El diario apoyó a los que dicen que las mujeres conciben a seres no humanos

Tras negar la humanidad de los no nacidos, El País reparte carnets de 'anticientífico'

Anteayer el diario de PRISA publicó un panfleto-boomerang, "El Dios de los anticientíficos", que equipara a los supremacistas de la raza blanca y a los defensores de los no nacidos por, según ese diario, "colar sus teorías como verdades avaladas por la ciencia". El País incluso tilda de "anticientíficos" nada menos que al catedrático de genética Nicolás Jouve y a cientos de eminentes científicos -entre ellos 129 miembros de Reales Academias- por firmar en 2009 de la Declaración de Madrid contra la actual Ley del Aborto.

El País apela a un panfleto que atribuye competencias de la ciencia a las ideologías y a las religiones

Lo más esperpéntico de ese penoso ejercicio de propaganda del periódico abortista es que para descalificar los argumentos intachablemente científicos empleados por los firmantes de esa Declaración -El País lo llama "distinguir esas apariencias de un verdadero argumento científico"-, El País apela a una "una reacción masiva de la élite científica española". Se refiere con ello a un panfleto abortista del que hablé aquí en mayo de 2009, panfleto en el que se leían disparates propios del relativismo más extremo, como los siguientes:

"El momento en que puede considerarse humano un ser no puede establecerse mediante criterios científicos; el conocimiento científico no puede afirmar o negar si esas características confieren al embrión la condición de ser humano. Esto entra en el ámbito de las creencias personales, ideológicas o religiosas."

Fue cómico leer que los científicos a los que apela El País decían ser incapaces de reconocer las características propias de la vida humana, cuando hay sobrados datos científicos para identificarlas. Ya fue el colmo que intentasen transferir competencias propias de la ciencia, como es la constatación de las características biológicas que demuestran la humanidad de un embrión o un feto, al ámbito de las creencias o las ideologías. ¿Para El País deben ser los políticos o los ministros de las distintas religiones los que establezcan si una cadena de ADN es humana o no, en función de sus dogmas o tesis ideológicas? De risa, vamos. Si esto es lo que el diario socialista entiende por "ciencia", pues apaga y vámonos.

¿Para El País lo científico es afirmar que las mujeres conciben a seres no humanos?

Desde luego, las nociones científicas de El País quedaron en evidencia con su apoyo al gobierno de Zapatero en la defensa de esa ley. Esa defensa incluyó unas ridículas declaraciones de la entonces Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, negando que un feto humano sea un ser humano, una burrada que provocó -lógicamente- el rotundo rechazo de la comunidad científica. Aquella defensa de la Ley del Aborto a costa de pisotear la verdad científica incluyó una respuesta parlamentaria en la que el ejecutivo mintió con todo descaro, afirmando que abortar no es acabar con una vida humana. El País no dirigió ni una sola crítica contra estas falsedades, sino que apoyó con entusiasmo el proyecto de quienes las lanzaban. Desde luego, es cómico que El País reparta ahora carnets de 'anticientífico' tras respaldar a quienes sostenían que las mujeres conciben a seres no humanos.

Tras cuestionar la humanidad de los no nacidos, El País tachó de 'asesinato' el aborto selectivo de niñas

Al comienzo de estas líneas he hablado de un "panfleto-boomerang" de El País. Lo he dicho porque lo mejor del caso que nos ocupa es que en 2011 El País demostró que ni siquiera ese periódico se traga los cuentos que emplea para justificar esa ley que autoriza la matanza inocentes. En un reportaje que se refería a las bebés no nacidas como "mujeres", el diario de PRISA calificó de "barbarie" y "asesinato" el aborto selectivo de niñas. Y esto sin usar ni una sola vez los eufemismos a los que suele recurrir el diario socialista para disfrazar la terrible realidad del aborto (como lo de "interrupción voluntaria del embarazo") y sin cuestionar en ningún momento la humanidad de esas niñas. ¿Significa esto que El País se acaba de colgar a sí mismo la condición de "anticientífico"? Parece que sí. Sea como sea, lo anticientífico no es defender el derecho a la vida de los no nacidos apelando a la verdad científica sobre el origen de la vida humana. Lo anticientífico es negar la verdad científica e incluso negar la humanidad de ciertos seres humanos para justificar su eliminación. En esto, por cierto, quienes comparten categoría con los supremacistas de la raza blanca son precisamente quienes aún a estas alturas pisotean la ciencia para negar la dignidad de ciertos seres humanos, hasta el punto de cosificarlos, a fin de proponer para ellos actos tan horrendos como lo es matar y descuartizar a un ser humano inocente e indefenso en el inicio de su vida.

