Fiesta provida en Santiago de Compostela: llegó la segunda peregrinación Crossroads

Ayer sábado fui hasta la capital de Galicia a recibir, por segundo año, a los chicos y chicas de la peregrinación provida de Crossroads España, que partió de Barcelona el 1 de julio recorriendo 2.000 kilómetros hasta llegar a Santiago de Compostela, para reivindicar algo que debería ser normal en toda sociedad mínimamente civilizada: el derecho a vivir de los más inocentes, los más débiles y los más indefensos: los niños por nacer.

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Algunos peregrinos llegaron agotados e incluso con las huellas de la fatiga en sus pies. Toda palabra es poca para hacer honor al compromiso y al espíritu de sacrificio de estos jóvenes, que han renunciado a sus vacaciones para defender una noble causa, mientras los políticos que deberían salvaguardar el derecho a vivir se cogen el descanso estival sin haber hecho los deberes. Ante este panorama, no puedo hacer menos que recordar lo que decía el pueblo de Burgos al ver pasar al Cid: "Oh Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señor".

Por supuesto, en esta peregrinación no han faltado los ataques, insultos e intentos de amedrentamiento de quienes defienden la salvajada del aborto. Personalmente hace ya tiempo que no espero argumentos sólidos ni racionales de quienes llaman "derecho" a matar a un ser humano inocente, de quienes pretenden tapar la evidencia deshumanizando e incluso cosificando a la víctima del aborto o de quienes te llaman "fascista" por negar que exista un derecho a matar a un ser humano inocente. Ayer, cuando los peregrinos entraban en el casco histórico de Santiago, pasando por delante de la Capilla de las Ánimas, vi una escena muy significativa: una energúmena lanzó un bote de cerveza contra los peregrinos mientras les insultaba para al final gritarles un "gora ETA". No es la primera vez que veo a simpatizantes de la banda terrorista defendiendo a quienes se dedican a matar a otros de la forma más cobarde, tanto los que llevan capucha y chapela como los que disfrazan su siniestro oficio con una bata blanca. Desde luego, esas infamias no hacen más que honrar a unos peregrinos que en ningún momento han respondido al insulto con el insulto ni al ataque con el ataque.

Por lo demás, en la Plaza del Obradoiro ocurrió una coincidencia curiosa: activistas profamilia franceses de la Manif pour Tous vieron a los providas españoles y se acercaron a corear lemas juntos. Podéis ver el momento en el siguiente vídeo:

En el otro vídeo que encabeza esta entrada -a modo de resumen de la llegada de los peregrinos- veréis que su paso por la capital de Galicia tuvo momentos para la fiesta y las bromas, pero también para la oración y la reflexión. Desde aquí dirijo mi aplauso, mi agradecimiento y mi abrazo a estos defensores del más débil que han afrontado tantos sacrificios por la causa más justa. Vosotros, amigos míos, sois un motivo de esperanza para España.

Os dejo aquí con las fotos que les hice: