entre dos bandos: vosotros y las personas a las que robasteis. Será un gesto de supina desvergüenza, pero ETA lo hizo el pasado miércoles y muchos se alegraron al oírlo.

3º. No olvidéis dejar en manos de la sociedad que dejéis por fin de robar, dejando la puerta abierta a seguir robando si no sois complacidos (por eso no disolvéis el grupo de cacos, qué leches). Para ello exigid ciertas contrapartidas que deberá asumir el gobierno a cambio del simple anuncio de que dejáis de robar, empezando por un proceso de diálogo (una vez en él y sin luz ni taquígrafos podréis pedir lo que se os antoje). Será un chantaje en toda regla, pero el gobierno, sus medios afines e incluso el jefe de la oposición no dudarán en venderlo como una buena noticia e incluso señalarán con el dedo a los que no se alegren tras oír el anuncio. Alguna eminencia progre incluso dirá que es mejor ceder al chantaje que ser robado. Si prende esa idea entre la clase dirigente, disfruta pensando en las cosas que podrás obtener con la mera amenaza de volver a robar. No tendrás que volver a atracar ningún banco (tampoco tendrás que volver a desvalijar a Duran i Lleida).

4º. No te preocupes por una posible reparación del daño causado a tus víctimas. Los primeros días tras el anuncio el gobierno, la prensa progre e incluso el jefe de la oposición se llenarán la boca hablando de lo mucho que les importan las víctimas de los robos. Algunos dirigentes socialistas incluso llorarán de emoción. Luego, si las víctimas de los robos protestan porque el Estado está cediendo a vuestro chantaje, unos pasarán olímpicamente de ellas y otros las señalarán con el dedo, acusándolas de querer que sigan los robos. Alguno incluso mentirá diciendo que se manifiestan "contra el gobierno" y no para pedir justicia, no vaya a ser que algún fan del gobierno rompa filas y apoye a las víctimas de los robos.

5º. Cuando el señor Duran i Lleida pida justicia y la devolución de lo robado, decidle que "no es hora de la venganza, es hora de la paz". Ya sé que es el colmo de la demagogia y del cinismo, pero esas mismas palabras las ha dirigido Duran a las víctimas de ETA, es decir, a personas que han sido heridas y mutiladas o cuyos parientes han sido asesinados por una banda terrorista. Si ser herido o asesinado por un criminal y pedir justicia es pedir "venganza", entonces que Duran sea desvalijado y que él pida justicia también ha de serlo.

P.D. para despistados: esta entrada, obviamente, es una parodia para denunciar la nueva claudicación ante ETA. No soy yo el que celebra los cínicos anuncios de una banda de delincuentes, ni soy yo quien confía en la verborrea cínica y mendaz de sus anuncios. Tampoco soy yo el que pretende aparcar la exigencia de justicia para las víctimas de un delito y, con ello, dar satisfacción a una banda de malhechores. Yo no me llamo Josep Antoni Duran i Lleida.

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