Entradas relacionadas:

- El País tacha el aborto de ‘barbarie’ y ‘asesinato’, pero sólo si se mata a niñas
- El gobierno niega en el parlamento que abortar sea acabar con una vida humana
- El País opone 17 científicos a más de 1.700
- Los fans de Bibiana Aído dicen que este niño sólo es humano si crees que es humano

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. Jandro

    Es lo que pasa. Cuando se sostienen burradas absurdas se cae en el peligro de tener que contradecirse, como con la barbarie y asesinato de las niñas. El colmo es que en el mismo artículo compare a los racistas arios con los defensores de la vida humana y al mismo tiempo emplee el argumento de los racistas. Lo de este «periódico» es de traca.

  2. Pablo el herrero

    Para El País, como encíclica que es de los dogmas de la religión socialista, la Verdad es lo que le interese en cada momento a su ideología. Y si su ideología es la Verdad, tampoco hay contradicciones dentro de ella (que el aborto no sea asesinato, es dogma en la religión socialista, a no ser que sea de niñas, entonces en una barbarie). Este periódico además de fascista, es hembrista (que es otra forma de fascismo).

    Con el socialismo (el mayor fascismo y el más criminal de la historia) sólo se puede esperar la defensa de la muerte de la especie humana en todas y cada una de las formas imaginables.

    El País defiende el aborto libre, que es una de las formas de genocidio de la especie humana (las leyes genocidas y eugenésicas feministas del aborto libre llevan ya más muertes que las habidas en las dos guerras mundiales).

    El País defiende la eutanasia, que es una de las formas de genocidio en el otro extremo de la vida (enmascarado eso sí, en conceptos de “muerte digna”, “suicidio asistido”, etc… como hacían los nazis cuando llevaban a los judíos a las cámaras de gas, les decían que “iban a ducharlos”). Ya sabemos como eleva El País a los altares de la religión socialista a los doctores Montes (también lo hacía Gobbels, Stalin, Mao, Pol Pot con todos aquellos que eran “infieles” con la religión socialista).

    El País como buen fascioecologista, profesa el amor al planeta tanto como odio a la especie humana que según este periódico está matando a la Tierra (cuando todos sabemos que los países socialistas fueron capaces hasta de desecar mares en pos de su concepto de desarrollo).

    El País, como representante del fascismo más grande y criminal de la historia de la humanidad (el Socialismo), para no entrar en contradicción al defender en función del momento lo uno y lo contrario, necesita legitimarse en el multiculturalismo y su “relativismo moral” y por tanto, en su defensa fanática de la alianza de civilizaciones, siempre estará del lado de los asesinos más crueles y totalitarios del momento como es el caso del tal Almaniyehad.

    Y por último, El País, como representante ideológico de la “superioridad moral” de la izquierda, se siente legitimado para darnos lecciones de ética y de gestión. Justamente un periódico, que es el más subvencionado de Europa (los españolitos pagamos su producción vía impuestos y si después de hecho lo queremos leer, de nuevo tenemos que pagar para comprarlo). Pues así y todo, su Director ha puesto a este periódico en una deuda de más de 5.000 millones y expulsado a cerca de 3.000 trabajadores y sobre los que ha impuesto un tupido silencio sindical). Pues así y todo dicho director es el segundo o tercer periodista que más gana del mundo.

    En Corea del Norte su ministro de finanzas hace seis años fue ejecutado por una deuda bastante menor (pero el tal director no es de esa izquierda). Por bastante menos dinero de lo que él ha endeudado a El País muchos empresarios norteamericanos se han suicidado en la presente crisis económica, pero él no es de ese capitalismo.

    Religión socialista, fasciofeminismo, fascioecologísmo, alianza de civilizaciones (no de civilizados)… ¡Que no estará dispuesto a defender este periódico con tal de mantenerse en poder que le otorga su estar “en el lado oscuro” de la democracia!

    El País, famoso, más por lo que oculta que por lo que dice, es desde su nacimiento un periódico hecho por fascistas para educar a sus lectores en el fascismo. En el peor fascismo: EL SOCIALISMO
    .
    Pablo el herrero

  3. Luna

    Dice esta gente:

    «El momento en que puede considerarse humano un ser no puede establecerse mediante criterios científicos; el conocimiento científico no puede afirmar o negar si esas características confieren al embrión la condición de ser humano. Esto entra en el ámbito de las creencias personales, ideológicas o religiosas.“

    y demuestra con ello que ni siquiera es capaz de enumerar las ciencias existentes. La teología y la filosofía son también ciencias y a ellas compete esta determinación.

    Me pregunto, ¿Qué es lo que corresponde establecer a la «ciencia» del periodismo?. Mucho habrá de ser, cuando llegan a afirmaciones tan categóricas.

  4. Si resulta que ya no creen ni en la ciencia, han caído en el vacío más absoluto. Me pregunto qué barbaridad van a defender mañana.

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.