La izquierda ensalza en Oviedo el sangriento golpe de Estado de 1934 contra la República

En la capital asturiana, gobernada por el PSOE con el apoyo de Izquierda Unida y Somos (Podemos) hay polémica por una iniciativa para convertir en evento turístico un golpe de Estado.

Esto es lo que dijo entonces de la Segunda República la izquierda que ahora la ensalza
En España hubo un genocidio anticatólico que debería ser reconocido de forma oficial

Un evento organizado por una fundación de un sindicato de izquierdas

El proyecto lo anunció el pasado martes el concejal de Cultura (de Izquierda Unida). El evento, que incluye un recorrido por los lugares que fueron el escenario del golpe de Estado perpetrado por el PSOE contra la República en 1934, a causa de la llegada al poder de la derecha que había ganado las elecciones en noviembre del año anterior. El evento tendrá lugar el 3 de octubre y cuenta con la colaboración de la Fundación Juan Muñiz Zapico, vinculada a Comisiones Obreras, sindicato afín a IU. "La Fundación se ofreció voluntariamente a realizar esta actividad y nos parece interesante incorporarla", ha dicho el concejal. Ayer el PSOE salió a defender la iniciativa, asegurando que la iniciativa está "elaborada con rigurosos criterios históricos".

Ensalzando un golpe de Estado desde una óptica marxista

El caso es que la citada Fundación ya llevó a cabo esa iniciativa por su cuenta el año pasado. En la web de la Fundación y en el tríptico se puede leer el planteamiento del evento, que tiene como portada un cartel del Socorro Rojo que reivindicaba en 1937 el golpe de tres años atrás (podéis ver un fragmento de ese cartel encabezando esta entrada: en él se ve a un miliciano izquierdista con un cartucho de dinamita, un fusil y las siglas "UHP" del lema Uníos Hermanos Proletarios). El texto no se corta a la hora de ensalzar el sangriento golpe (al que siempre se refiere como "revolución"): "la última vez que la Clase Obrera se hizo con el poder, tomando el control de los medios de producción y organizando su propio autogobierno obrero fue durante los breves días de la Comuna Asturiana". También ofrece una "breve cronología" muy selectiva a la hora de recoger los hechos: por ejemplo, habla del incendio provocado por los golpistas en el Convento de San Pelayo usando el verbo "arder", como si hubiese ardido solo. También cita la "destrucción de la Cámara Santa" de la Catedral, una joya del prerrománico asturiano del siglo IX, pero no dice quiénes la destruyeron: los golpistas. El texto sí admite esto: "Los revolucionarios en su retirada incendian la Universidad." Más que incendiarla, la dinamitaron. Olvida decir, además, que destruyeron también su biblioteca -perdiéndose fondos valiosísimos- y su pinacoteca. También olvida citar el incendio del Palacio Arzobispal y del Convento de Santo Domingo, y el fusilamiento de seis seminaristas que huyeron de él.

La fundación omite los asesinatos cometidos por los golpistas

Las víctimas del golpe son las grandes ausentes de esa "breve cronología": omite toda referencia a los numerosos asesinatos cometidos por los golpistas en su odio fanático contra los cristianos. Para que nos hagamos una idea de la magnitud y brutalidad de esa rebelión armada, y de su intencionalidad anticatólica, baste decir que fueron asesinados 33 sacerdotes y religiosos por los golpistas, que además destruyeron 17 iglesias y 40 edificios religiosos, además de docenas de fábricas, puentes, casas y edificios públicos. A causa del golpe perdieron la vida unos 300 militares y miembros de las fuerzas del orden, pero la web de la citada Fundación izquierdista sólo cita los hechos sangrientos que tuvieron lugar con la recuperación de la ciudad por parte del Ejército y la derrota de los golpistas. No hace crítica alguna al golpe: ni siquiera lo llama por su nombre.

¿Qué pasaría si se hiciese algo así sobre el 23F?

Curiosamente, la izquierda viene promoviendo desde hace años una "memoria histórica" que condena el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y el régimen que vino después. Sin embargo, el golpe de 1934, también contra la República y por la negativa de la izquierda a aceptar la victoria de la derecha en las urnas, es motivo de exaltación. Con este vergonzoso evento la izquierda manifiesta claramente que considera que un golpe de Estado está mal si lo hacen otros, pero no si lo hace la izquierda. Imaginemos qué pasaría si un ayuntamiento organizase un proyecto turístico basado en los hechos del golpe de Estado del 23F, refiriéndose a esa agresión a la democracia como "revolución" y usando para describirla los términos laudatorios y cargados de ideología del evento turístico de Oviedo, y la selección tendenciosa de datos que ofrece la citada Fundación. El escándalo, lógicamente, sería monumental. La diferencia es que los golpistas del 23F no mataron a nadie, ni destruyeron edificio alguno, pero los golpistas de 1934 asesinaron a docenas de personas y destruyeron docenas de edificios y objetos de gran valor histórico y artístico, con un afán destructivo que recuerda mucho al de los talibanes y los terroristas del ISIS. Ya es el colmo que el PSOE jamás haya pedido perdón por ese intento de hacerse con el poder por vías violentas y antidemocráticas en 1934, pero lo que ya es el colmo es que ahora, además, lo elogie con el dinero de todos.