En diciembre propuso un "entendimiento" con la "izquierda abertzale"

Lo último de Federico Quevedo: echar a las víctimas de la sociedad democrática

Nauseabunda sarta de infamias de Federico Quevedo, publicada ayer en ese diario aficionado a los bulos que se titula "El Confidencial". En diciembre Quevedo planteó "un nuevo escenario de entendimiento con ese mundo hasta ahora proscrito de la izquierda abertzale". Tanto entendimiento con los proetarras debió dañar su capacidad para entender a las víctimas, pues ayer las presentaba como alejadas de la sociedad democráctica.

Dice Quevedo: "creo que las víctimas del terrorismo y la sociedad democrática están en el mismo bando, y no puede ser que las primeras se estén distanciando como lo están haciendo de la segunda". Incluso dice que hay una "fractura" -y cito textualmente- "entre ellas y la sociedad española", como si la sociedad española o la sociedad democrática fuesen un club privado al que se entra con invitación de Federico Quevedo. ¿O quizás necesita hacer un hueco en la sociedad democrática para los batasunos y por eso ya no caben las víctimas?

Hay que decir que el lamentable artículo publicado ayer por ese individuo lo firmaría encantado hasta el más radical de los hinchas del PSOE. Y es que para desacreditar a las víctimas, Quevedo incluso sale en auxilio del gobierno de Zapatero: "Ningún gobierno democrático ha actuado con la mala intención de querer dañar ni la memoria ni la dignidad de la víctimas, ni mucho menos sobre la de evitar que se haga justicia. Es verdad que eso se ha dicho del Gobierno de Zapatero, pero es aquí donde debemos reconocer nuestros errores". El caso es que, puestos a hacer memoria, en una fecha tan cercana como el pasado 19 de octubre el propio Quevedo arremetía contra el PSOE por su claudicación ante ETA. ¿Escribió tal cosa desde las antípodas de la sociedad democrática, o es que han variado las fronteras de la misma en 6 meses?

El problema de Federico Quevedo es que las víctimas siguen donde estaban, defendiendo los mismos principios que han defendido siempre, mientras que él cambia de opinión como una veleta que apunta a donde el PP le ordena, incluso haciendo lo mismo que hicieron los hooligans del PSOE cuando las víctimas les entorbaban: intentar echarlas de la vida pública a base de infamias. Hay que decir que Quevedo ya tiene experiencia en esa práctica: en noviembre ya relaté aquí la lista de sus sucios ataques e insultos contra Francisco José Alcaraz y otras víctimas del terrorismo. Llueve sobre mojado. En fin, yo lo tengo muy claro: quienes apoyaron a las víctimas por puro partidismo cuando gobernaba el PSOE y ahora pretenden hacerlas callar me van a tener en frente, porque he estado, estoy y estaré siempre con las víctimas exigiendo justicia, gobierne quien gobierne y le pese a quien le pese.

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Comentarios:

  1. Afortunadamente, no soy víctima del terrorismo. No he tenido la desgracia de sufrir un atentado terrorista que me dejara inválido para siempre, ni la ha tenido ningún pariente mío que se dejara la vida en él o quedara en silla de ruedas hasta el final de sus días. Por eso estaré, en todo momento, con las víctimas, porque procuro ponerme en su lugar; y por ello, precisamente, pienso que, quienes, como Quevedo, hablan con tanta ligereza, lo harían de otra manera, si hubiesen sufrido, en sus propias carnes, las dentelladas del terrorismo. No es que uno desee el mal de nadie, no; pero, a lo mejor, al parlero Federico no le habría venido nada mal la experiencia de un atentado, a menos de cien metros.

  2. Hilarión

    Decepcionante el PP. Con lo que se lo ha trabajado este Quevedo (aun sigue en ello), todavía no lo han nombrado Jefe de Prensa de ningún chiringuito oficial. Soraya ¿en qué estás pensando?

  3. pacococo

    A estas alturas no podemos rasgarnos las vestiduras. Cuando el gobierno negociaba, la muy leal oposición asentía. Ahora el gobierno sigue por los mismos caminos.

    Las víctimas son una molestia, desde siempre. Son algo que sirve para negociar. Si el gobierno quiere ponerse duro, se ensalza a las víctimas, si quiere negociar, se las machaca. Las víctimas lo son por dos veces: cuando los asesinos las dañaron y cuando cayeron en las garras de los gobiernos.

    Y por supuesto, para eso está el pesebre, para justificar en los medios lo injustificable. Y como las víctimas estorban, pues hay que encontrar la justificación para silenciarlas.

    Hay que seguir la hoja de ruta marcada. Hoja de ruta al infierno.

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