Texas: partidarios del aborto arremeten contra los provida al grito de 'Hail Satán'

Lo que veis en este vídeo ocurrió el pasado 2 de julio pasadas las 11:30h de la mañana ante la cámara legislativa estatal de Texas, en EEUU, donde se está debatiendo un proyecto de ley para amparar a los niños por nacer. Los defensores de la vida, con camisetas azules, empezaron a cantar el "Amazing Grace", un himno cristiano de perdón y redención.

Medios españoles proaborto ocultan el caso del asesino abortista Kermit Gosnell
India: un abortorio utilizaba a niñas abortadas como alimento para perros
Si llamas ‘avance’ al aborto, ¿adivinas cuál es para ti el país más ‘avanzado’?

Un reportero de la CNN alertó de la consigna satánica de los abortistas

En respuesta a los provida, militantes abortistas -con camisetas naranjas- empezaron a gritar una consigna muy usada por sectas satánicas: "Hail Satán". Una forma puramente diabólica de defender algo tan perverso como es llamar "derecho" a matar a seres humanos inocentes e indefensos. De esa repugnante consigna de los abortistas dio cuenta desde el mismo lugar Josh Rubin, reportero de la CNN, un canal poco sospechoso de afinidad a las tesis conservadoras: "Multitud de activistas antiaborto dan discursos mientras un grupo de personas cantan hail Satanás al fondo", señaló Rubin desde su cuenta de Twitter:

Una consigna ya usada por un asesino en serie fallecido el mes pasado

Por si no fuese bastante deplorable usar una consigna diabólica como ésa, se da la circunstancia de que "hail Satán" fue el grito lanzado durante su juicio por el satanista y asesino en serie Richard Ramirez, nacido en Texas y fallecido el mes pasado después de 23 años en el corredor de la muerte. Conocido con el apodo de "Night Stalker", Ramirez fue condenado por 13 cargos de asesinato, 5 cargos de intento de asesinato, 11 cargos de asalto sexual y 14 cargos de robo. A algunas de sus víctimas las mutiló y les arrancó los ojos. No deja de ser significativo que quienes llaman "derecho" a matar y descuartizar a los miembros más indefensos de nuestra sociedad se sientan identificados con la consigna diabólica que gritaba ese asesino.